Chocar contra una vaca: un accidente de tránsito complicado

¿Tienen responsabilidad los ganaderos si uno de sus animales provoca una colisión en la calle? OIJ y Senasa responden

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Un joven motociclista de 20 años casi perdió la vida tras chocar contra una vaca la madrugada del pasado sábado 3 de junio en Turrubares de San José. El animal estaba en media carretera y por la oscuridad el motorizado no logró verlo a tiempo para frenar.

Una familiar del muchacho contó a La Nación que, tras el accidente, el veinteañero quedó en estado de shock y por la adrenalina del momento tomó su motocicleta, siguió su camino hasta la casa y se acostó en su cama, donde horas después su madre lo encontró en muy mal estado y lleno de sangre.

Agregó que la familia llevó al motociclista, de apellidos Aguilar Arias, al hospital y luego fueron al sitio del accidente, donde encontraron a la vaca muy golpeada, casi a punto de morir. Junto a la res estaban otras tres bovinas en buenas condiciones.

La mujer añadió que los allegados llamaron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para que se hicieran cargo de la situación, pero ninguno se hizo presente “por ser fin de semana”.

De acuerdo con la señora, los familiares arrearon el ganado a un corral cercano para que no interrumpiera el paso en media carretera, pero cuando arribaron al sitio llegó un finquero que les dijo que esas vacas le pertenecían y que los denunciaría por robo si no se las entregaban.

Ante esto, las personas de inmediato le reclamaron al individuo por tener su ganado suelto y por el accidente que provocó la res afectada, pero el hombre alegó que solo las tres vacas en buen estado eran suyas y la que estaba golpeada no.

Ninguno de los animales estaba debidamente marcado (como lo obliga la ley), así que aunque las cuatro bovinas estuvieran juntas, como si pertenecieran a un mismo rebaño, no había forma de comprobarlo y el sujeto solo se llevó a las vacas en buen estado. Como Senasa nunca llegó al lugar y la vaca accidentada estaba agonizando, se vieron obligados a sacrificarla.

Casi un mes después, el motociclista permanece internado en el hospital en condición crítica y la familia se encuentra molesta porque aunque creen que el finquero debe tomar alguna responsabilidad por los hechos, no tienen forma de verificar que la res involucrada es de él.

¿Cómo se atiende este suceso?

La Nación le planteó este caso al OIJ y Senasa, los cuales reconocieron que no atendieron dicho accidente ocurrido en Turrubares. Además, alegaron que no son las primeras entidades llamadas a cubrir esta situación. Generalmente, la duda sobre a quién se debe recurrir en primera instancia dificulta que las víctimas reciban atención o la compensación correspondiente.

El jefe del OIJ de Alajuela, Eddy Roda, explicó que en hechos como este en donde la persona sufre lesiones pero no muere, generalmente es la Policía de Transito la que debe encargarse y luego, por el tipo de lesiones, podría ser que el caso pase al Ministerio Público y se solicite investigación al OIJ.

Respecto al suceso en Turrubares, los vecinos indicaron que en aquel momento no llamaron a dicha Policía porque una patrulla de Fuerza Pública pasó por el lugar del choque y pensaron que se devolvería con unidades de Tránsito, pero nunca lo hizo.

Según Roda, también existe una contravención en el Código Penal respecto al abandono de animales, que dice que se penará con 5 a 30 días multa al que sin haber tomado las precauciones convenientes para que un animal no cause daño, lo deje en lugar de tránsito público o lo confíe a alguien inexperto, en forma tal que exponga al peligro a personas o cosas.

En cuanto a la pregunta sobre quién debe responder por un accidente de tránsito con un semoviente, el jefe judicial mencionó que hay vías civiles en las que se puede analizar el daño causado.

Por su parte, el director de Operaciones de Senasa, Alfredo Sequeira, explicó que en estos casos deben ser la Fuerza Pública, la Policía de Tránsito y la Cruz Roja las que primero deben apersonarse al sitio para comunicarlo a Senasa.

“Si el animal está muerto se solicita a la municipalidad que se encargue del cadáver; Senasa solamente se presenta si las otras autoridades lo requieren”, detalló.

Agregó que en caso de que el animal esté vivo (como sucedió en Turrubares), el funcionario se apersona, realiza una valoración del animal y da las recomendaciones correspondientes. Luego anota las características físicas y marca del fierro (cuando lo tiene) para verificar en su sistema de registro quién es el dueño.

Si el propietario se localiza, se le gira una orden sanitaria para que recoja el animal y realice la contención que corresponde en su establecimiento. En caso de no encontrarse a la persona, Senasa puede entregarlo en depósito administrativo a algún finquero de la zona o si cuenta con los recursos, podrá recoger y sacrificar los animales (como medida) por riesgo sanitario.

El director destacó que existe una ley que data de 1973, (ley 5346), que prohibe la presencia de cualquier animal bovino, caprino, porcino, ovino o caballar, que deambule en las carreteras, calles, aeropuertos, plazas u otros parajes públicos en el territorio nacional. Dichos animales pueden ser recogidos o sacrificados por las autoridades de los ministerios de Seguridad y Agricultura, así como por las municipalidades.

Respecto a la consulta sobre quién debe responder en accidentes de tránsito como el del motociclista, Sequeira respondió que el artículo 229 bis del Código Penal señala que se impondrá pena de prisión de cinco a quince días a los dueños o encargados de ganado, animales domésticos u otra bestia que, por abandono o negligencia, causaren daño a la propiedad ajena, independientemente de la cuantía.

Por último, el funcionario confirmó que desde 1958 la Ley de marcas de ganado ordena que todo dueño de ganado debe marcar o identificar sus animales e inscribir su marca. Salvo prueba en contrario, la marca, el fierro o la identificación en el ganado hace presumir que es propiedad de la persona que la tenga debidamente registrada.