Terror navideño en Austria: Descubra la historia del Krampus, una tradición insólita y aterradora

Explicamos el mito del Krampus, desde sus orígenes históricos hasta su ascenso estelar en el turismo navideño internacional

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Entre las frías y nevadas calles de Austria, una figura mitad hombre, mitad cabra, deambula semanas antes de la esperada celebración de la Navidad. Sin embargo, el Krampus no es el típico personaje sonriente y rechoncho que asociamos con la festividad, ya que, en este país europeo, aquella aparición no reparte regalos ni alegría: su oscura misión es aterrorizar a los niños malportados.

Imagínese ir caminando por las calles austríacas, con sus luces y decoraciones brillantes cuando, de repente, aparece el Krampus, con sus grandes cuernos y una mirada que produce escalofríos. A menudo armado con una antorcha, ramas de abedul y arrastrando cadenas oxidadas, este personaje de terror lo perseguirá por todo el pueblo si se portó mal durante el año que termina.

Este espeluznante personaje es parte de una de las tradiciones navideñas más inusuales y ha despertado la curiosidad de personas de todo el mundo, como en el actor austroalemán ganador del Oscar, Christoph Waltz, quien, en una entrevista para The Tonight Show con Jimmy Fallon, habló de esta tradición que se celebra en el día de San Nicolás en diciembre.

“Los jóvenes se visten con pieles de carnero, máscaras de madera, usan cencerros y se emborrachan; aunque no necesariamente en ese orden”, vaciló. “Luego corren en grupo por todo el pueblo”, explicó el intérprete.

“Jóvenes se visten con pieles de carnero, máscaras de madera, usan cencerros y se ponen borrachos, no necesariamente en ese orden, luego en grupo corren por todo el pueblo”,

— Christoph Waltz, actor austroalemán

¿Cuál es el origen del Krampus?

En la tradición austriaca, Krampus acompañaba a Papá Noel a repartir juguetes a niños buenos pero se llevaba en una bolsa a quienes se habían portado mal.

Sin embargo, según narra la autora Andrea Guiu en el documento Ser Parte de la Universidad de Colorado, “Los usos y costumbres convirtieron al Krampus en una suerte de demonio, que cada 5 de diciembre sale con su varita a pegarle a la gente”.

A menudo se utilizan palabras como pagana, precristiana o celta para describir esta tradición, que se dice tiene cientos o incluso miles de años de existir, aunque no hay realmente mucha evidencia escrita de esta práctica antes de 1582.

A mediados del siglo XIX, pocos pueblos en Austria y Alemania mantenían viva la tradición, según se narra en el artículo El Krampus en Austria: un caso de auge de la identidad política, escrito por Rest, M., & Seiser, G.

En la actualidad, la popularidad del Krampus ha crecido exponencialmente, dando lugar a eventos festivos como “La noche del Krampus” o krampusnacht. Este fenómeno atrae la atención de turistas y tiene un impacto significativo en la cultura popular; incluso ya ha debutado en el cine en 2015 con Krampus: El terror de la Navidad, dirigida por Michael Dougherty, película que recaudó $16 millones en la taquilla.

Aunque “La noche del Krampus” solía ser temida, hoy en día se ha convertido en un evento de gran atractivo. La comercialización de la tradición ha transformado la percepción del Krampus, y lo convirtió en una figura que muchos desean ver y fotografiar durante la temporada navideña. La página oficial de turismo de Salzburgo, por ejemplo, promueve experiencias únicas, incluyendo desfiles y actuaciones, atrayendo a visitantes de todo el mundo.

Actualmente, muchas de las tradiciones asociadas al Krampus son declaradas patrimonio cultural no material por la Unesco y si bien es en Austria donde está mayormente instaurado, en países como Alemania, Eslovenia y más, se pueden encontrar bajo diferentes nombres a personajes similares.

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Adaptaciones modernas: Krampus en la cultura pop y el comercio

Si bien Krampusnacht o “La noche del Krampus” fue en algún momento temido, quizás hoy en día, si se topa con el temible Krampus antes de correr, mejor quiera pedirle un selfie, ya que su desfile es uno de los eventos navideños más esperados.

