Alicia Chong: Abre camino para mujeres en tecnología

La pasión por la matemática la llevó a explorar mundos nuevos, llenos de retos que está dispuesta a enfrentar; eso sí, lleva consigo a decenas de mujeres que, al igual que ella, buscan en la tecnología el método de solventar problemas. Hoy trabaja en un brasier que podría ayudar a reducir enfermedades del corazón.

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Alicia Chong Rodríguez es una costarricense con raíces peruanas. La menor de cinco hermanos y vecina de Curridabat, al menos hasta hace unos años. Su historia es como la de la mayoría de ticos, recibió educación de calidad y aspiró a ser alguien cuando fuera "grande", con una gran pequeña diferencia supo aprovechar esas ganas para hacer cosas nuevas.

Por iniciativa propia creó en México y Costa Rica la Red Nacional para Mujeres en Ciencia y Tecnología (MenTe), una propuesta que busca unir a más mujeres al mundo de la tecnología, crear liderazgos y apoyo en el campo de la ciencia. Actualmente es la primera costarricense becada para cursar el programa de postgrado sobre tecnologías exponenciales para resolver los grandes desafíos de la humanidad de Singularity University en NASA Ames Research Park. Parte de su trabajo fue lo que nos impulsó el contar su historia y a al igual que ella motivar a muchas más a convertirse en generaciones activas.

Corazón y Tecnología. Como en ninguna otra ocasión, este año Alicia cambió el trajín de la organización del TEDx Pura Vida Joven, por la oportunidad de formar parte del selecto grupo de expositores del evento. El auditorio que presenció su presentación se mostró identificado con la ingeniera que salió tímidamente a compartir su experiencia de vida.

Una vez terminada su participación, Chong se convirtió en una especie de estrella para quienes asistieron. Le tomaron fotografías, le declararon su admiración, le pidieron consejo de cómo lograr proyectos y hasta explicaciones más amplias sobre los de ella.

Aquella reacción no era para menos, sus logros lo respaldan y es necesario dejarlo bien claro. Alicia trabaja en un dispositivo que podría prevenir infartos en mujeres, una propuesta hasta la fecha fuera de lugar.

"En Singularity University nos hacen pensar mucho en retos para la humanidad. A pesar de que yo siempre me he inclinado más por la educación, nos sentimos identificados con los temas de salud. En debates identificamos que todos teníamos algún familiar cercano con problemas cardíacos y fue muy orgánico cómo se empezó a desarrollar", comentó.

Se trata de un proyecto futurista que pretende incrustar a la ropa femenina circuitos flexibles resistentes al agua de forma transparente, que permitan monitorear la reacción del sistema cardiaco, respiración y demás órganos que den señales del funcionamiento del corazón. Esta información sería enviada al teléfono por bluetooth.

En Estados Unidos una de cada tres mujeres sufre de esta afectación; incidencia mucho más alta que la suma de todos casos de cáncer, sida y malaria.

"Nos dimos cuenta que hay más investigación de ataques al corazón en hombres que en mujeres. Se sabe muy poco de este tema y fisiológicamente funcionamos distinto. En hombres es conocido que se presenta en su mayoría con un dolor en el pecho. Mientras que en las mujeres lo que manifiesta es falta de respiración que, por ausencia de investigación, se confunde con pánico y no se referencia a un cardiólogo" comentó Chong.

Alicia adelantó que el primer producto sería integrado a un brasier, ya que los vectores claves que permiten ver las señales del corazón están en esas áreas. Su principal reto, confiesa, es el financiamiento. Pese a ello, se encuentran en la cuarta integración donde buscan concretar un modelo que se adapte a las exigencias médicas.

La empresa que levanta junto a otros de sus colegas fue llamada Bloomer Technologies y en ella esperan indagar mucho más que soluciones para el sistema cardiaco.

"Le pusimos ese nombre a la empresa en honor a Amelia Bloomer's. Ella lideró el movimiento para que las mujeres dejaran de utilizar corsé en el siglo XIX, porque le hacían mucho daño al cuerpo. Ahora queremos seguir su legado de que la ropa no debe ser algo que utilizamos solo por que queremos, sino porque optimiza nuestra salud, ahora que tenemos tecnología podemos hacerlo", mencionó con un tono de orgullo.

La propuesta no suena tan descabellada, la revolución de la tecnología y los wearables (dispositivos de electrónica de consumo que se integra al uso diario) se incorporan cada vez más a la ropa.

"Espero que cuando nosotros estemos listos ya las personas estén listas para adaptarlo también. Como queremos integrarnos en ropa tenemos que hacer alianzas con los fabricantes para poder integrar nuestros circuitos, de ello dependería nuestro centro de negocio".

