Seguridad para Tito y Tita

Pisos ANTIDESLIZANTES, habitaciones bien ILUMINADAS, salas sin alfombras resbalosas... Todo esto hace de la casa un sitio más seguro para los abuelos y, la verdad, para todos los miembros de la familia.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Cuando se planea construir una casa, realmente son muy pocos quienes piensan en convertirla en un espacio accesible y seguro, especialmente para los miembros más viejitos de la familia.

La prioridad número uno en cuanto a diseño es que la residencia quede bella, que responda al último grito de la moda en arquitectura y, más recientemente, que sea respetuosa del medio ambiente, reduciendo al máximo el consumo de energía.

Pero, ¿quién piensa en pisos antideslizantes para prevenir resbalones, o en barandas de seguridad para colocar en el baño? Si hilamos más fino, solo en casos en los que la extrema urgencia llama a la puerta de la gente –enfermedad o accidente–, se colocan luces de seguridad en los pasillos hacia el baño, o lavatorios con la altura adecuada para permitir que una persona en silla de ruedas los utilice.

Pongo mi propia casa como ejemplo. Del todo, no fue pensada para un anciano. El piso es resbaloso, el baño tiene un muro en la ducha con el cual ya nos hemos tropezado todos, y las gradas para bajar al patio carecen de barandas firmes.

El ancho de las puertas no permitiría el cómodo transporte de una persona en camilla, andadera o sillas de ruedas; y la altura de algunas gradas ya representa un gran esfuerzo físico para mis papás, que son personas septuagenarias.

Todos estos elementos son indispensables, no solo para la seguridad de los adultos mayores que vivan con nosotros, sino para todos los miembros de la familia.

Por más novedosas que sean las ideas para hacer del hogar un sitio lindo donde estar, lo más importante es garantizar espacios seguros, especialmente cuando hay abuelos y abuelas a quienes cuidar.

Los adultos mayores son muy susceptibles a caídas con resultados graves. Ya no tienen la misma estabilidad de los años mozos, algo que se debe a la pérdida de agilidad del cuerpo, y a los efectos de los medicamentos que consumen para enfermedades como la hipertensión arterial.

El director del Hospital de Geriatría y Gerontología Raúl Blanco Cervantes, Fernando Morales Martínez, insiste en la necesidad de que las familias procuren ambientes arquitectónicos seguros para los más grandes de la casa.

Las recomendaciones generales apuntan a buscar pisos antideslizantes, especialmente para las áreas donde pasen más tiempo los adultos mayores. También es aconsejable quitar las alfombras, pues estas se convierten en causa segura de resbalones o tropiezos.

La iluminación es un elemento indispensable que se debe garantizar, sobre todo en los pasillos que comunican al baño del adulto mayor.

{^SingleDocumentControl|(AliasPath)/2012-07-08/RevistaDominical/Articulos/RD08-ESPACIOS/RD08-ESPACIOS-quote|(ClassName)gsi.gn3quote|(Transformation)gsi.gn3quote.RevistaDominicalQuoteSinExpandir^}

Habitaciones claves de la vivienda son el baño y el cuarto de los abuelos. En el baño, hay que evitar las tinas o bañeras. Lo aconsejable es que las duchas sean espacios sin muros, y ojalá evitar el uso de cortinas o puertas de vidrio que, a la postre, se pueden convertir en armas ante una potencial caída.

Es importante poner barras de apoyo en las paredes de la ducha y alrededor del inodoro.

Las alturas de estantes, lavatorios y otros muebles deben ser tales que permitan a una persona en silla de ruedas tener acceso a ellos sin dificultad. Hay que procurar que todo esté al alcance de la mano en alacenas, clósets, armarios y lavatorios.

Todo lo anterior garantizará tres condiciones básicas en una vivienda donde habiten adultos mayores: seguridad, comodidad y movilidad.

Porque, con los años, no solo se pierden capacidades motoras. Es común que sentidos como el de la vista y el oído no funcionen en su 100% y, para resolver esta limitación, se deben adaptar las características de la vivienda.

Por eso, otras recomendaciones incluyen teléfonos con números grandes y en tonos brillantes, timbres a la orilla de la cama y alarmas luminosas.

Cada ajuste que haga también será una buena inversión para su presente y, sobre todo, para su futuro, cuando el viejito de la casa sea usted.