Jefe del OIJ de Liberia que se entregó tras conducir borracho quedó en libertad

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El jefe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Liberia que se entregó el domingo tras participar en un accidente de tránsito cuando conducía bajo los efectos del alcohol, quedó en libertad la noche de este lunes sin medidas cautelares.

El hombre, de apellidos Solano Díaz, fue indagado por la Fiscalía de San José y figura como imputado en el proceso penal. Sin embargo, quedó libre por tener "fuertes arraigos procesales".

El director del OIJ, Wálter Espinoza, explicó que fue el mismo oficial el que dio aviso a las autoridades de lo ocurrido. En apariencia, el percance ocurrió en La Uruca y el funcionario policial fue abordado por las autoridades en Escazú a las 7:25 p. m.

Según Espinoza, Solano dijo que había tenido una "colisión" en La Uruca y que había consumido licor.

Las autoridades investigan sobre un posible atropello, pues en la escena había una mujer con lesiones en su rostro y laceraciones, golpes y algunos hematomas en otras partes del cuerpo.

"Todavía no tenemos la prueba técnica que nos señale que la víctima que luego logramos identificar fuese la misma que fue colisionada (atropellada) por el automotor que conducía el jefe de la delegación, esto es así porque transcurrió un tiempo no muy importante", manifestó Espinoza, quien explicó que pasaron aproximadamente 20 minutos desde que ocurrió el incidente y que el funcionario diera aviso a la Policía Judicial.

El carro, color gris oscuro y 4x4, presentaba golpes en el búmper y en un retrovisor, los cuales se compararán con las lesiones de la víctima y las versiones de los testigos del hecho.

El director del OIJ mencionó que la afectada no ha querido colaborar con las autoridades, ya que aunque la han visitado en cuatro ocasiones (en un centro médico), no se ha referido al percance.

Alcoholemia positiva

La primera alcoholemia que se le aplicó al conductor a las 10 p. m. del domingo arrojó un resultado de 0,53 de miligramos de alcohol en aire aspirado y la segunda, practicada a las 10:30 p. m., 0,46; cuando lo permitido es 0,38, de acuerdo con los detalles brindados por Espinoza.

Cuando un conductor supera el límite de 0,38 miligramos de alcohol en aire aspirado se considera conducta temeraria penal, la cual se penaliza con uno a tres años de cárcel o una sanción alternativa.

Además, el máximo jerarca de la Policía Judicial dijo que al oficial se le seguirá un proceso penal por la conducción temeraria y posibles lesiones culposas, así como otro disciplinario.

Las lesiones culposas son sancionadas en la ley de tránsito hasta con un año de prisión o 100 días de multa.

"Será el Tribunal de Inspección Judicial el que determine si lo mantiene en el trabajo, le impone alguna medida cautelar, determina una medida interna o resuelve de otro modo que ellos tengan a bien", finalizó Espinoza.

El caso está en investigación.