La firma invita a las mujeres a ser parte de esta iniciativa a través de Red Bloomer en la red social Facebook, donde se espera crear una comunidad de mujeres que estén interesadas en la concientización de los problemas cardiacos, además será una plataforma para identificar estilos de vida y otras características necesarias para la investigación.

Se estima que 64% de las mujeres que mueren de forma repentina por problemas coronarios no cuentan con registro de síntomas anteriores y cerca del 52% de la población mundial lucha contra una enfermedad cardiovascular.

Su historia. De pequeña se daba la oportunidad de jugar fútbol con otros niños, salir con otras niñas y algo que en particular solo ella creía era cierto: era sobrina de Albert Einstein, cómo llegó a esa idea no está claro, pero su admiración hacia quien entonces creía era su tío la acercó al mundo de las ciencias.

Luego de salir del colegio y tras realizar los exámenes de admisión en las universidades públicas se inclinó por una ingeniería, algo poco común en su familia: sus dos padres son educadores.

Su espíritu de superación siempre lo ha mantenido vivo, quedarse en un solo lugar no es una alternativa. Aprender, moverse, compartir, retarse... Esa es Alicia.

Dos años después de haber ingresado al Tecnológico de Costa Rica, más que todo influenciada por su amor a la matemática, decidió probar suerte y aplicar para una beca en el Tecnológico de Monterrey en México.

El camino hubiera sido más simple si no hubiera dejado – como buena tica– todo para lo último. La fecha de matrícula se le pasó, con la suerte de que una semana más tarde se realizaría en Nicaragua. Su madre sin pensarlo armó maletas, se la llevó al país vecino y la empujó a un mundo de nuevas oportunidades.

El esfuerzo valió la pena, las carreras de aquella semana dieron resultado. Alicia fue aceptada en el TEC de Monterrey; sin embargo, la beca que daba la universidad y que le garantizaban el pago de gran parte de su estudio fue negada por no ser estudiante de primer ingreso.

"Aún así mis padres hicieron el esfuerzo y por cuatro años estuve en México. Hay una comunidad muy chiva de ticos, pude hablar con ellos antes de irme para ver si valía la pena y la verdad es que fue increíble. Uno gana independencia y se vive una cultura muy de emprendimiento, que en definitiva me quedó muy marcada", comenta vía telefónica.

Como en toda universidad los grupos sociales estaban presentes, Monterrey no tenía porqué ser una excepción. Con una realidad, la mayoría de quienes se reunían eran hombres, todos prospectos a ingenieros. Eran contadas las mujeres que formaban parte de las actividades sociales y académicas.

Además de adquirir un buen gusto por la comida mexicana, en los últimos años Alicia se dedicó a crear MenTe, proyecto en el que pretendía unir en un solo sitio a las mujeres interesadas en las ingenierías, que hasta el momento estaba dispersas.

"Me di cuenta que casi no tenía amigas que estudiaban ingenierías. Éramos poquísimas en clase, pero uno salía y ya veía a varias. Entonces decidimos crear un grupo estudiantil y lo llamamos MenTe", cuenta orgullosa de aquella hazaña que logró aglomerar a mujeres de diferentes escuelas, donde pudieran expresar su pasión por la tecnología sin ningún tabú.

La amistad de una compañera en un curso de programación – misma materia por la que años atrás había descartado involucrarse con las ciencias de la computación– fue lo que la impulsó al proyecto que más tarde llegaría a Costa Rica.

Desde la primera reunión empezaron a llegar "aquel montón de mujeres", juntas descubrieron oportunidades, talentos y liderazgos. Muy pronto, se empezaron a abrir las puertas laborales para ellas en el mundo de la ingeniería.

Claro no todo puede ser "color rosa", las críticas no se hicieron esperar. El gremio cuestionó el funcionamiento de la iniciativa y la necesidad de su existencia. Aún así, MenTe salió avante revolucionando las vidas de quienes lo conformaban.

Becas de estudio y giras a empresas tecnológicas como Google en Estados Unidos, fue solo el inicio de aquella poderosa experiencia.

"Se nos abrieron puertas que no conocíamos. Fui a la conferencia de mujeres en tecnología más grande del mundo, Greis Open Celebration Computer for Women, y no solo a presenciarla, fue de las primeras veces que hablábamos en público. Nos invitaron para exponer el proyecto MenTe".

El proyecto fue creciendo como si se tratara de una bola de nieve que baja de una pendiente. Las dimensiones que alcanzó ya sobrepasaban la extensión universitaria, el impacto social a comunidades cercanas era reconocido, aplaudido y sobre todo apoyado.

