Camión cargado de pollo sufre falla en frenos y destruye tienda

Fuerte olor a fibra quemada hace pensar que hubo exceso de velocidad

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San Carlos. Un camión cargado con cerca de 3.000 kilos de pollo sufrió una falla en los frenos, se salió de la carretera y destruyó, por completo, una tienda de artículos deportivos.

El suceso ocurrió en la madrugada de ayer, a eso de las 3 a. m., en el comercio El Caminante, ubicado 50 metros al este del banco BCT, en Ciudad Quesada de San Carlos. En ese momento no había nadie en el local.

El vehículo estaba rotulado con la marca de una empresa distribuidora de pollo y era conducido por un hombre de apellidos Quirós Cascante, quien viajaba solo.

Rónald González, oficial de la Policía de Tránsito que atendió el incidente, explicó que el chofer había salido de San Ramón y se dirigía a Aguas Zarcas.

El policía detalló que, aunque el camión tiene capacidad para 12.000 kilos de pollo, solo llevaba 3.000.

Aparentemente, cuando el vehículo llegó a una intersección, trató de girar a la derecha, pero los frenos no le respondieron.

El camión continuó y, en una curva, se salió de la carretera y se estrelló contra la tienda. Las paredes y el techo del comercio colapsaron y cayeron.

González informó de que, de acuerdo con los análisis realizados en el sitio y debido al fuerte olor a fibra, se llegó a la conclusión de que un aparente exceso de velocidad hizo que, al intentar detenerse, la fibra de los frenos se quemara y se produjera la falla.

Agregó que en el sitio se encontró una huella de frenado de 24 metros pues, al parecer, el conductor trató de detenerse mediante un sistema de bloqueo de llantas.

La Policía también indicó que la alcoholemia practicada al conductor resultó negativa. Se presume que él no llevaba puesto el cinturón de seguridad; sin embargo, solo sufrió golpes menores.

Vecinos del lugar relataron que se oyó un ruido muy fuerte y la tierra se movió como si se tratara de un temblor.

Pérdidas. Carlos Esquivel, propietario del establecimiento, calculó que, de forma preliminar, las pérdidas en construcción y mercadería ascienden a unos ¢50 millones.

Contó que la tienda se abrió hace 28 años y que hace dos años se había hecho una remodelación.

Ayer, amigos y conocidos del dueño se acercaron al local para ayudarlo a levantar parte de los escombros.