Células madre: Cuerpos que se sanan a sí mismos

Un tratamiento alternativo, que se realiza desde hace pocos años en el país, se perfila como una opción de sanación para males incurables.

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La primera sorpresa nos llega poco antes del mediodía. Tras cruzar el parque de San Ramón de Alajuela y llegar a una cafetería nos topamos a Ana Badilla sentada en una mesa apaciguando el bochorno del día con un gelato. Nos habían contado que padecía la enfermedad de Parkinson y su imagen, resuelta y elegante, responde poco con lo que suele asociarse a ese mal.

Al sentarnos a charlar, Ana nos cuenta que, hasta mayo de este año tenía problemas no solo de movilidad, sino que también en el ánimo y la claridad mental. Las cuentas que realizaba junto con su esposo en la empresa familiar se tornaban una labor tortuosa y el gimnasio, al que asistía continuamente, pasó al olvido hace dos años cuando le diagnosticaron el Parkinson.

"Esta es una enfermedad que tiene on y off, como es algo de la parte eléctrica del organismo a veces se 'desconecta' y esos momentos son horribles. Una cosa es el movimiento de la mano, que lo ocasiona una persona extraña o algo que te de una emoción extra; pero el off es una cosa horrible porque sentís que las piernas se convierten en cemento, no hay forma de moverlas y, si has comido algo, no podés hacer la digestión", recuerda Badilla.

Todo cambió, pocos menos que repentinamente, a finales de mayo cuando se sometió a un tratamiento de células madre en una clínica ramonense. Ahora se mueve con mucha más libertad y, si no fuera por el leve movimiento de su mano derecha, no habría ningún rasgo de la enfermedad degenerativa que la aqueja. Pareciera un milagro.

***

Varias horas más tarde, la segunda sorpresa llega hacia nosotros. Ligia Mélendez camina solemne hasta la sala de su casa. Hace un par de meses ese acto tan simple era toda una odisea para ella. Durante siete años, los dolores de espalda y cadera la aquejaron, al punto que debía caminar con bordón y, en trayectos más largo, recurrir a una silla de ruedas.

"Cuando vi que la cosa estaba seria comencé a buscar ayuda porque el neurólogo me dijo que ya no me operaba, que ya no había nada que hacer conmigo, que si me operaba podía quedar en una silla de ruedas o podría también quedarme en una cama", cuenta.

A su estado de salud se une la diabetes y la artritis cuyos efectos han mermado tras el tratamiento de células madre que se realizó. También, ha pasado de necesitar medicación diaria para soportar el dolor al dormir a unas cuantas pastillas al mes. Ligia, recostada de lado en un sillón nos cuenta sobre sus dolores como si fueran algo distante, no una realidad que vivió hasta junio de este año y que desapareció por un tratamiento que recuerda a la magia.

La ciencia del mago

Ana y Ligia se trataron durante este año en la clínica de la doctora Marjorie Mariana Gómez, en San Ramón de Alajuela. Desde hace seis años, la especialista realiza la terapia celular regenerativa, también llamada fracción estromal vascular con células madre.

Las células madre, explica Gómez, son las encargadas de la reparación a nivel celular ya que son capaces de diferenciarse y convertirse en cualquier otro tipo de célula del cuerpo. "Contamos con bancos de células madre, la médula ósea y la grasa. Cuando nacemos tenemos otro que corresponde al cordón umbilical", indica Gómez al mencionar las fuentes más usuales de células para estos procedimientos médicos.

A su vez, existen dos tipos de células madre adultas: las hematopoyéticas, presentes en la médula ósea y la sangre del cordón umbilical, y las mesenquimales, localizadas en la grasa abdominal. Las primeras han sido ampliamente usadas para tratar enfermedades hematológicas.

"Tienen una gran capacidad para regenerar a las células de la sangre. Por ejemplo, en el caso de las leucemias, existen protocolos aprobados por FDA para hacer tratamientos con células madre de cordón umbilical y con médula ósea", asevera el biotecnólogo Luis Miranda.

Por otro lado, las mesenquimales, presentes en la grasa abdominal y la médula ósea, pueden diferenciarse en tejidos de hueso, grasa y cartílago; no obstante, otras investigaciones sugieren que también pueden formar células del hígado, del músculo cardiaco, nerviosas y endoteliales. Marjorie es partidaria de esta postura y plantea que las mesenquimales tienen un mayor grado de maduración que las hace más aptas para el tratamiento de ciertas condiciones.

"Las de la médula ósea y las de la grasa tienen una diferencia: son adultas, ya son células que no copian ningún tipo de información sino que hacen o generan actividad celular para mejorar los proceso químicos de las demás células", asegura Gómez.

Miranda señala que existen alrededor de 90 enfermedades en las que se han aplicado células madre de cordón umbilical, en primer lugar las enfermedades hematológicas, luego las autoinmunes (como el lupus) y las degenerativas (como el Parkinson y el Alzheimer). A la lista se agregan las que, tal y como indica Gómez, se pueden tratar con las células de la grasa abdominal: Artritis, diabetes tipo 2, autismo, asma, esclerosis múltiple, cicatrices, fatiga crónica, y secuelas de infarto y de quimioterapia.

Ana y Ligia son ejemplos de la capacidad sanadora de su propio cuerpo, o más precisamente, de sus propias células. Es allí cuando la magia se revela como lo que es en realidad: ciencia.

