La Guácima (Alajuela). Los vecinos de Rincón Chiquito de La Guácima hicieron una colecta para enterrar hoy a cinco de los seis fallecidos en un choque el domingo en la ruta 27 a Caldera.
En el percance murieron tres adultos: dos mujeres y un hombre, y tres menores de edad. Otra niña de 9 años permanece grave.
Floribeth Murillo, una de las que ayer solicitaba ayuda, explicó que se trata de “gente muy necesitada y los gastos son muy altos”.
Anoche se confirmó que los funerales serían hoy a las 8 a. m. en La Guácima. El cuerpo del conductor José González fue retirado por familiares para darle sepultura en su natal Nicaragua.
Murillo comentó que el dueño de una panadería –donde en algún momento trabajaron las víctimas Nancy Mora y Roxana Anchía– prometió aportar el dinero que faltara para los sepelios.
Breve recuento. Los residentes de Rincón Chiquito lamentaron el deceso de sus vecinos, en especial de los más pequeños.
Iris Zeledón recordó que todas las tardes se sentaba con “los chiquillos a hablar en la cancha que queda frente a mi casa. Ahí contaban chistes y disfrutaban. De hecho, el domingo antes de irse para el puerto, los niños me enseñaron el salchichón y las tortillas que llevarían para comer. Estaban felices de ir a la playa” .
Agregó que los hermanitos tenían una perra que tuvo cría hace poco, así que levantaron “una casita” con tablas y latas en un lote baldío. “Hoy fui a traerlos para cuidarlos. Si alguien los quiere adoptar, que me busque”.
De las dos mujeres fallecidas, los lugareños destacaron que eran muy amigas hace tiempo y por eso incluso habían decidido compartir una misma vivienda.
Mora, quien trabajaba en todo tipo de oficio para sostener a su familia, era madre de los tres niños de 6, 9 y 11 años que murieron junto a ella en el accidente.
En tanto, Roxana Anchía era madre de cuatro, dos de ellos mayores de edad, otra de 15 años y la niña que está internada, que era la única que viajaba con ella.
Anchía laboraba en oficios domésticos y comercio. Hace pocas semanas adquirió el carro en que se estrellaron, manejado por su compañero González, de quien los vecinos reconocieron que, por las veces que lo vieron circular por el barrio, no parecía tener experiencia como conductor.