Inés Revuelta se solidariza contra el acoso callejero

Hace algunos años, siendo yo una niña que acompañaba a mi papá a cuanto mandado podía, lo vi, al costado sur de la iglesia La Dolorosa en San José y a plena luz del día, "hacerse tirado" de su carro (Chevy Nova blanco, ¿los recuerdan?) para correr y empujar a un ciclista al suelo. ¿Por qué? Porque vio desde el carro, cuando el ciclista pasó rozando la acera para tocarle las nalgas a una muchacha.

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Revista Perfil se enorgullece de prestar espacio a esta carta de solidaridad contra el acoso callejero escrita por Inés Revuelta, exdirectora del Teatro Nacional de Costa Rica y del Teatro Popular Melico Salazar.

"Hace algunos años, siendo yo una niña que acompañaba a mi papá a cuanto mandado podía, lo vi, al costado sur de la iglesia La Dolorosa en San José y a plena luz del día, "hacerse tirado" de su carro (Chevy Nova blanco, ¿los recuerdan?) para correr y empujar a un ciclista al suelo. ¿Por qué? Porque vio desde el carro, cuando el ciclista pasó rozando la acera para tocarle las nalgas a una muchacha.

El muchacho cayó al suelo y mi papá le dijo varias cosas en "cubano" y algunas en "tico"...entre ellas recuerdo: "Coño chico! ...esa muchacha puede ser tu hermana, tu hija, tu esposa, tu madre!!! Te gustaría que alguien les haga lo mismo?"

El muchacho, que no lo había visto venir (tan concentrado estaba en mantener el equilibrio y al tiempo, tocar a la muchacha), se levantó asustadísimo y huyó golpeado en su físico y espero que también en su moral...quiero pensar que le sirvió de escarmiento.

Mi papá habló brevemente con la muchacha para asegurarse que estaba bien (o tanto como se puede estar en semejante trance) y luego todos seguimos nuestro camino.

Al rato, cuando pude recuperar el habla, después de ver una faceta de mi papá que no conocía (porque él no era violento, nunca nos levantó la mano ni la voz y quien lo conoció sabe que era un caballero, lleno de bondad y chistes), le pregunté la razón de su reacción.

"Hice lo que tenía que hacer. Mañana puede ser contra mis hijas, mi madre, mi esposa y quisiera que alguien las defienda si yo no estoy. Todas las personas somos familia de alguna manera u otra y debemos defendernos mutuamente cuando vemos algo que no está bien".

Cerró con su frase habitual: "Te quiero".

...y con esto, Ernesto, mi Hulk-Superman-Papá volvió a su normalidad diaria. Me dio una gran lección de vida que marcó mi carácter y nunca la olvidé, almacenándola en mi memoria.

A propósito de los sucesos de los últimos días, comparto esta lección de vida,respeto, coraje y dignidad por el prójimo y manifiesto:

1- Espero que Gerardo se recupere.

2- Espero que los responsables sean capturados y que se aplique toda la fuerza de la ley.

3- Espero que quién se considere ofendida u ofendido interponga la denuncia ...y si necesita compañía, yo le ofrezco la mía.

4- Espero que las mujeres no permitamos acoso, abuso ni maltrato de ningún tipo; ni contra nosotras ni contra nadie...somos como las flores de un jardín: todas y todos diferentes pero al final de cuentas, somos lo mismo y pertenecemos a una sola familia sobre esta Tierra.

5- Espero en todo lugar y momento, ser tratada con respeto y dignidad; por lo que reclamo mi derecho a no ser acosada ni agredida en forma, lugar y momento alguno.

6- Espero que la sociedad no siga reaccionando en forma tardía (es interesante ver que la reacción social masiva se dio cuando la agresión fue contra un hombre, aún y cuando son muchas las mujeres que han sido y son agredidas e incluso muerto por esto).

7-Sin embargo y a pesar de todo, espero que las mujeres confiemos en que todavía hay Ernestos y Gerardos en el mundo y sin mucha problemática de género nos unamos todas y todos a hacer algo EFECTIVO.

8- Y como "esperar" me parece que no es suficiente, lo asumo y hago algo al respecto!

Hoy he recordado, porque recordar es volver a vivir. ¡Bendiciones!

INES REVUELTA

San José, Octubre 2015