Para los costarricenses, el café en algo más que esa bebida que se toma durante las mañanas o las tardes. Es también una parte de la identidad. Si uno quiere caerle mal a un tico, mírelo a los ojos y dígale que no le gusta el café producido en el país porque, si de algo estamos seguros, es de tener uno de los más prestigiosos granos del mundo. Así lo respalda el precio que llega a tener un quintal en el mercado internacional.
No obstante, gran parte del mejor café producido en el país va directo a las cafeteras de los extranjeros. No fue hasta hace pocos años que algunos locales le abrieron un espacio a nuevas maneras de consumir el café: la prensa francesa, el chemex o el v60. También, ha tomado fuerza el reconocimiento de fincas o lotes específicos de grano.
Como parte de esa tendencia surge Bocanegra, el nombre del más reciente proyecto de Pupila Estudio. Este consiste en un “club” de cafeteros que, mediante el pago de una suscripción, recibirán en la puerta de sus casas una edición especial de café recién tostado y cuidadosamente seleccionado. Cada mes, el diseño del empaque, la marca y la conceptualización cambian.
La tercera edición del café, por ejemplo, es llamado El redentor del Tarrazú. Se trata de un tipo de café de tueste claro a medio producido en la Hacienda Tobosi, la cual se caracteriza por su cultivo amigable con el ambiente. Destaca, además, por su fragancia frutal, a naranja madura y a frutos deshidratados.
La suscripción a Café Bocanegra puede ser de una bolsa, mensual, trimestral o semestral. Este involucra la entrega de una bolsa cada 15 días en la puerta de la casa u oficina del suscriptor. Los precios van de los paquetes van de los $ 14.99 a los $ 152.99. Si desea conocer más información sobre el sistema puede ingresar a la página www.cafebocanegra.com.