Yokasta Valle, guerrera dentro y fuera del ring

A punta de golpes esta deportista costarricense ha tenido que ganarse las oportunidades que se merece. ‘Yoka’ es un ejemplo de coraje que, a pesar de que quebró en llanto tras su primera derrota en el boxeo profesional, supo levantarse y ahora posee un título como campeona mundial.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Para nadie es un secreto que, en nuestro país, ganarse la vida como deportista es un reto enorme. Sobre todo si es mujer, como pudieron leer en nuestro artículo especial una páginas antes. A pesar de los pesares, Yokasta no se rinde, ni dentro ni fuera del ring.

Esta mujer de 27 años tiene varias lecciones que darnos: disciplina, constancia, deseos de superación, coraje y muchísima humildad. La campeona mundial de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) saluda de beso a todos cuando llega, se ríe hasta de los chistes malos y accede a todas las solicitudes de selfies con sus seguidores.

‘Yoka’, como la llamamos de cariño –un cariño que se sabe ganar muy fácil–, compartió con nosotras los recorridos de su carrera, los momentos buenos y también los difíciles.

A punta de golpes –literalmente– ha tenido que ir demostrando su coraje y así ganarse becas para continuar con sus estudios universitarios o patrocionios para costear sus gastos. Su valentía contagia.

– Nació en Nicaragua y a los 7 años llegó a Costa Rica, ¿qué provocó que su familia migrara?

– Mi papá vive en Costa Rica desde joven, llegó a este país para trabajar y terminar sus estudios. Luego migró mi mamá y a mi me trajeron para que iniciara acá la escuela.

– ¿Dónde creció?

– En Plaza Víquez, San José. De hecho, me quedaba cerca del lugar donde entrenaba boxeo. Luego mi familia se pasó a vivir a Paso Ancho. Y recientemente me independicé, desde hace año y medio vivo sola en Alajuela.

– ¿Cuáles son sus mejores recuerdos de la infancia?

– Jugar muchísimo con mi papá, jugábamos luchitas, él siempre quiso que yo practicara boxeo. También compartir con mis hermanas y con mi abuelita, ella fue muy importante porque me crió en gran parte de mi niñez.

– ¿De dónde salió su nombre, “Yokasta”?

– Mi nombre me lo puso mi abuelita, ella era muy novelera y sacó el Yokasta de una telenovela. El origen es una historia griega, de hecho, Yokasta es una diosa griega.

– ¿Por qué boxeo?

– Mi papá influyó porque era amante de este deporte, igual que mi abuelito. Él me llevó al gimnasio de Plaza Víquez y al inicio a mi no me gustaba nada. Habíamos apenas como tres mujeres, eran puros hombres, el lugar olía feo. Sentía que eso no era para mí, yo jugaba voleibal en el colegio y me sentía más cómoda con ese deporte. Sin embargo, algo que no me gustaba de un deporte en equipo es que aunque yo entrenaba mucho, perdíamos porque no todas tenían el mismo compromiso. Así que seguí entrenando en el boxeo que es más individual.

– ¿Recuerda su primera pelea?

– Yo tenía 13 años y mi entrenador me preguntó si quería pelear. Yo accedí pero me estaba muriendo del miedo, solo pensé en salir de eso y no volver nunca más. Peleé, gané y me gustó la adrenalina. Después de eso, por iniciativa propia empecé a entrenar todos los días.

– ¿Siempre ha sido una mujer competitiva?

– Siempre.

– ¿Ha tenido momentos frustrantes?

– Sí, dos. En el nivel olímpico, tras salir del colegio, seguían apareciendo los gastos para costear los entrenamientos, el equipo, etcétera, y mi mamá me dijo que ya debía trabajar porque no podía vivir del boxeo, pero yo insistí.

Luego en los juegos centroamericanos había otra competidora que iba a representar el país. Algo pasó con ella y no pudo asistir, así que me llevaron a mí. Era mi primera vez compitiendo a nivel internacional, y en el Comité Olímpico de Costa Rica me condicionaron que me daban una beca para estudiar solo si ganaba oro. Así que gané oro.

Además, la presidenta de ese entonces, Laura Chinchilla, nos dio un incentivo económico para quienes ganamos oro. Así costee gran parte de mi carrera universitaria y mi mamá se quedó tranquila y me dejó seguir en el boxeo.

– ¿Cuál fue el otro momento de quiebre?

– Cuando inicié en el nivel profesional tuve que iniciar de cero. Ya no era nadie. Mi promotor, Mario Vega, me dijo que me representaba solo si ganaba una pelea que él pactó con una rival fuerte de México. Gané y logré que él me representara, aunque al inicio no significó un ingreso monetario para mí. Sin embargo, yo no me di por vencida, es lo que me gusta y sentía que era mi camino.

– ¿Cuál es su mayor miedo?

– En el boxeo mi mayor miedo solía ser perder, pero ya lo he ido superando. Fuera del deporte me da temor perder a un familiar porque sufrí mucho con la muerte de mi abuelita.

– ¿Qué pasó cuando perdió una pelea por primera vez?

– Lloré muchísimo. Fue en Japón contra la cuatro veces campeona mundial Naoko Fujioka, fue una gran pelea. Sentí que el mundo se me acababa. Luego empecé a razonar, a enfocarme en las lecciones aprendidas, no era cualquier rival, ya había ganado el título de 5 veces campeona mundial.

– ¿Cómo enfrenta ahora sus derrotas?

– En una pérdida uno tiene que levantarse y seguir adelante. Es muy importante el apoyo de los seres queridos, mi familia, de mi promotor y mi entrenador.