Austria ha capitalizado económicamente la popularidad de su personaje folklórico, impulsando la venta de cuernos coleccionables, chocolates, decoraciones navideñas, tarjetas y figuras, a pesar de la molestia de algunos por su excesiva comercialización.

Según comentó la antropóloga Vania Solano Laclé en una entrevista para La Nación, este tipo de tradiciones forman parte de la identidad cultural de una persona en relación con un grupo humano. Las tradiciones cumplen con un objetivo más allá del consumo; son formas de transmitir conocimiento, valores y de enseñar a convivir en una sociedad. De ahí que se pueda explicar el descontento de algunos grupos en Austria por el auge de productos basados en su cultura.

Una vista rápida en Amazon refleja ventas disponibles globalmente sobre artículos como camisas, abrigos navideños, loncheras, camisetas, botas navideñas, máscaras, llaveros, aretes y hasta libros para colorear con esta temática.

Solano habló también de como el turismo y las redes sociales han jugado un papel fundamental en la popularización de tradiciones extranjeras como la del Krampus que, por una parte, representan un contacto valioso con una cultura y por otra, pone en riesgo la conversión de tradiciones en productos de consumo.

El producto de consumo no tiene el conocimiento ni la identidad del pueblo o colectivo que le dio vida a este patrimonio inmaterial que es el que genera identidad

— Vania Solano, antropologa

El Krampus está fuertemente relacionado con la historia de San Nicolás y con tradiciones que involucran el invierno y también reflexiones culturales. La creación de estos disfraces, mascarás de madera y demás elementos juegan un papel en la identidad cultural, que muchos pueblos intentan proteger ante la globalización y un consumo que puede borrar o manipular elementos culturales en pro de la venta de productos.

Según relata el artículo ¿Krampus, el demonio de Navidad, se está volviendo demasiado comercial?, escrito en inglés porValentina Jovanovski para CSMonitor, en muchas partes de Estados Unidos la popularidad del Krampus arrojó un aire renovado a las celebraciones navideñas.

Para los estadounidenses este personaje es una figura refrescante y una alternativa a la “sobre comercialización” de la Navidad y el consumismo inherente a esta. El opuesto a San Nicolás representa una vuelta a la tradición y las historias que rodean las rutinas de cada diciembre; es volver a fijarse en la cultura sin la intromisión de las ventas de temporada.

Solano explica que cuando se compran productos o se participa en celebraciones extranjeras sin tener claro el sentido cultural de las mismas, se puede fetichizar las tradiciones. El papel de la comercialización de marcas asociado a la Navidad le da al malvado Krampus un aire de rebeldía y de irreverencia al ir contra corriente de los productos asociados a la celebración.

Así como yo compro ese objeto que está de moda, porque es barato o porque salió en una película, así mismo también lo boto. Lo que estamos haciendo es llenar el planeta de basura que consumimos, pero que no nos genera al final ningún sentido

— Vania Solano, antropologa

Convertido en una estrella de cine, en productos y en una atracción turística, el Krampus llega a la cultura popular y su nombre resuena entre dudas sobre lo que se conoce como una típica celebración navideña. Su aura oscura y contraria a lo comúnmente asociado de la época despierta interrogantes sobre el origen de las tradiciones y nuestra relación con ellas.

Quizás poniendo a la gente a analizar sobre de dónde vienen exactamente las festividades que celebramos y de qué deberían tratarse estas fechas, veremos que muchas de estas tradiciones tienen un fuerte elemento cultural que resuena en la identidad de las poblaciones.

El turismo y el auge de este tipo de prácticas, según Solano, también pueden presentar una oportunidad a cuestionar qué elementos propios de nuestra cultura estamos dejando de lado. También menciona cómo al involucrarse con colectivos y grupos para aprender sobre el folclore de otros países se llena de significado y valor las rutinas que repetimos o que incorporamos cada Navidad.

El Krampus logró “atrapar” o “capturar” la atención internacional, anunciando que está aquí para quedarse y cuestionarle si usted se aventuraría a vivir una experiencia cultural fuera de lo común. Este personaje lo tendrá cambiando por completo la letra de sus villancicos y dará un sentido más oscuro a las ya acostumbradas canciones navideñas: “Él sabe de ti, él sabe de mí, él lo sabe todo, no intentes huir… el Krampus llegó a la ciudad”.