Hoy hace 50 años: Una pared se derrumbó sobre la acera en pleno centro de San José

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Texto original publicado por La Nación el 5 de junio de 1972

Poco antes de llegar a La Cañada, en avenida segunda, una pared se derrumbó, lo que provocó la acción inmediata de las autoridades, pues se sospechaba que bajo ella alguien hubiese quedado prensado. Se removieron los escombros hasta que las autoridades estuvieron seguras de que nada había pasado, sino el susto.

El asunto vino a quedar resuelto en cuanto a los temores de accidentados se refiere, cuando el inspector de tránsito, Carlos Magno Solís Vega, explicó cómo había ocurrido el suceso. Dijo que pasaba por frente de la construcción que está siendo demolida, ayer como a las 4:10 de la tarde, cuando le llamó la atención que cayera, casi a sus pies, un terrón de cierto tamaño.

Pensó que alguien quería gastarle una broma de mal gusto desde el otro lado del muro o, ¿por qué no sospecharlo?, que se trataba de gente de malas costumbres que estaban dentro aprovechándose de que la pared los ponía a cubierto de las miradas.

Cuando se acercó al muro para mirar por un hueco, escuchó que éste traqueaba, por lo que decidió poner pies en polvorosa. No había caminado tres metros cuando a sus espaldas escuchó un estruendoso ruido que causó la pared al derrumbarse y esparcir escombros por todas partes, además de que levantó densa polvareda.

El inspector indicó que cuando él se dio cuenta que el muro se derrumbaba, nadie pasaba por la acera. Esta declaración acabó de calmar los nervios de las muchas personas que fueron testigos del suceso.

En otras noticias:

Incidente entre autoridades ticas y panameñas

Dos mayores, de apellidos Carranza y Chacón, dejaron sus armas reglamentarias en Costa Rica y decidieron pasar a tomarse un jugo en Paso Canoas, Panamá. Iban con sus uniformes reglamentarios.

Minutos después que los ticos regresaron, una patrulla panameña se apersonó al lugar, donde preguntó por el mayor Carranza, a quien pidió explicaciones de qué hacían dos militares ticos dentro de Panamá. Se le suministraron al teniente panameño, de apellido Resnas, todos los detalles. Éste se dio por satisfecho.

Las autoridades de la frontera informan que, posiblemente el incidente se debió a que “hay cierta tirantez por el control de aduanas”, indicaron. Se dijo que la deducción parte de que se habían hecho preguntas al respecto y que, “incluso, los panameños habían emplazado una ametralladora ‘mirando’ a la calle nuestra”.

Enfermera nipona elogió a terroristas

El jefe israelí de Estado Mayor, David Elazar, advirtió hoy a los países que han de “enfrentar las consecuencias” por los actos de terrorismo ocurridos en Israel, tales como la matanza del martes en el aeropuerto de Tel Aviv. Elazar responsabilizó directamente de la matanza al gobierno libanés, que permite la existencia de las sedes centrales de las organizaciones guerrilleras en Beirut.

También en Beirut, una enfermera japonesa que trabaja en un hospital palestino dijo que el espíritu de los aviadores suicidas japoneses inflamaba al Medio Oriente. Mariko Nakano, de 29 años, no ocultó su admiración por los terroristas.

“Tienen mis parabienes”, dijo a los periodistas; “han hecho felices a mis hermanos palestinos. Eran revolucionarios y yo apoyo la revolución. Para mí la revolución no tiene país. No hay diferencia entre pelear contra el imperialismo en Tokio o en Tel Aviv. Todo es lo mismo”, aseguró la enfermera.