– ¿Qué la motiva a pelear?

– Mi familia y el apoyo de la gente. Ahora no soy solo yo, mi familia o mi equipo de trabajo sino que hay muchas personas que me ven como un ejemplo a seguir y eso es muy motivador.

– ¿Qué piensa cuando está en el ring?

– No pienso nada, solo en la pelea, en el siguiente movimiento.

– ¿Y qué piensa minutos antes de la pelea?

– Mi confianza está en el preparamiento previo y en mi entrenador. Además, sobre el ring hay que creerse la mejor para salir con el gane.

– ¿Qué pasiones tiene más allá del boxeo?

– Uno de mis proyectos es tener mi propio gimnasio, es algo en lo que estoy trabajando. También me motiva dar el ejemplo, yo voy a dar charlas a escuelas y colegios. Intento transmitir valores positivos en la juventud: que sigan sus sueños, que todo es posible; que si yo pude ser campeona mundial, ellos también pueden; que se la crean, que ignoren los malos comentarios y se rodeen de personas positivas.

Además creo valioso inspirarlos a que se involucren en el deporte porque es algo que da carácter, disciplina y aleja de malos pasos.

– ¿Cómo es su preparación física?

– Entreno de lunes a lunes, dos veces al día. Por la mañana corro entre una hora y hora y media, en la tarde entreno de dos horas y media a tres horas. El tipo de entrenamiento depende mucho de la próxima pelea.

Todos los sábados vamos a diferentes climas y alturas: a la playa, al volcán Poás, al volcán Irazú, a las eólicas… me levanto a las dos de la madrugada y tenemos que estar corriendo a las tres de la mañana todos los sábados.

– ¡A las 3 a.m.!, ¿por qué a esa hora?

– Hay varios factores que hacen que mi entrenador me exija trabajar a esa hora. Hay menos carros, el aire está más fresco, hay menos contaminación, el frío quema más grasa. Yo quemo más de 2000 calorías cada vez que voy a correr al volcán.

Incluso nos ayuda cuando vamos a pelear a otro país para manejar mejor el cambio de horario. Además, al que madruga Dios le ayuda.

– ¿Cómo es su preparación mental?

– Mi entrenador, Marco Delgado, es sicólogo. Él siempre me ha apoyado y, además, me conoce muy bien, sabe cuando estoy triste o desanimada y cómo motivarme. Yo misma siempre me hablo y me digo: estoy preparada, todo va a salir bien, soy buena. Me gusta rezar antes de cada pelea para pedir por mi rival, por mí, por todo el evento.

– ¿Quién forma parte del equipo de Yokasta?

– Mi entrenador Marco Delgado, el asistente Francisco Portilla y mi promotor, Mario Vega. Además está la sparring, que es con quien se pelea durante el entrenamiento. En Costa Rica no hay de mi peso así que traemos chicas venezolanas, ellas se preparan acá y son mi sparring.

– ¿Qué opina de la boxeadora Hanna Gabriels?

– Es una gran boxeadora que abrió camino al boxeo femenino a nivel profesional.

– ¿Qué sigue en su carrera como boxeadora?

– Yo tengo objetivos claros pero siempre lo converso con mi promotor, quien sabe cuál es la mejor ruta para llegar a la meta. Defender el título de la Federación Internacional de Boxeo mínimo tres veces y luego ir por otros títulos.

– Uno de mis retos es unificar los cuatro títulos de las 105 libras, es decir ser campeona en todos: el de la Federación Internacional de Boxeo (del cual soy campeona), de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y el Consejo Mundial de Boxeo. Y esto no es poca cosa.

– ¿Y cuáles son sus planes en el ámbito más personal?

– Me gustaría ser mamá pero hasta que me retire del boxeo. Antes no. Por ahora no tengo novio, estoy enfocada 100% en mis metas profesionales.

– ¿Qué significó para usted el femicidio de Eva?

– Fue impactante para mí porque yo tengo hermanas, y una de ellas de la misma edad a la que murió Eva, de 19 años. ¡¿Cómo es posible que las mujeres tan jóvenes estén siendo víctimas de violencia y gente que las manipula?!

– Quise llevar el nombre de Eva en mi cinturón durante mi pelea más reciente, no solo por ella sino por todas las mujeres que tenemos que enfrentar situaciones de violencia. Yo me considero una guerrera dentro y fuera del ring, y quiero ser un ejemplo para que las mujeres se empoderen.

– ¿Qué comentarios recibió de su pelea con la venezolana Yenifer León?

Como siempre, hay de todo pero yo me enfoco en los comentarios positivos: los de mi familia y la gente que me motiva.

– ¡Estuvo dura!

– Sí y eso es lo que me gusta. Me gustan los retos. Quise que trajeran a la mejor de Venezuela para dar un buen espectáculo y crecer como boxeadora. Arriesgaba ganar o perder, pero lo mío es pelear contra las mejores.

– ¿Cómo es Yokasta fuera del ring?

– Quienes me conocen saben que soy muy tranquila y me paso riendo, y se sorprenden cuando me ven en una pelea porque me transformo y pongo cara de loca. Abajo del ring soy muy sentimental, lloro con las películas románticas, soy muy tranquila y siempre estoy sonriente.

– ¿Qué planes tiene para esta Navidad?

– Pasar con mi familia, todos mis tíos y primos, hasta los más lejanos. En mi día a día paso ocupada entrenando, en entrevistas, charlas, en la universidad, en clases de inglés... entonces espero con ansias la Navidad para pasar tiempo con mi familia.