Encontrar la manera de ser constante en la rutina de entrenamiento para muchos no es una tarea fácil. Según el estudio de la University College de Londres, se necesitan 66 días seguidos para convertir una actividad en un hábito. Incluso, tras crear el hábito es posible perderlo con facilidad.
Y, definitivamente, es de conocimiento popular que hacer ejercicio solo trae beneficios a la salud, pero convertir en un hábito arraigado el entrenamiento es un verdadero reto.
Según el entrenador personal Pablo Soto, el hecho es que uno mismo es capaz de conseguir implantar el hábito del deporte en la vida cotidiana, pero depende de factores como la perseverancia, la insistencia o el interés que tenga por conseguir sus objetivos.
“Es una realidad, después de diciembre muchos aumentan de peso por todos los cambios de rutinas y el incremento de las festividades, por lo que incorporarse a un plan de entrenamiento es uno de los planes para enero. Sin embargo, ya para marzo son muchos los que han abandonado el objetivo y, ante esta realidad, es clave conocer algunas recomendaciones para mantenerse con constancia durante todo el año”, agregó Pablo.
Antes de empezar cualquier plan de entrenamiento, es fundamental estar 100% seguro de si la disciplina que va a practicar es realmente la que más le gusta. De eso depende en gran medida mantener en el tiempo su práctica. Para eso, debería antes de elegir el tipo de ejercicio que va a practicar con otros probar al menos tres disciplinas, y medir el grado de satisfacción que le provocan.
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5 claves para lograrlo
Sea realista
Establezca metas pequeñas y alcanzables en un principio. Si es nuevo en el ejercicio, planee hacerlo tres veces a la semana. A medida que avanza puede construir una rutina semanal de hasta 5 días (o más).
Tenga un plan específico antes de empezar
Debería crear una variedad de ejercicios para mantener la energía (por ejemplo, la fuerza un día, ejercicios cardiovasculares), pero el truco es planificar con anticipación. Cada domingo por la noche, haga un plan de su semana de entrenamientos y sígalo como si fuera una receta médica. Su plan puede incluso ser tan simple como “lunes: Caminar 30 minutos, miércoles: Caminar 30 minutos y hacer 15 minutos flexiones y abdominales”.
Comparta el ejercicio con alguien
Puede ser un compañero de entrenamiento o un entrenador personal. De cualquier manera, haga deporte con alguien con quien se sienta cómodo.
Establezca objetivos y realice un seguimiento
Tal vez su objetivo es perder peso o correr 5 km. También podría ser tan simple como “ejercicio cada dos días durante un mes”. Al ver el progreso se sentirá motivado.
Encuentre inspiración o distracción
Si los objetivos de ejercicio no le entusiasman, elija su complemento ideal; por ejemplo, si le aburre ir al gimnasio, incluya en su rutina música, ver televisión o su serie favorita.
“Lo más importante para ser constante es no detenerse, no regresar al punto de partida, sino seguir la ruta y retomar cuanto antes en caso de que caiga o pierda el entusiasmo”, dijo Pablo Soto, entrenador personal y educador físico.
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Enemigos de la constancia
- Querer resultados a muy corto plazo
- Esperar a tener tiempo libre para comenzar
- No tener un horario establecido
- Depender de personas poco comprometidas para hacer ejercicio
- Sentirse bien con el sedentarismo
- Querer bajar de peso de la misma forma que otras personas
- Querer tener el cuerpo igual al de otras personas
- No fijarse fechas límite para ver resultados
- No comprender que, aunque se falle, se debe continuar con la misma energía que al inicio