Cáncer: Mal presente, reto del futuro

¿Hacía dónde se dirige el diagnóstico y el tratamiento del cáncer? ¿Será posible soñar con una cura para el mal que cobra ocho millones de vidas cada año en todo el mundo?

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La serendipia es uno de esos conceptos que, cada tanto, aparece en la ciencia, la investigación o la tecnología y cambia nuestros paradigmas. Pasó en 1895, cuando Wilhelm Röntgen hacía estudios en su laboratorio para estudiar los fenómenos que acompañan el pasaje de una corriente eléctrica a través de un gas a muy baja presión. En medio de las pruebas, con gases, tubos y electricidad, dio con una extraño brillo en el que pudo observar los huesos de la mano de su esposa. Ese fue el inicio de los Rayos X, uno de los descubrimientos que cambiaron, por siempre, la historia de la medicina y que le dieron a Röntgen el premio Nobel de Física en 1901.

Por esos mismos años, ocurrió otra serendipia cuyos alcances no empezamos a observar hasta ahora. En 1980, el cirujano neoyorquino William Coley notó que un hombre con un sarcoma en una pierna presentó una mejoría tras recuperarse de una enfermedad. "El paciente se infecta por una erisipela y cuando resuelve esta se da cuenta que el tumor había perdido tamaño", comentó Miguel Ángel Álvarez Avitia, Director de la Clínica de Melanoma del Instituto Nacional de Cancerología.

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Debieron pasar varios años, para que la investigación en oncología buscara entender qué ocurrió tras el fenómeno. Hoy, el 40% de la información médica que se genera, indaga en el sistema inmunológico humano con el fin de desarrollar tratamientos contra el cáncer.

A la vez, la ciencia ahonda en nuevas estrategias de diagnóstico temprano y gobiernos e instituciones se unen para aumentar la cobertura de los servicios de salud y detener o acabar con una de las enfermedades más retadoras para el ser humano en el siglo XXI. La preocupación de la comunidad médica no es para menos, en el 2015, 15,2 millones de personas tuvieran cáncer. De ellas, 8.9 millones murieron por algunos de los 200 tipos de este mal. Las estimaciones no son optimistas: en el 2035, se espera que 24 millones sean diagnosticados cada año y 14,6 fallezcan.

Diagnóstico temprano

Si bien el cáncer se ha considerado una enfermedad propia del mundo industrializado y se presenta con mayor incidencia en zonas con gran desarrollo humano -como Dinamarca, país con la mayor tasa de casos en el mundo-, causa muertes en las zonas más pobres. Asimismo, el 60% de los casos nuevos tienen lugar en África, Asia, Sudamérica y Centroamérica. El 70 % de las muertes por cáncer en el mundo también ocurren en estas regiones.

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La diferencia la causa el acceso al tratamiento y la detección. Mientras que el cáncer en Europa y Estados Unidos se detecta en las primeras fases, en los países en vías de desarrollo esto ocurre hasta en lo últimos estadíos de la enfermedad, cuando ya es poco lo que queda por hacer.

El caso de Costa Rica no es similar al de sus países vecinos y se aproxima al de las naciones desarrolladas. Un ejemplo es el del cáncer de mama, el cual, gracias a la gran cantidad de campañas de salud y educación ha sido posible que gran parte de los casos en mujeres jóvenes sean determinados en sus primeras fases. El 81% de los fallecimientos (280 aproximadamente) se presentan en mujeres mayores de 50 años.

Aunado a ello, nuevos dispositivos facilitan la tarea del autoexamen de mama, un procedimiento sencillo que puede marcar la diferencia en el diagnóstico. Tal es el caso de un guante especial llamado "SensiFemme", que permite aumentar entre 3 a 8 veces la sensibilidad del tacto. De esta forma, al utilizarlo, es mucho más fácil y preciso detectar formaciones desconocidas en las mamas, e incluso la aparición de bultos del tamaño de una cabeza de alfiler o un grano de azúcar.

De esta manera, el guante permite a las mujeres realizarse un autodiagnóstico más efectivo y sencillo en la privacidad del hogar. Para lograr su objetivo, el guante SensiFemme se compone de tres capas de poliuretano, de las cuales, la primera y la segunda contienen en su interior un aceite mineral que facilita un movimiento suave y sin fricciones al momento de la palpación, la cual se realiza de manera uniforme para percibir mejor los tejidos de la mama.

Como una contribución complementaria, se ha desarrollado la aplicación gratuita llamada "Sensi Femme" para plataformas iOS y Android, que apoya a la usuaria en el empleo del guante y le brinda información de utilidad sobre el cáncer de mama. La aplicación permite programar recordatorios para realizar la autoexploración mensual y también ayuda a marcar mediante una imagen la zona donde se hayan encontrado bultos o sospechas para poder mostrárselos a un médico.

Camino nuevo

Debieron pasar 50 años para que el inesperado descubrimiento de Coley fuera retomado. Fue Paul Ehrlich, médico polaco, el primero en declarar que el sistema inmunológico tiene la capacidad de reconocer células tumorales y eliminarlas. No obstante, el especialista también realizó estudios e hizo aportes en el área de la quimioterapia, al introducir el concepto de "balas mágicas" y determinar algunas de las sustancias que se utilizaron como tratamiento de cáncer.