Nada nuevo

Los tratamientos de células madre no son tan recientes como parecen. Su aplicación inició en los años 50 con los primeros trasplantes de médula ósea que se realizaron para tratar enfermedades como la leucemia.

"Por ejemplo, en el hospital de Niños existe una unidad de médula ósea desde finales de los 80 que ahora se llama 'unidad de trasplante de células madre hematopoyéticas'", relata Luis Miranda.

Empero, los trasplantes de médula tienen una desventaja: es sumamente difícil hallar un donante compatible ya que es necesario que una serie de proteínas, llamadas antígenos del grupo leucocitario humano (HLA) sean similares. Para explicarlo en términos sencillos, Miranda llama a las HLA como "banderitas".

"Nosotros tenemos como ocho banderitas que nos identifican como personas. Cuatro provienen del padre y cuatro de la madre pero no necesariamente las cuatro que obtenemos de un progenitor son las mismas que tiene un hermano. Para hacer un trasplante de médula las ocho deben ser exactamente iguales. Si no se puede hacer el procedimiento porque habrá un rechazo por incompatibilidad, esto sobretodo es porque nosotros ya somos adultos y ya las células están entrenadas", manifiesta Miranda.

Ante esta dificultad es que se utilizan las células de cordón umbilical ya que al no estar "entrenadas" pueden haber variaciones hasta en cuatro de estas "banderitas" y aún así el tratamiento sería viable. Esa cualidad hace esas células compatibles no solo con la persona de quien provienen, sino también con sus padres y sus hermanos. Las mismas solamente pueden ser recolectadas diez minutos después del nacimiento de un niño, posteriormente se procesan y congelan en un banco a la espera de nunca ser utilizadas pero, en caso de ser necesario, siempre como una alternativa.

El primer tratamiento de células madre de cordón umbilical del mundo se realizó en 1989 y desde entonces se han realizado más de veinte mil. A pesar de su mayor compatibilidad, presentan un inconveniente: no en todos los casos se pueden recolectar la cantidad de células necesarias para tratar una persona. Por ello se sugiere almacenar las de todos los miembros de la familia. Otra alternativa es multiplicar las células en un laboratorio.

"Eso no se hace acá en Costa Rica y tiene mucha controversia ya que cuando se multiplica el material genético pueden darse cambios en él, mutaciones difíciles de controlar. Esto podría llegar a generar células malignas", dice Miranda.

Experimental

Provida, el primer banco de células madre de cordón umbilical de Centroamérica nació en San José en el 2004. Hasta el momento tienen más de 3600 muestras almacenadas, de las cuales han utilizado dos. La siguiente página en la investigación de las células madre, al menos en Costa Rica, es el uso de las células de las grasa abdominal, el tratamiento al que se sometieron Ligia y Ana.

La primera llegó junto a su hija Ileana, quien es pediatra y había escuchado sobre las células madres de cordón umbilical. La segunda acudió tras escuchar de la clínica y haber visitado a muchos neurólogos del país en busca de ayuda para el Parkinson. Ambas debieron cambiar su alimentación antes y después del tratamiento: eliminar las harinas blancas, al azúcar y la leche, alimentos que, según Mariana, estimulan negativamente el sistema inmunológico.

El tratamiento con células del área abdominal se encuentra aún en fase experimental y muchos especialistas son cautos a la hora de hablar de sus beneficios. Ligia y Ana relatan que sus médicos de cabecera consideraron el tratamiento "tirar la plata". Marjorie Mariana confía en su trabajo y asegura que en la medicina tradicional predomina la falta de investigación.

"Hay mucha ignorancia y desconocimiento, al menos en el área de la CCSS, muchos de los médicos que no salen afuera a actualizarse. En España conozco muchos hospitales dedicados a células madre", relata Gómez.

La aplicación de las células se realiza de una a cinco veces y basta una para percibir los beneficios. Eso es lo que relata Ligia tras su experiencia quien tras solo un par de semanas después empezó a notar como la falta de equilibrio y estabilidad al bajarse de la cama se desvanecía.

También le pasó a Ligia quien recuerda que salió un jueves de la clínica y el fin de semana sintió una mejora repentina, una necesidad de bailar, reír, de moverse. Tiempo después de ese día, el sentimiento se mantiene.

"Creo que había olvidado hasta de como reírme y ahora soy muy feliz, no pretendo que me halla rejuvenecido ni mucho menos, pero me siento muy bien", señala.

Células al banco

Quienes deseen conservar las células madre del cordón umbilical de sus hijos deben visitar un banco en el segundo trimestre de embarazo. Estas pueden ser recolectadas por el mismo ginecólogo, en el ámbito privado, o un encargado del banco, en el sector público. El costo inicial ronda los $1.200 y un pago de mantenimiento anual de $110. En el país existen diferentes bancos, como Provida (Tel:. 2222-3019), Criocel (Tel:. 2289-3531) y StemCells (Tel:. 2221-5746).

Grasa sanadora

El tratamiento de células madre a partir de la grasa abdominal es totalmente ambulatorio y consta de un preparado de células de grasa, de médula ósea y plaquetas de sangre. Se extraen alrededor de 60 gramos de grasa del paciente o un familiar, en caso de que este no tenga la necesaria. Con estos tres elementos se crea un preparado que se introduce por vía intravenosa en una zona cercana a la zona a tratar. El costo es variable pero parte de los $2.000 a $4.500. Se realiza en MediCell (Tel:. 2447-2858)