Es común escuchar que alguien sufre de presión baja o presión alta. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias.
La presión baja se puede heredar y es más frecuente que la alta, sobre todo en las mujeres delgadas y jóvenes. Si la madre la ha padecido, es más probable que la hija también. Este tipo de presión casi nunca es un problema crónico y da menos problemas de salud.
Por su parte, la hipertensión arterial (HTA) –o presión alta– ocurre cuando hay una alteración en los vasos sanguíneos y en las sustancias que regulan la presión arterial. Esta es la primera causa de enfermedad cardiovascular, eventos cerebrovasculares, enfermedad cardíaca y enfermedad vascular. A nivel mundial es la causante del 6% de las muertes y de 7.1 millones de muertes prematuras cada año.
Una persona puede sufrir presión arterial alta como consecuencia de la obesidad o el sobrepeso, la falta de actividad física y el sedentarismo, el consumo excesivo de sal, grasas o alcohol, el estrés y el cigarrillo.
Cuando la presión es alta de forma permanente puede llegar a afectar órganos vitales como el cerebro, el corazón, los riñones y los ojos, por eso se le debe prestar atención a tiempo.
Fuentes: Dr. Daniel Quesada, cardiólogo y Dr. David Rodríguez, Director Área Terapéutica Cardiovascular y Metabolismo de Novartis para Centroamérica y el Caribe.