Evite los 3 errores más comunes al momento de negociar

Olivia Jaras, fundadora de Salary Coaching, nos da tips para mejorar nuestras técnicas de negociación

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

A la hora de negociar un salario o un puesto de trabajo, las mujeres solemos ocupar una posición de debilidad por varias razones: no conocemos nuestro valor, no poseemos las herramientas para una negociación efectiva o, sencillamente, nos resulta más fácil asumir el rol pasivo de aceptar lo que nos ofrecen. Porque creemos que es lo justo o porque, por estar en una situación de necesidad, no nos animamos a pedir más.

Olivia Jaras es la CEO de Salary Coaching, negociadora y speaker internacional. También es la autora del bestseller internacional “Mujer: Descubre tu valor, Obtén lo que vales”, y en este artículo nos describe 3 errores que las mujeres cometemos a la hora de negociar.

Error 1: No saber lo que valemos

Para Olivia, este es el principal y más grave de los tres. Si se entra a una negociación sin saber nuestro valor en el mercado actual, es casi un hecho que no se tendrá éxito. Como resultado, prácticamente se garantiza un pago inferior al merecido.

Esta es la recomendación más valiosa que Olivia tiene: A la hora de negociar, tenga siempre a mano un monto real y legítimo que respalde su pedido.

Error 2: Negociar desde las emociones en lugar de desde la razón

Las mujeres estamos, por naturaleza, más en sintonía con nuestras emociones. Como resultado, tendemos a abordar las negociaciones con nuestra lógica emocional: “Necesito un aumento; trabajo porque tengo que poner a mis cuatro hijos en la universidad”.

Si bien este argumento puede tener sentido en nuestra mente, no justificará un aumento o un puesto de trabajo desde el punto de vista del empleador. Estamos hablando de negocios, así que debe de respaldarse con un argumento racional.

Para conseguirlo, hágase preguntas como esta: ¿cómo puedo impactar positivamente en los resultados de mi empleador al final de cada cierre fiscal? ¿Mi presencia y eficiencia tienen una influencia positiva en las ganancias de la empresa?

Error 3: No saber cómo negociar

Cuando pensamos en un buen negociador, pensamos en alguien: positivo, intransigente, directo. En pocas palabras, una persona que consigue lo que quiere. Y si lo pensamos detenidamente, todos esos son rasgos intrínsecamente masculinos.

La sociedad aún no está bien equipada para aceptar naturalmente a una mujer negociando con estos rasgos masculinos. La asertividad puede resultar agresiva, y la franqueza se percibirá como descarada. No es que no podamos salir airosas representando estos rasgos como una mujer, pero es más probable que no nos ayuden a obtener los resultados deseados.

Olivia dice que como mujeres, tenemos mejores herramientas de negociación arraigadas en nuestro ADN. Para ir a la mesa de negociación preparada, comience por enfocarse en las cosas que importan y utilice estos tres errores como guía.

Céntrese en conocer íntimamente su valor de mercado, identificando exactamente lo que el mercado mostraría para alguien con su perfil y sus habilidades. Procure dominar el arte de la negociación, incluyendo la comunicación verbal y no verbal. Si quiere progresar en una carrera que le permita hacer lo que ama y ganar lo que vale, necesita dejar de sentirte abrumada por la situación y comenzar a tomar las medidas necesarias, en el orden correcto.

“Sólo entonces podrá vivir la carrera de sus sueños, mientras gana el salario más alto posible”, concluye Jaras.