"Hasta 1957 se empezaron a descubrir ciertas sustancias en el organismo, como el interferón gama. ¿Qué hace este? Cuando nos infectamos de un virus se produce gran cantidad de este y nuestras células T (un tipo de células del sistema inmunológico) son capaces de eliminar las células infectadas de un virus", señaló Álvarez.

Este fue el inicio de una investigación ardua sobre el funcionamiento del sistema inmune y como puede reconocer lo propio de lo ajeno. A la vez, los científicos se abocaron a descifrar el misterio del cáncer: su gran capacidad de adaptabilidad. "El tumor posiblemente es un ente que tiene la capacidad de adaptarse a un medio completamente adverso", añade Álvarez.

Algunos tumores se componen de antígenos tumorales que se parecen más a las células propias de nuestro cuerpo y por ello es que el sistema inmunológico no es capaz de atacar al cáncer. A su vez, el tumor provoca una depresión del sistema inmunológico. La meta de la inmunología es "despertar" la capacidad del cuerpo de autodefensa.

CONOZCA: Repase cómo realizar el autoexamen de mama

"Por ejemplo, para que se produzca una metástasis, se produce una de cada 100 millones de células tumorales, se liberan al torrente sanguíneo y aquí no pueden pasar solas. Para ello, disimulan al parecerse a las plaquetas y logran pasar inadvertidas. Así pueden instalarse en un sitio específico y hacer la metástasis. Este es un fenómeno orquestado genéricamente dentro del cuerpo", señala Miguel Álvarez.

Los médicos tenían claro el panorama pero aún no conocían cómo lograr que el cuerpo se encargará de hacer, ante el cáncer, lo que ya sabía: curarse a sí mismo a través de un "cultivo" de anticuerpos que pudieran ser manipulados e inyectados para fortalecer al sistema inmune. Al mismo tiempo, la radioterapia y quimioterapia seguirán avanzando y consolidándose como los tratamientos de cabecera ante el mal.

"Para 1986 surge el primer anticuerpo que se utiliza eficazmente en el tratamiento oncológico: el Rituximab, primer alternativa para linfomas y ha sido tan espectacular su uso que sigue siendo un estándar", agrega Álvarez Avitia.

A su aparición le han seguido otros para el tratamiento del linfoma, cáncer de mama, vejiga. Los resultados son esperanzadores. En el caso del melanoma, la expectativa de vida luego del diagnóstico era de 8 a 10 meses. Ahora, gracias al tratamiento inmunológico se ha elevado a 30 o 36 meses.

El objetivo ahora, es dar con medicamentos que fortalezcan el sistema inmune para que puedan eliminar el cáncer y tratarlo o manejarlo mejor antes de que reaparezca, de la misma manera que es difícil padecer dos veces de varicela o paperas.

Luego de ser reconocida como el hallazgo científico de 2013, la inmunoterapia ocupa un gran porcentaje de las publicaciones en el tema de oncología y estudia sus posibles usos en cáncer colorrectal, de cara, de seno y gástrico.

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Todos para uno

Algunos han apuntado a la inmunoterapia como el tratamiento que sustituirá a la quimioterapia. Aunque de momento, mientras gran parte de los estudios en inmunoncología se encuentran en fases muy experimentales, los tratamientos se aplican en conjunto. Por ejemplo, el uso de trastuzumab para el cáncer de mama, que se encuentra disponible desde 1999 y que, en su fase de experimentación, fue usado en pacientes ticas por cáncer de mama del tipo HER2.

"La sobrevida de los pacientes de cáncer de mamá a los 5 años aumentó un 30%. A los diez años pasó de un 62% a un 74%", explica Daniel Álvarez, director médico de Roche Centroamérica y Caribe.

La inmunoterapia, a diferencia de la quimioterapia, es específica, ataca directamente al cáncer y no a otras células del cuerpo. Esto permitiría que algunos efectos secundarios comunes de la quimioterapia, como las náuseas, el mareo o la pérdida de cabello no se presentaran.

No obstante, aún se investigan los posibles efectos secundarios de la inmunoterapia. Algunos de estos medicamentos han causado complicaciones cardiacas o dolor muscular y en las articulaciones. "En el sistema inmune puede atacar la piel, el tracto digestivo, la hipófisis, el hígado. Las complicaciones de esto son menores y las probabilidades de morir por una complicación inducida por inmunoterapia son extremadamente raras", señala Álvarez Avitia.

El camino por recorrer en esta área aún es largo y seguirá un buen trecho en el que la radiología, la quimioterapia, la cirugía y la inmunoterapia sean el tratamiento integral para el cáncer. Desde un punto de vista optimista, los más recientes investigaciones darán paso a medicamentos que alargarán la sobrevida de pacientes con cáncer de tal manera que padecerlo no represente una sentencia de muerte. Aún así, otra posibilidad es que esta enfermedad pueda ser tratada y no curada, tal y como ocurre con males crónicos, como la diabetes o la hipertensión.