Hipersexualidad: cuando el deseo se vuelve peligroso

Despertar con ganas de tener sexo, evocar el deseo al estar con la pareja o terminar el día con una noche apasionada es más que bueno. Lo negativo de esto es cuándo estas estas tres condiciones se cumplen el mismo día, todos los días. En ese momento se entra en el campo la hipersexualidad.

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Despertar con ganas de tener sexo, evocar el deseo al estar con la pareja o terminar el día con una noche apasionada es más que bueno. Lo negativo de esto es cuando estas estas tres condiciones se cumplen el mismo día, todos los días. En ese momento se entra en el campo la hipersexualidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la hipersexualidad como el impulso sexual excesivo, sin ningún tipo de lazos emocionales o de compromiso.

Un estudio realizado por la misma OMS estima que una de cada 20 personas sufre de hipersexualidad. Esto afecta tanto a hombres como a mujeres.

Este aumento desmedido en la necesidad de tener relaciones sexuales puede llegar a afectar entornos sociales, emocionales y físicos.

Preferir la cantidad antes que la calidad lleva a quienes lo sufren a perder la capacidad de disfrutar de estos encuentros y, por el contrario, a llenarse de sentimientos de ansiedad, depresión, ataques de pánico, vergüenza, arrepentimiento y necesidad de más actividad sexual, sin importar lo que esto implique para lograrlo. Son adictos al sexo.

Según la sexóloga Marianela Arias, este comportamiento, llamado también ninfomanía en las mujeres, se diferencia del alto deseo sexual porque en esta conducta hay rasgos compulsivos, impulsivos y falta de autocontrol.

Si queremos ser positivos y sacarle partida a este tipo de conducta, lamentamos contarle que no es el caso. Aquí se requiere de un profesional. Es una adicción que domina la vida de las personas, como si se tratara del cigarrillo o del alcohol.

Un estudio realizado por la universidad de Cambridge en el que se realizaron escáneres cerebrales a hombres mientras veían pornografía, encontró que las regiones cerebrales que se activaron fueron los mismos centros de recompensa que se activan en el cerebro de los drogadictos cuando visualizan la droga. La conclusión a la que llegaron es que la hipersexualidad se trata más de un trastorno obsesivo - compulsivo.

Buscar siempre sexo podría funcionar para ocultar condiciones de depresión, estrés o ansiedad.

Lo mejor en estos casos es acudir a un experto.