De regreso. Para Alicia estudiar ingeniería es de aquellas carreras que permite brincar a cualquier otro campo, abre todo un abanico de opciones laborales y de desarrollo personal.

Mary Lou Jepsen, jefa de la división de Pantalla de Google X y reconocida por su influencia en la ciencia y tecnología, no es íntima amiga de Alicia, pero bastó una de sus charlas en la universidad para que la arquitectura de procesadores tomará su interés profesional.

Como si el puesto la estuviera esperando, dos semanas después de arribar a Costa Rica Alicia ya tenía empleo. "Fue chivísima, no lo esperaba. Iba a intentar y si no encontraba un puesto regresaría a México", dice.

Fue tanta la pasión que sus planes pasaron a segundo plano. Según Alicia a los dos años de ejercer optaría por una maestría, pero ya llevaba cuatro años en aquel empleo y además estaba ligada a varios proyectos en paralelo, entre ellos, Ideas en Acción y el TEDx Pura Vida.

"Nos tocaba trabajar con nuevas tecnologías que estuvieran saliendo al mercado, realizarles las pruebas. Era muy interesante, yo me podía quedar trabajando hasta ver que lo que estaba probando me estaba funcionando".

Como si no fuera suficiente no fue capaz de dejar pasar la idea de un hackathon y mucho menos un MenTe Costa Rica.

Ambición social. La experiencia que MenTe le había generado en México le dejó huella, comentar la idea con otras mujeres de la rama en Costa Rica se volvía cada vez más fuerte y hasta aspiracional. No obstante, en lo que primero logró involucrarse fue en la organización del TEDx Pura Vida.

"Apenas supe que se iba a realizar el evento, le escribí a la organizadora y me puse de voluntaria a ayudar. Hay una comunidad de gente joven muy chiva en Costa Rica que está haciendo cosas bastante interesantes y reunirlas me emocionaba".

Sin pensarlo dos veces cuando se necesitaban voluntarios ahí estaba Chong. Para el 2013, ya dentro del equipo que une hilos para hacer el evento realidad, logran traer como expositora a Deborah Derebichez, reconocida experta en física.

"Fue ahí cuando vimos la respuesta de mucha gente en Costa Rica interesada en las tecnologías y en las ciencia. Entonces junto con Ideas en Acción, que se fundó con el mismo grupo organizacional de TEDx Pura Vida, crearon MenTe en Acción".

MenTe en Acción variaría un poco su concepto original, ya no sería solo para agremiar a mujeres en la tecnología. Sino que se inclinaría a fortalecer y atraer la participación femenina a este tipo de carreras.

"Estoy segura que nuestro país podría convertirse en pionero y ejemplo para el mundo con la Red Nacional MenTe, dejando en el pasado la conocida brecha de género en áreas de ciencia y tecnología. La inversión de Costa Rica en este campo tiene un crecimiento sostenido en los últimos años, llegando a $989 millones en el 2013, según datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt)", anuncia Chong en su blog.

La realidad de que sean pocas mujeres en las escuelas como las cifras publicadas sobre el tema pueden ser, inicialmente, alarmantes.

"Para mí "ser minoría" en este campo es un fenómeno extraño que aparece como consecuencia de las fallas presentes en nuestra sociedad y la educación. También hace falta compartir sobre mujeres en este ámbito", afirma en un texto bien pensado, en el que además recalca sobre la importancia de generar diversidad.

Precisamente estos pensamientos fueron los que la motivaron a darle forma al proyecto. "Era mucha gente y nos enteramos de que no podía ser solo programación, sino que trataríamos aspectos de empoderamiento y liderazgo. Armamos un súper buen equipo y lo ejecutamos".

"Poco a poco a muchas amigas les empezó a interesar la tecnología, ven su importancia, principalmente la gente joven, les interesa aprender a programar. Es muy bueno tener un montón de amigas que no estudiaron tecnologías que ahora saben mucho y ya se pueden tener conversaciones más técnicas y eso es muy interesante. Uno ve cómo las cosas van cambiando".

"Hace 10 años uno decía: "qué raro que las mujeres no estudien esas carreras", y la gente decía: "es que no les gusta", pero no es que no les gusta, es que nada más si no se lo presentan en su momento no les llama la atención tanto como otras cosas que sí conoce", menciona.

El primer programa se realizó en el 2015. Constó de 12 sábados donde chicas de entre 15 a 19 años, junto a sus familias, se involucraron en el mundo de la tecnología como herramienta para solventar problemas sociales.

