La Fundación Alma Fuerte nació para ayudar a las mujeres pacientes de cáncer de mama a sobrellevar su enfermedad pero con una actitud optimista que las impulse a levantarse y seguir adelante.
Detrás de esta iniciativa hay una persona ejemplar, se trata de Katherine Murillo, sobreviviente del cáncer y ejemplo de solidaridad hacia quienes que están pasando por sus mismas experiencias.
Tras la masectomía de sus dos mamas, radioterapia y quimioterapia, tomó una decisión que está cambiando su vida y la de otras mujeres. "El día que me quitaron el vendaje, decidí crear Alma Fuerte", relata.
Ella conoce en carne propia las necesidades de una persona que enfrente el cáncer, y pequeñas acciones pueden facilitar enormemente el proceso. Es por ello que la organización sin fines de lucro Alma Fuerte trabaja para dar apoyo sicológico a las pacientes y también elaboraron una línea de ropa con facilidades para las mujeres con cirugías.
Batas, pijamas, blusas, enaguas, gorritos y hasta vestidos de baño se diseñaron pensando en tener soportes para las prótesis mamarias, sostener catéteres y que sean fáciles de vestir.
Sin embargo, ese es solo un aporte porque el cambio fundamental está en la mente. "Cuando me quitaron las mamas, nadie me preguntó qué sentí al verme al espejo", recuerda Katherine. Por ello, trabaja en crear una red de apoyo con profesionales que den el apoyo humano que a veces no pueden brindar los doctores.
"Nosotras tenemos la virtud de tomar fuerzas de las entrañas que nos permiten seguir con nuestro día a día. Yo espero que esas fuerzas sean impulsadas primero por el amor hacia nosotras mismas y luego por nuestros seres queridos", comenta Katherine.
Convencida de que las mamas no definen a una mujer, Katherine trabaja reclutando voluntarias y voluntarios que deseen reactivar el optimismo en las mujeres pacientes de cáncer. Muchas de estas pacientes han encontrado en la fundadora de Alma Fuerte una gran amiga y una semilla de esperanza.