El exasistente de la presidencia del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), David Barboza, declaró ayer que desconocía los cambios que se dieron en la ruta de un helicóptero contratado por la entidad para una gira de trabajo tras la emergencia por el terremoto de Cinchona.
Barboza habló en los Tribunales de Goicoechea, San José, durante el primer día de juicio contra el expresidente ejecutivo del ICE, Pedro Pablo Quirós, a quien la Fiscalía acusa de utilizar la aeronave para asistir a citas personales junto con su esposa, Ana Isabel Salazar.
Según la acusación, el 21 de marzo del 2009 Quirós fue a la boda de la hija de un exdiputado en Zarcero, Alajuela, y a dos actividades ajenas al motivo de la contratación a la empresa Aerodiva.
Una visita tenía como fin dar un discurso en una asamblea de delegados de la cooperativa Coopelesca en el hotel Tilajari, San Carlos, afirmó el fiscal Randall Moya.
La Fiscalía acusó a Quirós y Barboza por peculado (uso de fondos públicos para beneficio personal) y malversación (dar uso distinto a los bienes del Estado).
Salazar fue acusada de “peculado de servicios”. Se le atribuye trasladarse en el helicóptero sin ser funcionaria del ICE.
Moya aseguró que el helicóptero debía usarse para que personal capacitado atendiera los daños en la planta hidroeléctrica Cariblanco y las redes de telefonía.
Defensa. Barboza dijo que, como coordinador de logística, se limitó a solicitar el vuelo para Quirós, cuya ruta era: Cariblanco (Alajuela), hotel Tilajari y regreso al aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas.
Añadió que dio el visto bueno al pago del servicio porque en el reporte que le dieron se contemplaba la ruta original. “El monto que se paga es ese. No se paga más allá de esa ruta”, manifestó.
Barboza aseguró que de detectarse irregularidades, él no era la persona encargada de frenar el pago, sino una funcionaria de apellido Benavides, quien fungía como administradora del contrato y que debe testificar hoy.
Salazar se abstuvo de declarar y Quirós dijo que lo hará “en su momento”. El exjerarca del ICE afirmó que no hizo “nada malo”.
Su abogado, Federico Campos, aseguró que se está juzgando a un inocente “por una tontería”.