Roller Derby. Adrenalina en patines: chicas que se sacan chispas

Usan escotes, medias a rayas, pestañas postizas y nombres de fantasía. Detrás de esa imagen de muñecas pin-up de los años 60 hay madres, esposas, contadoras y diseñadoras que explotan su lado más salvaje montadas sobre patines.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Usan escotes, medias a rayas, pestañas postizas y nombres de fantasía. Detrás de esa imagen de muñecas pin-up de los años 60 hay madres, esposas, contadoras y diseñadoras que explotan su lado más salvaje montadas sobre patines.

Verlas girar por la pista del Polideportivo de Aranjuez en un arranque de adrenalina no es un espectáculo cualquiera. El look es el sazonador principal de la actitud de una chica roller derby. El estilo rockabilly predomina en sus outfits con peinados estrambóticos, pestañas falsas y patines coloridos.

En Costa Rica, cohabitan cuatro equipos de roller derby, un deporte de contacto sobre patines: las "Gatas Callejeras", las "Panties Dinamita", "Derby Mixto" y "Esqueléticos Junior".

Algunas exhiben tatuajes, usan microshorts o faldas de tul y todas sin excepción usan cascos, rodilleras, coderas y protectores bucales. No vaya a ser que un empujón las agarre desprevenidas.

Mucha fuerza, velocidad e inteligencia se concentra en los cuerpos de una treintena de chicas que giran sobre cuatro ruedas. En la oscuridad y al ritmo de las gotas de lluvia que golpetean las latas de zinc de la instalación deportiva, parecen las patinadoras más rudas de todo el país: ¡y probablemente lo son!

Desliz de pasión

Gabriela y Valeria Sotela son hermanas en sus treintas que toda la vida amaron patinar. Decidieron dar un poco de movimiento a sus rutinas de madres y profesionales a través de la compra de unos patines. Buscando en internet se toparon con un universo desconocido e interesantísimo: un deporte estadounidense llamado roller derby. Quedaron enamoradas y decidieron que serían embajadoras de esta disciplina en el país.

Facebook todo lo conecta y así el grupo de interesadas fue creciendo. En los primeros dos años se sumaron más de 40 chicas. Algunas permanecen y otras han optado por dar un descanso a las ruedas, absortas en rutinas de trabajo, estudio y familia. En este momento las adeptas son aproximadamente una treintena.

Las hermanas Sotela comenzaron a dirigir los entrenamientos con la ayuda de información extraída de Internet y de referencias que le daban jugadoras de otros países, a quienes empezaron a contactar. Una estadounidense las entrenó durante seis meses, tiempo durante el cual lograron aprender muchísimo.

Afortunadamente, desde hace tres años cuentan con un entrenador - preparador físico y esposo de una de las jugadoras- que les da la pauta todos los martes, jueves y sábados, durante dos horas.

Tienen ya seis años de practicar roller derby y de promoverlo en el país: conformaron la Liga Roller Derby Costa Rica y buscan reclutas que no le teman a unos cuantos empujones y raspones. A cambio ofrecen diversión y disciplina.

Pin-ups sobre ruedas

El deporte se hizo famoso en los años cuarenta y cincuenta porque representaba la fortaleza de la mujer. En gran medida de ahí viene la indumentaria y los estilos pin-up. Sus primeras apariciones eran una especie de show, parecido a la WWF: mujeres dando vueltas en patines, con vestimenta provocadora y sin protección alguna.

En los 80 comenzaron a reglamentar el deporte y ya para el 2004, comenzó a regularse por medio de la Women´s Flat Track Derby Association o Asociación Mundial de Roller Derby. Hoy existen más de 1.050 ligas amateurs en el mundo. Costa Rica es el único país centroamericano en el que existe una.

Es un deporte de contacto completo, por lo que es bastante rudo. Deben tener las precauciones necesarias: no pueden jugar sin protecciones como rodilleras, coderas y protector bucal. Las lesiones en roller derby son de temer pues no es un deporte para personas frágiles.

