Natación estimula el desarrollo de los bebés

¿Alguien ha intentado aprender a nadar adulto? El cuerpo pesa como el doble, los pies no flotan, la respiración no funcionan y el agua está cada segundo intentando echar abajo ese esfuerzo por aprender.

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¿Alguien ha intentado aprender a nadar de adulto? El cuerpo pesa como el doble, los pies no flotan, la respiración no funciona y el agua está cada segundo intentando echar abajo todo el esfuerzo.

En cambio, hacerlo de pequeños es casi igual que el proceso de aprender a caminar; nadie se acuerda de los golpes, las caídas o todo el tiempo que pasó para dar su primer paso. Esto ocurre porque se trata de un proceso natural.

Karla Fallas, educadora física de Super Babies -centro experto en enseñanza de natación-, asegura que entre más pequeños se involucren los niños en este deporte más simple será su aprendizaje, puesto que tienen mayor facilidad de movimiento en el agua que en la tierra debido a su flotabilidad, permitiendo la estimulación y avance en sus movimientos.

"Nuestra vida inicia con nueve meses en el vientre de la madre. Ahí estamos rodeados de líquido amniótico, por lo que nacemos con un reflejo de bloqueo de la glotis. Esto hace que se bloquean las vías cuando se entra en contacto con el agua de manera instintiva", expone la educadora -de ahí la razón de porqué es más sencillo para los bebés adaptarse al agua-.

Aclara que este bloqueo se pierde durante el crecimiento, alrededor de los nueve meses. "La única forma de que se extienda es mantener al bebé en contacto con el agua por medio de la natación", dice.

Entre los beneficios de iniciar a edades tan tempranas destaca el estimular al bebé durante su crecimiento permitiendo un mejor desarrollo motor, cognitivo, emocional.

"Ellos ven como un juego estar en contacto con el agua. Un bebé se encuentra receptivo a cualquier enseñanza, por lo que tendrá mayor habilidad motora para realizarlo en un futuro. Y lo mejor es que lo disfrutan", afirma la experta.

Investigaciones afirman que acercar a los bebés a la natación les ayuda a aumentar el coeficiente intelectual. Los niños que practicaron natación durante los dos primeros años de vida, cuentan con una mayor percepción del mundo. Se vuelven creativos y observadores.

Aumenta el desarrollo sicomotor. El niño encuentra en el agua movimientos tridimensionales, dándole mayor libertad que en el medio terreste.

Elimina la tensión nerviosa y el estrés, y fortalece el sistema inmunológico.

En conclusión, aprender a nadar solo trae beneficios y cuando se hace desde bebés el proceso es mucho más natural y divertido.