Marilis Pinto y su jardín de cupcakes

La jardinería no es precisamente su hobbie: estas flores las cultiva en su cocina y las vende por Instagram ¿cómo lo hizo? Acá le contamos su historia.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Los días en que Marilis Pinto Barzuna se dedicaba exclusivamente a sus hijos y su hogar, ya solo figuran en sus álbumes familiares.

El inicio de la pandemia por Covid 19 coincidió con la partida de su hijo menor a la universidad; lo cual, significó más tiempo libre para ella y la oportunidad de explorar sus talentos en la cocina, que ya de por sí eran bien conocidos.

Un día mientras navegaba por las redes sociales, entre la multitud de publicaciones una le llamó la atención: aprender a hacer cupcakes y suspiros. Fue entonces cuando decidió tomar un curso online y de manera autodidacta aprender en casa.

Tras practicar, practicar y practicar, logró la perfección que ahora muestra en todos sus productos; pero ¿en qué momento lo que era un hobby se convirtió en un negocio?

“Apenas empezando mis sobrinas me abrieron una cuenta de redes sociales, me hicieron el logo y me dijeron: ¡ahora sí empiece a vender en Instagram! Ha sido toda una enseñanza para mí, porque yo no era una persona muy activa en las redes sociales, pero la verdad es que toda la clientela la inicié a través de ese perfil y por ahí recibo mis pedidos”.

— 

Claro, no está de más comentar que a Marilis, de 51 años, siempre le ha gustado cocinar y realizar manualidades. Ese talento ya lo había descubierto antes.

“Siempre he cocinado cosas ‘trabajosas’ y ahora la verdad es que me gusta mucho lo que hago, es sumamente entretenido y me ha servido como negocio desde la pandemia”, dice.

Su magnífica creación

Según la emprendedora, ha crecido más de lo que esperaba en estos dos años y medio, de hecho está trabajando a su máxima capacidad actual, pero conforme ha ido evolucionando el negocio, ella se ha ido acomodando a lo que necesita en ese momento; por ejemplo, actualmente ya cuenta con una persona que le colabora en realizar mezclas y empacar.

“La decoración la hago yo en su totalidad, pues siempre he sido muy meticulosa y detallista, eso me caracteriza; considero que es un producto que no se puede hacer masivo porque lo que lo diferencia más bien es justamente el ser personalizado”, especifica Pinto.

En Escazú, desde su casa, entrega los pedidos a sus clientes que van desde detalles para celebraciones especiales como bodas, cumpleaños, aniversarios, hasta pedidos corporativos.

Sus presentaciones son realmente sorprendentes. Una de las más novedosas son los cupcakes que monta simulando un ramo de flores y completamente decorado como tal. Además, ofrece cajas de 7 a 24 pastelitos regulares, cajas de mini cupcakes de 24 unidades y dome cakes.

La mayoría de sus clientes son jóvenes, pero también los hay mayores, pues es un producto que se presta mucho para obsequiar un detalle a otra persona, celebrarle u homenajearle.

Bendiciones de la pandemia

El ‘nuevo’ tiempo libre que tenía en casa Marilis y el encierro que nos tocó vivir a todos en el 2020, se confabularon a favor de Suspirando, pues como esta emprendedora lo asegura fue así que se interesó por aprender en línea y más tarde por tener su propio negocio.

Rememorando, Marilis cuenta que probablemente si no hubiera sido por la pandemia no hubiera tenido acceso a este tipo de cursos online, porque debido a ello fue que se empezaron a brindar. Aún así la tuvieron que empujar un poquito para animarse a emprender.

“Me costó echarme al agua, pero la verdad es que estoy feliz de haber dado ese paso; probablemente, desde hace mucho tiempo podría haberlo hecho, pero necesité estar sin hacer nada para tomar esa decisión y yo creo que nunca es tarde para iniciar un negocio y para aprender cosas nuevas”.

“Es un gran cambio, paso mucho tiempo en la casa y me sobra menos tiempo, pero siempre me ha gustado estar ocupada, tengo mucha satisfacción y para mi familia es saludable verme también trabajando y haciendo lo que tanto me gusta”, opina.

Marilis empezó haciendo suspiros personalizados y por eso su marca se llama Suspirando, posteriormente empezó aprender a hacer cupcakes y pasteles y ahora cuenta con distintas presentaciones.

Su red social, su colaboradora

El perfil de Instagram que sus sobrinas le hicieron para empezar a vender crece cada día. Ya supera los 5 mil seguidores y es precisamente ella quien lo alimenta, toma los pedidos y hasta hace sus reels.

“A mis hijos les hace gracia; todos han tenido que involucrarse alguna vez, porque me han tenido que enseñar cómo hacer posteos, reels y todo eso para el Instagram. Ha sido una etapa muy bonita de mi vida que me ha dado solo cosas buenas”, concluye con una sonrisa Marilis.

Instagram: suspirandocr

Whatsapp: 8509 5530