Consecuencias de saltarse el desayuno

Desde niños nos dicen que el desayuno es la comida más importante del día, pero ¿sabemos realmente qué sucede con nuestro organismo si no desayunamos?

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A todos nos ha pasado que preferimos sacrificar los minutos de desayuno por un poco más de sueño antes de ir al trabajo, lo que no sabemos es que no comer por la mañana podría debilitar nuestro organismo e inclusive hacernos sentir más cansados y débiles.

Según los expertos en nutrición y salud, las personas que no desayunan no disponen de suficiente energía para que el metabolismo funcione de manera habitual. En algunos casos el organismo puede entrar en letargo metabólico, lo que puede traer consigo efectos negativos sobre nuestro estado de salud.

El letargo metabólico es el estado en el que entra nuestro cuerpo, cuando no dispone de suficiente energía. Este estado puede provocar fatiga e inclusive el aumento de peso, ya que el organismo intenta gastar el mínimo de energía y reduce la cantidad de calorías quemadas por día.

Además, está demostrado que las personas que saltan el desayuno tienen más probabilidades de padecer de diabetes, obesidad, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares. Comer bien por la mañana es más importante de lo que pensamos, estos son algunos beneficios que nos trae tomar un buen desayuno antes de empezar el día:

  • Nos proporciona más energía.
  • Se quemarán más calorías durante el día y evitará el sobrepeso.
  • Previene los riesgos de padecer un infarto o diabetes.
  • Nuestra memoria funcionará mejor, ya que la alimentación saludable activa nuestro cerebro.
  • Estaremos más concentrados.
  • Nuestro humor mejora.

Asimismo, no solo se trata de comer algo por la mañana, sino de comer bien, por lo que es importante seguir una serie de consejos para preparar una comida nutritiva. Es importante que el desayuno contenga gran variedad de alimentos, como lácteos, huevos, cereales o frutas.

El desayuno representa alrededor del 25% de la ingesta de calorías diarias, es decir, si nuestra dieta consta de unas 2.000 calorías, la primera comida del día no debería sobrepasar las 500 calorías. No obstante, si a primera hora de la mañana no existe tanto apetito para consumir esa cantidad no hay de qué preocuparse, ya que los nutricionistas también recomiendan dividir el desayuno en dos tomas, uno a primera hora y otro como merienda.

Además, es recomendable dedicarle un tiempo de 25 o 30 minutos al desayuno, para no comer con prisa. Planificar la mañana para levantarnos con tiempo nos hará sentir más relajados y mejorará el funcionamiento de nuestro organismo.