Noel Pineda, el trabajador de 33 años rescatado el 18 de enero por socorristas, después de haber estado atrapado durante 16 horas a una profundidad de 12 metros, sufrió destrucción muscular que ahora requiere mantenerlo con soporte continuo para sus riñones. Estos órganos son de los primeros en responder cuando el tejido muscular se ve comprometido.
Según el médico Juan Ignacio Silesky, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Juan de Dios, el paciente apenas se está perfilando para poder recibir soporte renal intermitente, pero va a necesitar ese tipo de diálisis durante un mes y medio para que su riñón se recupere. Durante todo ese tiempo, permanecerá internado.
Por lo demás, no se han observado otros cambios significativos en estos primeros ocho días de internamiento. Noel sigue estable, consciente, bajo vigilancia estricta y recibiendo todos los cuidados médicos en la UCI.
En estos días, Pineda logró apenas un leve movimiento de los pies, pero sin fuerza. Según los médicos, no se observa ninguna lesión vascular ni neurológica que vaya a dejar secuelas, pero va a necesitar mucha rehabilitación para sus terminales nerviosas, su masa muscular y la posterior movilidad de sus piernas.
Noel Pineda llegó al país procedente de Nicaragua hace cinco años y vivía en Pozos de Santa Ana al momento del accidente. En su país natal tiene un hijo, así como a su madre y otros familiares que dependen en buena parte de él.
En declaraciones vía Zoom a Telenoticias, y posteriormente en un video que nos compartió desde la UCI, Pineda explicó que cuando ocurrió el desprendimiento, estaba dando mantenimiento a un pozo que habían construido anteriormente y que aún estaba en garantía. Estaba a dos metros más abajo de la parte alcantarillada, cuando el material se le vino encima. Quedó atrapado de tal manera que no podía mover su brazo derecho ni la mayor parte de su cuerpo de la cabeza hacia abajo.
Para él, estar con vida es un milagro de Dios, ya que durante esas horas sentía que no era nadie. A veces su mente se le iba y llegó un momento en que pensó que estaba muerto. Pidió perdón a Dios porque no sabía si lograría sobrevivir y si podría ver de nuevo a su familia. Con dificultad para hablar, ahora pide que oren por él.
Pineda agradece a los médicos que lo atienden, así como a los 60 socorristas y otras 20 personas que participaron en el rescate. Recordó que lo consolaban y le daban ánimo diciendo que ya casi lo sacaban, que estaban con él y que saldría con vida. Lo tuvieron así hasta sacarlo a las 3:15 a. m. del jueves 18 de enero cuando, con escolta de la Policía Municipal y con médicos a bordo de la ambulancia de soporte avanzado, fue trasladado rápidamente al centro médico donde convalece.