Tres cariñitos para San José: Artistas europeos llenan de verde parques de la capital

Creadores de España, Francia e Italia intervinieron tres espacios urbanos muy transitados: los parques Tiradentes y Líbano y el área verde de la iglesia de La Merced. El farafarachín de una cimarrona hizo volver la mirada sobre espacios poco visibilizados de la capital

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Un viernes cualquiera, sin la intención de anunciar el Festival de la Luz ni de conmemorar al santo patrón de la capital, una cimarrona hizo un recorrido inusitado: empezó en el parque Tiradentes –le apuesto a que no sabe dónde está–, pasó por el parque frente al Gran Cine Líbano, en la llamada zona roja, y terminó en las afueras de la iglesia de La Merced.

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No se arrimó ni a la gran avenida segunda ni al concurrido bulevar de la avenida central, sino que llamó la atención sobre zonas menos observadas de la capital. A su paso, cosechó sonrisas, bailes y hasta expresiones de admiración: por ejemplo, una habitante de la calle en la zona del Mercado Borbón estaba genuinamente sorprendida y se dejó decir a voz en cuello: “¡Qué bonito! Por aquí nunca viene nada de esto”.

Con la cercana vigilancia de la Policía Municipal josefina, el farafarachín y sus mascaradas eran seguidos por diplomáticos de la Unión Europea y de las embajadas de España, Francia e Italia, personas habitantes de la calle, artistas, trabajadores de los mercados, voluntarios de diversos países, periodistas, curiosos y funcionarios de la Municipalidad de San José. Tan democrática caravana tenía una razón de ser: la cimarrona con todo y gigantas iba dando paso a la inauguración de tres parques renovados por artistas europeos con el fin de contribuir a embellecer y reverdecer la capital.

Gracias a esta iniciativa titulada Concreto vegetal: Jardines de artista, la plazoleta frente a la iglesia del Carmen perdió cemento y gris para ganar verde, matitas y una fauna de testigos animales del bosque y el mar convocada por una pareja francocostarricense.

Por su parte, el parque Líbano recibió a un sindicado de plantas que no se moverá de allí y exige que se les cuide y se les dé su espacio debido a la intervención de una artista española, mientras que los jardines frontales de la iglesia de La Merced ganaron un mayor muestrario de plantas y hasta bancas y pasos para los transeúntes como parte de la propuesta realizada por una artista italiana.

Parque Tiradentes muestra flora y fauna autóctona

Aunque poquísimos lo conocen como Tiradentes, este parque josefino está ubicado entre la calle central y la avenida 3 de San José; a lo tico, frente a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen (100 metros al este del Correo Central de San José).

Ahora lleva este nombre porque tiene un busto de Joaquim José da Silva Xavier (1746 - 1792), odontólogo, militar, minero y comerciantes llamado Tiradentes, conocido héroe de la independencia en Brasil. En el pasado, a este espacio urbano se le llamó Isabel la Católica, exhibía un busto de ella y era visitado los 12 de octubre cuando se conmemoraba el Día de la Raza para recordar “a la Madre Patria”. De aquellos tiempos solo quedan fotos y que una que otra persona que aún le diga Isabel la Católica.

Los diseñadores industriales María Laura Méndez Martén y Luca Dumon componen la pareja francocostarricense que intervino esta plaza, la cual es custodiada desde una pared por una reproducción gigante del famoso grabado de Francisco Amighetti, titulado El niño y la nube. Su propuesta resultó ganadora del concurso organizado por la Alianza Francesa para realizar este jardín de artistas.

Para su Bosque vivo, ellos quisieron extender el verde en la ciudad, quitaron mucho cemento –y gris– de la plaza, lanzaron un mensaje de cuido de la biodiversidad de Costa Rica e invitan a la gente pasar por el parque y sentarse a comer o tomar café en su interior.

Además del zacate y plantas nativas recién plantadas, el Tiradentes exhibe una serie de “testigos del bosque”, figuras de animales de los bosques y del mar en vías de extinción creadas en plástico reciclado. “Igual en la ciudad hay que cuidar y tomar en cuenta a los animales y a la flora, por eso los pusimos en un espacio público donde la gente puede convivir y aprovecharlo”, comentó Dumon.

Mientras instalaban a sus animales en el Tiradentes, muchas personas les dijeron que esas figuras se las robarían pronto; sin embargo, ellos no desistieron de su idea. “Pensamos que era fundamental perseverar y ocupar el parque. Por eso no creamos dos o tres, sino cientos: son un ejército. Vamos a salir de esta idea del objeto precioso u objeto único para llenarlo con nuestros testigos”, explicó María Laura.

Colibríes, manatíes, tortugas, jaguares, tucancillos, armadillos y otros sobresalen en este Bosque vivo.