Gabriela cuenta que durante un partido que disputaron contra el equipo mexicano Burdel Zombie, le quebraron una costilla y a su hermana se le hizo un pequeño tumor en la pierna a raíz de un esguince. En otra oportunidad, una de las jugadoras se quebró la clavícula y esta fue razón suficiente para no volver a calzarse los patines.

"Lo primero que se debe aprender es a caer, para evitar golpes y fracturas", manifestó Gabriela. Explicó que el deporte tiene algún parecido con el fútbol americano pero sin balón: es un deporte donde solo se utiliza el cuerpo para intentar bloquear. Es legal hacerlo con la espalda, con hombros, con caderas y con los glúteos.

Ningún comienzo es fácil y la falta de espacios adecuados y de suficientes recursos técnicos han sido dos de sus limitaciones.

Aunque quisieran, las ticas todavía no pueden pertenecer a la entidad encargada de regular el deporte en el plano internacional pues no han logrado que el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), reconozca el roller derby como deporte.

Carne fresca

Las "fresh meat" o carne fresca son las jugadoras nuevas. Las chicas roller piden compromiso con las ruedas. Por esta razón, las jugadoras que se inician en el deporte deben pasar un proceso de adaptación y aprendizaje, para demostrar que son dignas de pertenecer al equipo.

Es una especie de rito de iniciación que se extiende por seis meses. Cual si fueran aspirantes a una fraternidad, deben ganarse su puesto en el equipo y realizar las tareas que nadie quiere: limpiar, cargar el equipo y hacer favores a las demás. Una vez que dejan de ser "carne fresca" tienen derecho a optar por un nombre o un alter ego: dejan de ser llamadas por su nombre y adoptan uno ficticio para el terreno de juego. "Bloody Doll", "Iron Butterfly" y "Hardcore speed vendeta" son ejemplos de nombres artísticos de las actuales jugadoras.

Las chicas pueden ingresar al equipo a partir de los 16 años, pero si son menores de edad requieren una carta de autorización de sus padres por tratarse de un deporte de contacto.

Gabriela, tatuadora y diseñadora de profesión, tiene 33 años y su hija de 12 es parte de la "carne fresca" del equipo. No existe límite de edad en el Roller Derby. La mujer de mayor edad en el equipo actualmente tiene 52 años y seis hijos.

Es un deporte muy inclusivo pues no se requiere una preparación, condición física o contextura determinada. Basta con tener ganas de aprender a patinar y no tener miedo al contacto físico.

"Todas estamos aquí por la adrenalina. El rush durante el partido es de las cosas que más nos gustan", asegura Cristina Fernández, creadora de páginas web, moderadora y madre de dos hijos.

Como requisito esencial, deben tener muy clara la advertencia que hace Valeria Sotela: "El roller derby no es para lloronas".

Lógica en cuatro ruedas

Cada equipo consiste en 14 jugadoras. Entran a la pista solo cinco: cuatro son bloqueadoras y una tiene el puesto de jammer, que se identifica por tener una estrella en su casco.

Al pitazo del réferi, las jammers tienen que atravesar el pack o el grupo de bloqueadoras del equipo contrario, mientras estas tratan de impedirle el paso. No se pueden utilizar los brazos, la idea es utilizar la fuerza el cuerpo y de la cadera para bloquear al equipo contrario

El pack se arma de acuerdo con la estrategia y así se pueden crear diferentes figuras. Quien se encarga de esto es la pivot, o líder del pack.

La jammer que logra pasar de primero el pack contrario se convierte en líder y puede, durante dos minutos, parar el partido a conveniencia. Se otorga un punto por cada jugadora contraria que logre pasar la jammer.

Los encuentros duran una hora: dos tiempos de 30 minutos y 15 minutos de descanso intermedio.