‘Eso era para que tuviéramos un montón de muertos’, dice oficial de Tránsito que atendió vuelco de chapulín en Sarchí

Además del peón fallecido, aún hay pacientes graves en hospitales; conductor no tenía licencia y le hicieron tres boletas por más de ¢250.000

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Las causas del vuelco de un chapulín con 32 recolectores de café a bordo, ocurrido en Sarchí el pasado viernes 30 de diciembre, todavía están en investigación, pero las hipótesis se orientan hacia un fallo en los frenos o un defecto en la transmisión, que impidieron al vehículo asimilar el cambio de marcha para compresionar.

“Eso era para que tuviéramos un montón de muertos”, afirmó Diego Herrera, oficial de Tránsito que atendió la emergencia y quien es el jefe regional de la Policía de Tránsito en occidente y la zona norte del país.

De momento la única víctima mortal fue un peón de 26 años, identificado como Jorge Alberto Casco Mejía, que falleció en el Hospital México al día siguiente de su ingreso, a raíz de las lesiones sufridas en el vuelco.

Casco era uno de los 32 recolectores de café que regresaban en el vehículo rural que jalaba una carreta, luego de que culminaran su jornada. Desde los 12 años solía venir de Nicaragua a nuestro país para laborar en las fincas cafetaleras. Luego volvía para llevar algún dinero a su familia en León, donde fue sepultado el lunes.

Algunos de los pacientes aún siguen internados, entre ellos una mujer solo identificada como Shirley, quien permanece intubada en el Hospital México.

Vuelco enlutó jornada cafetalera

Tractor cayó de unos tres metros

FUENTE: Policía de Tránsito.    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

El resto de los recolectores de café ya fueron dados de alta o no ameritaron hospitalización porque afortunadamente solo sufrieron heridas superficiales. Parte de ellos ya se apersonaron al Instituto Nacional de Seguros (INS) para las valoraciones y seguimientos, tras activarse la póliza de seguro de la Hacienda La Luisa.

En el INS informaron este martes que hasta el momento tienen registrados 18 casos abiertos por el Seguro Obligatorio Automotor (SOA) para ese accidente.

Lo que salvó a la gran mayoría de los trabajadores fue el hecho de que la mayoría quedó en una cuneta que estaba al lado de la vía, de más de un metro de profundidad. Como la carreta de hierro quedó suspendida en la parte superior, no los impactó. “Hubo espacio para que la gente cayera y no fuera aplastada por el metal”, explicó Herrera.

Diego Herrera, quien tiene 28 años de laborar para la Policía de Tránsito, detalló que en zonas como Sarchí, Naranjo, San Ramón y Grecia, donde además del café son usuales los cultivos de piña y caña de azúcar, es común ver tractores que remolcan carretas con trabajadores que entran y salen de las fincas, para lo cual se debe contar con los respectivos permisos, los cuales en este caso no existían.

Al chofer del chapulín, de apellido Aguilar, de 39 años, se le confeccionaron tres boletas por más de ¢250.000 debido a que, además de conducir sin ningún tipo de licencia, no tenía autorización para el traslado de personas en remolques y la carreta no tenía el aval del Ministerio de Obras Públicas y Transportes.

De igual forma, al fallecer uno de los ocupantes de la carreta, el chofer podría enfrentar una causa por homicidio culposo, una vez que el Ministerio Público termine la investigación con base en los informes rendidos por la Policía de Tránsito y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Muchos finqueros de la zona occidental y zona norte del país prefieren trasladar a los peones en autobuses, pero también es usual ver personas junto a las cargas de camiones. Incluso, cuando hay vuelcos, quienes viajan en el cajón suelen correr a esconderse, debido a que a veces se trata de personas que están de manera ilegal en el país o que saben que es prohibido viajar sin permisos.

En cuanto a la capacidad del tractor para arrastrar una carreta de hierro con 32 personas y una carga aproximada a 2,5 toneladas, Herrera aseguró que se trata de un vehículo muy fuerte, con suficiente capacidad para ello.

Solidaridad

Una de las sobrevivientes es Hilda Elena Galeano Mejía, de 30 años. Ella fue hospitalizada porque sufrió golpes fuertes en la cabeza e incluso perdió varias piezas dentales. La joven mamá ya fue dada de alta, pero permanece incapacitada.

El día del accidente, ella andaba sola, pues sus hijos de 10 y de 3 años se quedaron con familiares.

Su hermanastra, Jessy Mejía, confirmó que Hilda es vecina de San Carlos de Nicaragua, pero vino con sus hijos a pasar Navidad con ella en San Jerónimo de Naranjo. Con el fin de ganarse un dinero, se fue a esa finca en Sarchí y venía en la carreta accidentada.

“El fallecido (Jorge Mejía) era mi primo, un muchacho súper joven que todos los años venía a coger café y por eso me da mucha lástima lo ocurrido”, dijo Jessy.

El día del vuelco el esposo de Jessy, que trabaja en la bomba de Naranjo, la llamó para decirle que algo había pasado en Sarchí, porque veía pasar muchas ambulancias, poco después otra hermana también se comunicó por teléfono y le dijo que los accidentados eran las personas que volvían de recoger café en finca La Luisa.

Ella se desplazó al sitio y constató que entre las personas graves estaban su hermana y su primo. Recordó que todos iban de regreso a sus casas cuando ocurrió la emergencia.

Este martes Jessy visitó a su hermana en Sarchí, pero dice que del vuelco no recuerda nada, solo de la noche previa, cuando se fue a descansar pensando que al día siguiente iría a coger café apenas amaneciera. Hilda es ama de casa.

Otros primos que iban en la carreta están con fuertes golpes en la columna, con sus brazos enyesados y muchas excoriaciones.

Jessy agradeció al Club de Leones y al pueblo de Sarchí y lugares aledaños que han ayudado mucho a los pacientes y sus familias, la mayoría de ellos nicaragüenses de escasos recursos, en cuenta la familia del fallecido, cuyos restos fueron repatriados gracias al apoyo comunal.

Les llevan ropa y comidas, pues muchos requieren curaciones y no pueden ni siquiera ir a trabajar. Agregó que también hay menores que iban en la carreta y permanecen en el Hospital Nacional de Niños.

En abril del 2018, el vuelco de un chapulín en Canalete de Upala cobró la vida de un menor de 14 años y dejó herido a otro niño de cinco.