En el mes de octubre se busca hacer conciencia en las personas sobre la importancia de la revisión periódica y la prevención del cáncer de mama. Muchos son los factores que están asociados a esta enfermedad, entre estos resalta la alimentación, tanto para reducir la posibilidad de tener este padecimiento, como durante el proceso de recuperación.
Una buena nutrición es imprescindible en las personas que son diagnosticadas, debido a que tanto la enfermedad como su tratamiento pueden cambiar la manera en que el cuerpo tolera y aprovecha las substancias. Comer de manera adecuada podría ayudarle a sentirse mejor, mantener sus niveles de energía, tolerar mejor los efectos secundarios del tratamiento, reducir riesgo de infecciones y ayudar en la recuperación.
“No todos los procesos son iguales, pero si se come de una buena manera se pueden revertir muchos diagnósticos, recuerde también mantener un peso ideal, cuídese constantemente y consulte con un especialista, todos estamos expuestos al cáncer, por eso la prevención va primero y puede salvar muchas vidas” explicó la nutricionista Melania Cevo.
La especialista le brinda algunos tips para que coma balanceado y prevenga esta enfermedad:
Consuma alimentos ricos en vitamina A: El consumir productos que contengan vitamina A y carotenos es ideal para mantenerse saludable. Entre estos podemos mencionar: huevos, leche descremada fortificada, hígado, frutas de color naranja o amarillo como el mango, también en el brócoli, espinaca y en la mayoría de las hortalizas de hoja verde.
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Frutas y vegetales, altos en antioxidantes: Evidencias epidemiológicas muestran que un incremento de las cantidades de frutas y vegetales reduce riesgos. Algunas de estas son: uvas, espárragos, col rizada o kale, espinaca, tomate, té verde, cacao oscuro, maní, arándanos, frambuesas, fresas, ciruela, manzana, brócoli y canela.
Consuma otros alimentos de origen vegetal: Elija alimentos vegetales con contenido en isoflavonas y fitoestrógenos débiles. La soya, manzanas, cebollas, tomates crudos, limón, ajo, la coliflor, la cebada, se han asociado con una menor incidencia de casos malignos. Los fitoestrógenos también se encuentran presentes en las leguminosas (frijoles, garbanzos y lentejas), los cereales integrales, los guisantes y la soya, la soya, y la papa.
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Evite los embutidos y baje el consumo de carnes rojas: Los embutidos son fuente de las nitrosaminas, que no están de forma natural en los alimentos y se forman como resultado de la reacción entre las aminas de la proteína y el nitrito sódico que llevan algunos de ellos, especialmente para mejorar su conservación. Estos productos deberían consumirse sólo ocasionalmente y acompañados de vitamina C para disminuir los efectos de las nitrosaminas. En su lugar, pueden consumir proteína proveniente de carnes blancas como pollo y pescado, que además son fuente de antioxidantes y de fácil digestión.
Reduzca el consumo de grasas saturadas: La ingesta de grasas saturadas se ha asociado a un peor pronóstico para cualquier paciente. Seguir una dieta en bajo contenido de grasas puede evitar complicaciones en un futuro. Una relación alta de omega 3 y omega 6 ayuda en la reducción del riesgo. Las fuentes principales de omega 3 son: los pescados azules, el salmón, aceites y las nueces.
Elimine el consumo de alcohol: En cuanto al alcohol los estudios demuestran que su consumo aumenta en un 40% el riesgo de cáncer de mama entre bebedoras de 30-60 gr de alcohol al día respecto a las que no beben, por esto limítelo a actividades importantes.
Realícese chequeos médicos: Tome en consideración que algunos de los medicamentos podrían aumentar el riesgo de desarrollar diabetes. Por lo que, dependiendo, se le recomendaría realizarse controles frecuentes de los niveles de glucosa en sangre y realizar ajustes en la dieta, prefiriendo el consumo de carbohidratos compuestos como: leguminosas, arroz integral y quinua en lugar de arroz blanco, repostería y azúcar.
Fuente: Melania Cevo, nutricionista de Consultas Nutrición (teléfonos: 7209-7626 / 8387-9685 / 8837-5398).