Expertos revisarán en Canadá motor del avión accidentado

Investigación también analizan factores climáticos, posible sobrepeso o una falla humana como causas del percance en Guanacaste

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Expertos revisarán en Canadá el estado del motor turbohélice del avión Cessna 208B Grand Caravan de la empresa Nature Air, que el domingo anterior se estrelló en Nandayure, Guanacaste, y provocó la muerte de los 12 ocupantes.

El dato lo proporcionó Enio Cubillo Araya, director de Aviación Civil, quien agregó que la pieza ya fue recuperada del sitio del accidente y será enviada en las próximas horas al fabricante, la firma Pratt & Whitney Canada (PWC) para el análisis.

El punto principal a determinar es si el motor se encontraba en buen estado de funcionamiento, y si alcanzó la plena potencia al momento del despegue del aparato.

El funcionario dijo que esto no significa que de antemano se esté pensando en una falla mecánica como la causa del accidente, sino que es una arista de las posibles motivos del percance. Las otras hipótesis del suceso son por un efecto climático (alguna ráfaga fuerte de viento), un posible sobrepeso o una falla humana.

El accidente aéreo ocurrió este 31 de diciembre poco después de las 12:10 p. m. cuando el avión con 12 personas se precipitó en una ladera sembrada con árboles de teca en el cerro los Viales, en Corozalito, en el distrito de Bejuco, del cantón de Nandayure, Guanacaste.

La nave matrícula TI-BEI, de la empresa Nature Air, tenía minuto y 30 segundos de haber despegado del campo de aterrizaje de Corozalito y se dirigía hacia el aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela. Solo logró volar dos kilómetros.

Las víctimas fueron identificadas como los pilotos costarricenses Juan Manuel Retana Chinchilla, de 52 años y Emma Ramos Calderón, de 26.

En tanto, los pasajeros fallecidos son: Bruce e Irene Steinberg de 50 y 51 años respectivamente, y los hijos de la pareja William, Zachary y Mathew (de 18, 19 y 13 años).

Asimismo, Amanda Rae Geissler de 33 años, Leslie y su esposo Michell Weiss de 50 y 52 años y sus hijos Ari y Hannah de 16 y 19 años. Todos son de nacionalidad estadounidense.

Este accidente aéreo fue el cuarto con más cantidad de muertos en el mundo durante el 2017, según un reporte de la fundación Aviation Safety Network, con sede en Virginia, Estados Unidos.

Los otros hechos mas trágicos del año anterior ocurrieron el 16 de enero en Kirguistán, un país de Asia central, cuando murieron 35 personas al estrellarse un Boeing 747-412F; otro sucedió el 7 de junio en Birmania (Asia), ahí una aeronave Shaanxi Y-8F-200W se precipitó al mar, donde fallecieron los 122 ocupantes.

El último fue el 10 de julio, cuando un Lockheed Martin KC-130T Hercules cayó en Itta Bena, Misisipi, Estados Unidos y perdieron la vida sus 16 ocupantes.

Delicada investigación

La investigación sobre la causa del accidente en Nandayure estará a cargo tanto del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), así como de ocho especialistas de Aviación Civil y tardará varios meses. No hay un tiempo límite para concluirla.

Enio Cubillo dijo que para esta ocasión se contará con el apoyo de los fabricantes del motor, de la empresa que opera el avión siniestrado (Nature Air) y de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos.

"Expertos estarán a la par nuestra, más que verificando, colaborando. Somos un Estado adscrito a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y somos independientes, pero aceptamos la colaboración y este caso lo amerita" recalcó.

Aparte del motor en el sitio del accidente, fueron recuperadas algunas partes del avión como los flaps o alerones, situados en la parte trasera de las alas, que permiten los virajes del avión yse utilizan en las maniobras de descenso o ascenso.

Este avión, por regulación internacional, no cuenta con las llamadas cajas negras, una que graba la conversaciones en la cabina del aparato y la otra que registra los movimientos y velocidades.

Cubillo dijo que en el caso del Cessna 208B Grand Caravan, el piloto hizo el último reporte cuando aterrizó en Corozalito. Luego no volvió a tener ninguna comunicación.

"Ellos habían cerrado el plan de vuelo cuando llegaron. Tienen un tiempo estimado en tierra, toman vuelo nuevamente y ya estabilizada la maniobra (de despegue), hacen contacto con la torre de control correspondiente para la aerovía y su llegada al destino, que en este caso era el Juan Santamaría", agregó.

Consultado el director de Aviación Civil, sobre si en Corozalito se puede despegar hacia el sector montañoso (el otro es hacia el sector del mar), respondió: "Existe la posibilidad de ambos despegues y eso va a depender de las condiciones del viento. Eso está debidamente aprobado en el manual de operaciones de las aerolíneas cuando hacen sus análisis de riesgo".

En cuanto a si se conocía la velocidad del viento al momento del despegue manifestó que no tenía cifras oficiales. "Pero los datos de pilotos que volaban por esa zona indican que podrían haber rafagas de hasta de 25 nudos. Unos 45 a 50 kilómetros por hora aproximadamente".

En cuanto a si esa velocidad del viento pudo afectar una maniobra de despegue, el jerarca sostuvo que esto dependerá de la capacidad de la aeronave, del peso y el balance al momento del despegue.

"Eso depende de la configuración de la aeronave y de cualquier otro comportamiento metereológico, el cual nosotros no controlamos, es de considerar por la tripulación a la hora de un despegue o aterrizaje", agregó.

Enio Cubillo sostuvo que todas las tripulaciones tienen acceso a los reportes meteorológicos que emiten las estaciones ubicadas en los tres principales aeropuertos (Pavas, Liberia y Santamaría) que son actualizados cada hora. “Eso es un protocolo que lo tienen todas las tripulaciones”, afirmó.

En cuanto a la operación de la empresa Nature Air, dijo que sigue laborando sin ningún inconveniente. “El mantenimiento y la operaciones son responsabilidad absoluta de los operados, en este caso nosotros verificamos el plan de mantenimiento que ellos tienen” concluyó.