“Klaus”: Original, encantadora y divertida fábula animada

Esta es la primer película animada original de Netflix

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Era casi imposible que “Klaus” se llevara el Óscar a mejor largo animado 2020, pero el filme dirigido por el español Sergio Pablos es una de las historias más ingeniosas y divertidas que nos ha brindado este arte. Un guión con momentos sorprendentes uno tras otro, tejiendo una fábula en escenarios pletóricos de metáforas.

El colorido y pomposo lugar donde Jesper -el protagonista- disfruta sin freno ni remordimientos su cómoda vida de ocio se abre a toda pantalla. Su poderoso padre, que dirige la Real Academia Postal, lleva meses usando sus influencias para que el patán de su hijo ingrese allí y se convierta en lo que debe ser: un cartero. Nada que esté ni en los más remotos planes del joven millennial.

Para desgracia de Jesper (voz de Jason Schwartzman), su padre es severo y en dos minutos lo envía a un remoto y gélido lugar desde donde no podrá regresar hasta haber enviado 6 mil cartas en el plazo de un año.

La travesía hacia tierras polares incluye abordar una embarcación tenebrosa que tras cruzar una densa neblina lo deposita en un horrible pueblo: Smeerensburg. El gallinero donde debe instalarse sería lo de menos: en este lugar cubierto de nieve, todos se pelean contra todos, sin mayor provocación.

Alva (voz de Rashida Jones), la profesora que también maldice la mala suerte de haber sido enviada allí, vende pescado podrido. Como en la Verona de Shakespeare, hay en este fin de mundo una antigua rivalidad entre unos Montescos y Capuletos muy poco glamorosos, que hacen de esta isla del ártico el peor lugar del mundo para vivir. Pero Jesper es un optimista contumaz.

Su cierto desparpajo y su natural imprudencia lo llevan a meter las narices donde no debe y también a descubrir a un viejo malhumorado, Mr. Klaus (voz de J. K. Simmons), que vive en las afueras del pueblo.

Además de abrirnos a los recovecos de un protagonista de honduras insospechadas y finalmente muy querible, la película se prodiga en personajes cuando menos asombrosos y algunos tan inolvidables como la pequeña lapona Márgu.

Habría que decir que, con “Klaus”, Pablos decidió imaginar la prehistoria del Viejo Pascuero, pero en lo que se concentra la película es en el singular viaje de Jesper. Un antihéroe por definición, en su afán por alcanzar la meta que lo sacará de allí, Jesper consigue, a través de su propia búsqueda, destrabar a una comunidad enredada en rencores infinitos. Todo bajo un lema de improbable resultado en tal contexto: “Un acto sincero de bondad siempre provoca otro”.

Cargada de una exquisita factura -sus siete premios Annie, galardones de la animación, lo confirman-, “Klaus” es de esas películas que son un placer para cualquier público. Chicos, grandes, cinéfilos o no.

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