Durante el año anterior, 50.000 mujeres acudieron a los Juzgados de Familia en procura de medidas de protección que las salvaguardan de sus parejas... o exparejas.
De acuerdo con Jeanette Arias, jefa de la Secretaría Técnica de Género de la Corte, en los últimos años las solicitudes han crecido a un ritmo de 5.000 más por año.
El 40% de las mujeres víctimas de femicidios (crímenes cometidos por esposos o concubinos) durante el 2010 contaba con medidas de esa naturaleza, reveló ayer un estudio de la Sección de Estadísticas Policiales del Poder Judicial.
Ese año, 10 mujeres perecieron a manos de sus compañeros. Otras ocho víctimas murieron por ataques de exconcubinos, su cuñado o su expadrastro. La legislación no contempla estos últimos como casos femicidios.
“Esta información (obtenida mediante el análisis de datos) es importante porque identifica sectores vulnerables y nos da un perfil del agresor y la víctima. Eso nos puede dar la pauta de hacia dónde vamos”, comentó la magistrada María Elena Gómez, coordinadora de la Comisión de Monitoreo de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres.
Aunque asegura que la cantidad de víctimas mortales bajo protección es reducida comparada con la cantidad de solicitantes de medidas, Jeanette Arias reconoció que el sistema a veces falla al no detectar niveles de riesgo.
Lunar. El 12 de enero pasado, una quinceañera murió en Savegre a manos de su padrastro. Meses antes, la madre de la joven había solicitado medidas de protección.
La funcionaria Jeanette Arias reconoció que las instituciones a cargo de medir los niveles de riesgo algunas veces fallan.
Ella confía en que la información obtenida por la sección de Estadísticas Policiales permita filtrar patrones para detectar amenazas.
“Nunca un femicidio se dio en la primera agresión; eso es el resultado de una cadena de agresiones”, señaló.
La presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), Maureen Clarke, adelantó que la Comisión de Seguimiento a la Ley de Penalización de la Violencia contra la Mujer evaluará la eficacia de las medidas de protección.
“El instrumento (estadístico) permite identificar riesgos. La mayoría de las mujeres que han muerto están en cierto perfil de riesgo. Si detectamos un caso que calza dentro de este, hay que tener mayor cuidado. Esa mujer debería estar en un albergue”, comentó.