“El parque lo hicieron muy bonito; todo me gusta, quedó verdaderamente muy lindo”, opinó Yamileth Ramírez Siles, vendedora de lotería que tiene 25 años de trabajar en ese punto de San José.

“A como estaba el parque antes no lo vamos a comparar como lo dejaron ahorita, por eso yo digo gracias a todos los que pudieron un grano de arena para que quedara así”, agregó Ramírez, quien espera que la gente lo cuide mucho porque sería una pena verlo destruido.

Para los creadores, es muy importante que las personas usen el parque, que lo hagan suyo, por lo cual crearon espacios para sentarse y pasar tiempo en él en butaquitas y en un poyo. De hecho, parte de su trabajo, fue entrevistar y conversar con gente de la zona para conocer sus necesidades y también actualizarla acerca de los cambios en el espacio público y convertirla en aliados de la transformación, como pasó con la propia Yamileth.

Siguiendo el paso del farafarachín, Alexandra Bellayer-Roille, embajadora de Francia en Costa Rica, recorrió los espacios renovados y en su discurso aseveró estar muy satisfecha de contribuir con la rehabilitación de sitios públicos de la ciudad que estaban un poco abandonados o descuidados. “Quisimos aportar nuestra pequeña piedra para adornarlos y, sobre todo, promover la recuperación de la naturaleza para que la gente que vive en estas zonas y transitan cada día por allí puedan apropiarse y disfrutar de estos espacios que ahora están más bonitos”, expresó.

Parque Líbano recibió a Plantástico, reivindicación de lo verde

El variopinto pasacalles se enrumbó hacia la zona roja compitiendo con tiendas con parlantes a todo volumen, ignorando la basura en las inmediaciones de los mercados josefinos y atrayendo un coro de miradas y de cámaras de celulares por doquier. “Cómo cambia una cimarrona la vida de San José”, comentó un asistente. No se equivocó: el meneo incesante de las gigantas y el contagioso ritmo musical logró poner una chispa de emoción –no me atrevería decir que felicidad– en calles repletas de gente que empezó a trabajar a tempranas horas del día, de cuarterías, de un sinfín de comercios y de personas con hambre y sin hogar.

La siguiente estación fue el parque Líbano, un espacio frente al antiguo Gran Cine Líbano, ese magnífico edificio con influencia art deco que está declarado como patrimonio arquitectónico e histórico nacional y que se inauguró en 1937 como una de las salas de cine más grandes de la capital. Por supuesto, de su pasado en el sétimo arte, solo quedan las historias y ahora resguarda un taller.

La artista Ana Beltrán, una española de las Islas Canarias, logró convertir un espacio urbano insulso y olvidado –¿alguna vez le había puesto atención?– en un parque verdísimo, repleto de plantas con mensajes para sus visitantes.

Su proyecto se llama Plantástico y se trata de la manifestación de un sindicato de plantas que viene a reivindicar los espacios verdes en la ciudad y exigir una mayor armonía en su convivencia con los residentes de la ciudad.

“Hemos mejorado el parque, lo hemos pintado, hemos abierto huecos para plantar árboles nativos y vino el sindicato del Plantón Unido en su delegación de Costa Rica”, detalló la creadora, escogida en un concurso promovido por el Centro Cultural de España en el país y que se trabajó en conjunto con el municipio capitalino.

En las pancartas de la filial costarricense se leen consignas como “Las plantas se plantan”, “Si te gusta Pura Vida dejame con vida” y “El vergel Plantástico de Costa Rica”, entre otras. Además, el árbol de Capulín y el de Casco de Vaca se presentan ante los visitantes para que conozcan para qué sirven.

“Este parque estaba bastante deteriorado. Es evidente que tiene una circunstancia social y una idiosincrasia muy particular porque es tránsito, dormitorio y comedor de indigentes, ya que viene un grupo evangelista que les da de comer y aquí reposan y descansan. De alguna manera es hacerlo un lugar más acogedor, más limpio, un lugar donde las plantas ayuden a hacer de esto un hogar que incite a cuidarlo porque estarán a su sombra”, manifestó la artista.

Sin duda, Plantástico cambia el panorama y logró que los habitantes de la zona se interesaran en el proyecto. Uno de ellos es Marvin Navarro Aguilar, una persona en situación de calle, quien se unió desinteresadamente en la renovación del espacio y le ayudaron con una pequeña remuneración.

“Para mí es un honor haber servido a pintar porque el parque dio más vida. Es muy lindo saber que la gente puede reunirse a visitar las plantas y ver el lugar. Creo que Dios en ese momento tocó mi corazón porque al ver el parque así y conocerlos, yo les dije estoy para servirles porque también quiero ser útil, quiero salir de mi situación, buscar un trabajo, buscar una mejor vida y también servirle a la comunidad”, expresó el joven, quien nació en el área rural de Cartago y siempre ha sentido gran atracción por las plantas y la naturaleza.

