Deshágase de los mitos de los tampones

Los tampones al igual que las toallas son productos diseñados para absorber el flujo sanguíneo, en su mayoría diseñados con celulosa compacta en forma cilíndrica para así poder ser fácilmente insertados en la vagina. Entre sus beneficios destacan la comodidad y la eliminación de olores.

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Los tampones al igual que las toallas son productos diseñados para absorber el flujo sanguíneo, en su mayoría diseñados con celulosa compacta en forma cilíndrica para así poder ser fácilmente insertados en la vagina. Entre sus beneficios destacan la comodidad y la eliminación de olores.

Vingela Rodríguez, mercadeo Saba, comenta que pese a los beneficios evidentes del tampón en centroamérica este producto está rodeado de mitos como que con el tampón se pierde la virginidad, que usarlo es doloroso, o que se puede perder en el cuerpo una vez introducido.

El tampón tampoco se siente, pues una vez introducido. Cuando el tampón se coloca correctamente no se siente nada. Si incomoda significa que no se ha insertado el tampón a la profundidad suficiente. Debes retirar el tampón y usar uno nuevo asegurándote de que lo insertas profundamente.

Rodríguez explica que los tampones están hechos de celulosa y en el mercado es posible encontrar de distintas capacidades de absorción, lo que le ayuda a la consumidora a elegir el correcto según sus necesidades.

"En Centroamérica el desconocimiento le impide a la consumidora comprar tampones como uso directo, por lo general quienes usan toalla cuesta que se pasen al tampón, como sí sucede en países como Colombia, donde las chicas usan el tampón durante los cinco o siete días de menstruación", comenta Rodríguez.

Los expertos en salud recomiendan iniciar con su uso después de los 15 años, no porque antes genere daño, sino porque a esa edad se tiene más conciencia del cambio frecuente del dispositivo.

A diferencia de la toalla con el tampón no se logra identificar cuando este está lleno, por lo que no existe una alerta visual que recuerde su cambio. Por ello y con el propósito de evitar la propagación de bacterias se aconseja cambiarlos cada cuatro horas.

Marcela Brenes, vocera de Kotex, advierte que precisamente para evitar la formación de bacterias lo ideal es usar durante la noche una toalla y no un tampón ya que el ciclo de sueño es mayor al tiempo recomendado de uso de un dispositivo.

No cambiarlo con frecuencia puede propiciar el ambiente perfecto para que distintos tipos de bacterias crezcan, conocido como Síndrome de Choque Tóxico.

En Costa Rica se venden al año cerca de 7.000 millones de tampones.