Ruah, los sacerdotes que pasaron de cantar en misa a grabar un disco y un video para la Negrita

Lo que empezó como unas clases de canto particulares, en donde cuatro curas pretendían aprender sobre respiración, dicción, interpretación y control de la voz, se convirtió pronto en un proyecto artístico.

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“Quien canta, ora dos veces”, con esta frase como bandera es que cuatro sacerdotes de la Diócesis de Ciudad Quesada ampliaron su ministerio sacerdotal a la música. Sí, son cuatro padres cantores que combinan su vocación con un talento que no sabían que tenían, pero que aprovechan para alabar y llevar un mensaje de fe y esperanza por medio de un vehículo universal: la música.

Casi todos los curas cantan. Cantan en las misas, cantan en las charlas, en encuentros espirituales. Su voz es su instrumento de trabajo, con ella comparten el mensaje de Dios; pero llevarla a lo profesional es algo pocas veces visto u oído.

Fue precisamente la intención de cuidar su instrumento de trabajo la que unió a los padres Fabio Hidalgo, Adolfo Robles, Greivin Chaverri y Gerardo Alpízar; junto una profesional de la música que los alentó para que llevaran su don vocal a otro nivel. La cantautora costarricense Andreína Arce es esa persona que los animó a pasar de las misas al estudio de grabación. Así nació el grupo Ruah Cantando Vida.

Lo que empezó como unas clases de canto particulares, en donde los curas pretendían aprender sobre respiración, dicción, interpretación y control de la voz; se convirtió pronto en un proyecto artístico.

La primera vez que los curas tomaron un micrófono para cantar, frente a miles de personas, fue durante la jornada de inauguración del Día Nacional de la Juventud, que se llevó a cabo en julio del 2019 en Ciudad Quesada. Impulsados por Andreína, los sacerdotes fueron el número artístico principal de la actividad, en esa ocasión cantaron los temas Alma Misionera y Aquí hay un muchacho.

“Estábamos muertos del miedo porque no teníamos experiencia escénica, pero fue algo muy bonito. Ese día cantamos frente a 10 mil muchachos”, recordó emocionado el padre Gerardo Alpízar.

Los curas pasaron el examen con buena nota y les quedó la espinita de seguir usando la música para su ministerio. Continuaron reuniéndose para planear nuevos proyectos, pero en el 2020 la pandemia de la covid-19 frustró por un tiempo sus planes.

“En diciembre del año pasado nos reunimos el padre Greivin y yo para grabar con Andreína una canción de Navidad, pero ella nos dijo: ‘Padres, con todo respeto, esa canción les sale muy fea’”, recordó entre risas Alpízar.

Andreína les propuso volver a trabajar juntos a partir de este 2021, pero con un grupo bien conformado y bajo su dirección musical. El resultado de ese esfuerzo fue la publicación del disco De la Cruz a la Resurrección, un álbum de estudio conformado por canciones de la autoría de los sacerdotes, con el aporte musical y producción de Arce. El disco se estrenó en la pasada Semana Santa y está compuesto por temas esenciales de la Semana Mayor, pero que pueden ser escuchadas en cualquier ocasión.

“El disco fue inspirado, en primer lugar, en la gente que ha perdido la esperanza en estos tiempos de pandemia; a aquellas personas que se quedaron sin procesiones y actividades religiosas que las llevaban a reflexionar. Quisimos llegar hasta sus casas con este disco que es netamente litúrgico, pero que funciona si se escucha en cualquier época del año. Es un disco que puede inspirar en cualquier momento”, contó el padre Gerardo.

“Les propuse hacer algo para la Semana Santa. Se dio todo el proceso lindísimo, pero les dejé claro que si íbamos a cantar, entonces íbamos a hacer nuestras propias canciones. Les dije que sacaran todo lo que tenían vivo dentro de ellos, escogieron sus temas y me regalaron textos hermosos que se convirtieron en canciones”, explicó Arce.

“Este canto nos permite recordar que vamos hacia Jesús al pedirle a su madre que nos ayude. Le pedimos a la virgencita amada que nos enseñe a amar a su hijo”.

— Padre Greivin Chaverri

Para la Negrita

Al grupo le fue tan bien con la grabación del disco que no quisieron quedarse solo allí. La semana pasada aprovecharon las festividades en homenaje a la Virgen de Los Ángeles para presentar una canción dedicada a la Patrona de Costa Rica.

El tema se estrenó el lunes 26 de julio durante una misa, con motivo del cuarto día de la Novena en honor a la Negrita, en la Basílica de Los Ángeles, en Cartago.