Marvin fue aplaudido por los presentes. Incluso, Beltrán le entregó un anturio no solo como agradecimiento, sino como un símbolo de que ahora él podrá vigilar a las plantas en ausencia de la artista.

Verde para la gente, insiste Eva Martínez, embajadora de España en Costa Rica, quien desde la presentación del proyecto remarcó la idea de que Costa Rica es un país muy verde, pero su capital no lo refleja. “Este es el primer proyecto cultural conjunto de tres países europeos (España, Francia e Italia). Estamos muy contentos porque se lanza durante la presidencia española de la Unión Europea y porque encaja perfectamente en el trabajo que desarrolla en San José el Centro Cultural de España. Tenemos un proyecto precioso que se llama San José, ciudad paisaje. ¿A qué responde? A un cierto divorcio que percibimos en un país verde, famoso por su naturaleza, por su belleza de todo tipo y su biodiversidad, y que, sin embargo, tiene una capital que no es tan verde. Pensamos que de una manera modesta, sin grandes inversiones, pero sí con un esfuerzo en muchos sitios de la ciudad podría ser una ciudad más verde y por tanto más agradable y amigable”, dijo.

Así que esta renovación es un pasito, bueno tres en realidad, hacia ese objetivo.

La escogencia del parque Líbano no fue casual y pretende demostrar, agregó la embajadora, que todas las partes de las ciudades deben ser recuperadas. “Nosotros queremos mimar esta zona. No se trata de embellecer aún más las partes más visitadas por los turistas y por los ciudadanos, sino también aquellas que habita y transita el ciudadano de a pie, como por ejemplo el parque Líbano que tiene una estación de autobuses y un mercado de abasto cerca. Todos los ciudadanos tenemos derecho a un entorno agradable y un entorno verde”, recalcó.

Jardines de La Merced y conectar a la gente con la naturaleza

A la última estación, los invitados y curiosos llegaron en microbús. Se trataba de los jardines externos de la Iglesia de La Merced. Las plantas se veían recién plantadas y los trabajadores de la Municipalidad de San José aún afinaban algunos detalles.

A la artista y arquitecta Ángela de Sando le correspondió el espacio más complejo o más ambicioso y se propuso conectar a las personas con lo verde. En una de las áreas se ve una orquídea, en otro una especie de anfiteatro natural, que los de la cimarrona aprovecharon para instalarse y hasta se generó un paso por la zona verde en que se ubicó una banca de madera.

“La idea es que la gente lo aproveche”, puntualizó la creadora, quien debió hacer algunas modificaciones a sus planes puestos en el papel a causa de la incesante lluvia, del declive del terreno y de otras características.

De Sando agregó más vegetación a los jardines, hizo caminitos y le agregó vida al espacio.

Precisamente fue en este lugar donde se dieron los discursos formales y quedaron oficialmente inauguradas las tres intervenciones promovidas por Concreto vegetal: Jardines de artista, mientras la gente del parque observaban curiosa por qué había tanta bulla, música y movimiento frente a La Merced.

Para el embajador de Italia en Costa Rica, Alberto Colella, realizar esta obra fue todo un desafío y una aventura ya que su país no cuenta con centro cultural en Costa Rica, lo cual puso más presión y trabajo en el personal de la embajada.

“Cuando llegué a San José percibí que la ciudad necesitaba regenerar el centro urbano. Lo importante es promover la belleza: la ciudad debe ser bella y nosotros tenemos que ser ciudadanos felices en ella. En San José hay lugares que no son bellos y necesitamos regenerarlos para aprovechar sus posibilidades”, aseveró Colella.

Las tres remodelaciones de los espacios urbanos fueron posibles gracias a la alianza cristalizada en EUNIC (Institutos Nacionales de Cultura de la Unión Europea), que trabajó en conjunto con el Centro Cultural de España, la Alianza Francesa y la Embajada de Italia, con fondos de la Unión Europea y la colaboración de la Municipalidad de San José. Fueron nueve meses de trabajo para lanzar la convocatoria, escoger a los artistas y buscar los proveedores y, luego, los creadores trabajaron en los parques durante dos semanas muy intensas.

“Es parte de un objetivo de desarrollo sostenible: vivir y crear comunidades y ciudades sostenibles. La Alianza Francesa está en barrio Amón; nosotros amamos mucho a Chepe. La intervención en el parque Tiradentes y los otros es promover un cambio y darles la posibilidad a los habitantes de Chepe de gozar sus parques”, declaró Emmanuelle Gines, directora de la Alianza Francesa en Costa Rica.

Tres pasitos para mejorar a la alicaída San José, tres granos de arena para que disfrutemos más la ciudad. La cimarrona dejó de sonar y, desde ese mismo día, la gente comenzó a explorar las novedades. Veremos cómo responde Chepe.