Para Chong lo más valioso del proyecto fue involucrar mujeres de distintas ingenierías (electrónica, mecatrónica, eléctrica, industrial, computación) con el propósito de que las 52 participantes lograran entender la diferencia entre una y otra; ya que son estas las que cuentan con mayor auge y apertura de oportunidades.

"Es un sector que crece aceleradamente y cuyos avances son altamente significativos para la humanidad".

Alicia considera que la elección de carrera es el punto de salida donde se pueden generar cambios en la sociedad. Deja claro que no se trata de que ahora todas las mujeres elijan carreras científicas, sino de abrir panoramas, que tengan libertad y confianza de que están escogiendo lo que realmente les apasiona y dejarse llevar por el top tres del proceso de admisión de una casa de estudio.

"Las universidades no crean tanta conciencia de cómo escoger carrera. Fue emocionante ver cuando ponían ingeniería electrónica o mecatrónica, fue muy chiva. A través de estos programas uno trata de abrirles perspectivas".

Adicional al apoyo a jóvenes mujeres el proyecto de Chong propuso la creación de comunidades de mujeres interesados en compartir experiencias de la vida de ticas en ciencia y tecnología, demostrando que cualquier meta que se propongan es alcanzable.

"Aún hay camino por recorrer para alcanzar equidad y hacer historia, como en todo gran cambio positivo, comunidades se unen para hacerlo realidad. Es una fuente de inspiración para proponer nuevas metas a quienes ya son parte de un sector en el que hay que seguir rompiendo barreras y abriendo caminos", concluye Alicia en su texto de bienvenida al programa.

La primera versión de MenTe en Acción de este 2016 se enfocó en la provincia de Limón.

Actividad con giro. Como si no le bastara con su proyecto estrella, Chong se involucró en el primer hackatón Desarrollando América Latina, que se realizó en Costa Rica. En esa oportunidad la ingeniera fue parte del jurado calificador.

Como participante estuvo en el Hardware Zone realizado en el Tecnológico de Costa Rica. "Esto fue muy interesante porque ya llevaba bastante tiempo organizando. Era raro verme de nuevo al otro lado de la mesa, y también me sentía vieja. Pero fue súper porque fue de las veces en las que uno se sale de la zona de confort. Para ese entonces estaba aún en el proceso de descubrir qué nuevas habilidades quería desarrollar", recuerda.

En el 2015 se presentó como por cosa del destino la oportunidad de ingresar a cursar una maestría, la cual arribó acompañada de una beca del MIT. Se trató de una oportunidad que si bien estaba buscando no pensaba llegar a tener pronto, principalmente por su perfil en la industria y no en la investigación.

Esta nueva etapa de volver a las aulas uniría al fin sus dos amores: la tecnología y las problemáticas sociales.

Su generación será la primera en cursar una maestría que combina ingeniería, diseño y negocios de la Singularity University en NASA Ames Research Park , una de las casas de estudio más prestigiosas del mundo y meca de todo estudiante de tecnología.

El posgrado tiene el firme propósito de resolver los grandes desafíos de la humanidad con la combinación de varias áreas de desarrollo, aspectos que Alicia visualizó desde sus inicios en Monterrey.

"Es de esas cosas que aún me mantiene en shock de emoción. Me costó mucho entender que estaba aquí. El plan está muy enfocado en la parte de diseño integrado", dice mientras cuenta con asombro que le pareció algo futurista la paridad de género en las aulas. "Todo muy bien planeado y diseñado. Yo estaba en shock, el primer día de clases yo decía no puede ser... es muy chiva".

"Me he dado cuenta que el futuro es colaborativo. Mente en Acción salió así de bien porque la integramos personas de distintas disciplinas. Las chicas tuvieron un desarrollo más impactante justamente porque hubo input de varias expertas de distintas áreas y sí, siento que el mundo se está convirtiendo en algo más interdisciplinario".

Le queda más de un año de carrera, en el que seguirá en pie con sus proyectos. Cuantos más se le pongan en frente. Su último reto, hablar de sí misma en un escenario en el que siempre estuvo detrás del telón. En este 2016 Chong fue parte de la parrilla de expositores del TEDxPura Vida, compromiso que afirma la reta a ver su experiencia de vida y su pasión por la ingeniería.

"A veces es difícil hablar de uno. Yo soy de esas personas que odio hablar de mí misma, con la presentación he tenido que practicar mucho, pero usted me guía, ahí me ayuda si me pierdo", dijo en los primeros 30 segundos de la entrevista que mantuvo por cerca de una hora desde Boston.

Fotos Marcela Bertozzi y Gabriela TéllezProducción Jairo BarrantesMaquillaje y peinado Velvet Salas