“No queríamos perder el ritmo de nuestra evangelización por medio de la música, así que hemos planeado algunas sorpresas para el año. Para el mes de agosto pensamos en dedicarle un canto a la Negrita, pidiendo por su intercesión, más ahora que estamos en un tiempo de angustia e incertidumbre para muchos. María lleva nuestras oraciones a Jesús, esa es la convicción de nosotros los cristianos católicos, así que con la música agradecemos su intercesión y ponemos nuestro corazón en sus manos para que lo lleve a Jesús”, agregó Alpízar.

“¿Qué no hace una madre por sus hijos? Nuestra profesora de mariología en el Seminario nos explicaba que si queremos llegar a Jesús hay muchos caminos, pero uno de los más seguros es a través de la madre. Creo que este canto nos permite recordar que vamos hacia Jesús al pedirle a su madre que nos ayude. Le pedimos a la virgencita amada que nos enseñe a amar a su hijo”, agregó el padre Greivin Chaverri.

“Escribirle una canción a nuestra madre del cielo es un privilegio y una manera de agradecerle todo lo que ella hace por nosotros sus hijos, además de ser una oración suplicante pidiéndole que interceda por nosotros ante su hijo Jesús. Escribirle a ella nos llena de mucha alegría y nos anima a seguir sirviendo con generosidad y entrega en nuestro ministerio sacerdotal”, complementó el padre Fabio Hidalgo.

Arce recordó que durante una reunión, realizada en junio, les propuso a los padres cantarle a la Virgen de los Ángeles, máxime porque este 2021 es el segundo año consecutivo que no habrá peregrinación a la Basílica. “Estábamos sobre tiempo. El 19 de junio tuvimos una reunión a las 2 p. m. y les pedí que me enviaran sus letras hasta la medianoche de ese día. Les pedí que escribieran todo lo que le quisieran decir a la Virgen y para sorpresa todo quedó listo esa misma noche”, recordó la productora.

Amantes de la música

Para los cuatro sacerdotes, la experiencia en la música profesional ha sido totalmente nueva. Ahora dedican tiempo de sus ajetreadas agendas para ensayar y para grabar las canciones en el estudio Musicolor, propiedad de Arce.

“Quien canta, ora dos veces, es una convicción que los cristianos tenemos. Dios nos ha explotado estos dones que no sabíamos que teníamos y debemos llevarle la buena noticia a los demás”.

— Padre Gerardo Alpízar

Sin embargo, el gusto por la música no es nada nuevo en ellos, cada uno tiene un gusto muy particular por artistas y canciones que los han influenciado a la hora de componer.

En el caso del padre Gerardo, él es fan del grupo español Mocedades, también disfruta mucho de la música de José Luis Perales. “Toda la música de los 80 me gusta mucho”, comentó el cura.

Su colega, el padre Greivin, también es seguidor de las baladas románticas, pero contó que también le gusta mucho el pop. Entre risas, los dos contaron que se unieron para escribir una canción para el disco que fuera movida y que el resultado fue un tema al estilo del rock.

El padre Adolfo reveló que, cuando se tiene que poner a hacer oficios en la casa, lo que usa para inspirarse es el merengue, pero que cuando se trata de escuchar música prefiere la de corte instrumental. “Soy fanático del soundtrack del Señor de los Anillos. También me encanta la música celta, me fascina el grupo costarricense Peregrino Gris y también los franceses de Era”, expresó.

“La mayor influencia musical que he tenido ha sido de mi familia, en ella hay muchos artistas: personas que cantan, tocan guitarra, bailan, de todo; esto siempre me ha llamado la atención a mí. Somos una familia alegre”, narró el padre Fabio. En cuanto a géneros y música le gustan las baladas de José Luis Perales, Mocedades, Alejandro Fernández y también Los Tenores.

Aprendizaje

“Con Ruah descubrimos una más de las ‘Diosidencias’. Nos acoplamos muy bien cantando, Andreína siempre nos dice que aprendamos a escucharnos a nosotros mismos y a los compañeros para amarrar más las voces. Esta oportunidad nos ha llevado a compartir como hermanos sacerdotes, la música nos ha llevado a entendernos mucho más”, comentó el padre Adolfo Robles.

“Con el tema de la composición, creo que Dios da los dones y los carismas que se necesitan porque ninguno de nosotros se había aventurado a escribir”, agregó Robles.

Ahora, una de las costumbres que han adoptado los padres cantores es siempre andar a la mano con un lápiz y un papel. La idea es escribir las ideas que, de pronto y en el momento menos esperado, les llegan a la mente para nuevas canciones.

Aunque los padres se han mostrado muy comprometidos con el proyecto musical, todos concuerdan en que no tienen experiencia en la música. Ellos, simplemente, dan lo mejor de sí para que las canciones lleguen al corazón.

“En momentos de adoración, meditación y oración sacamos un ratito para hablar con Dios y pedirle inspiración. No sabemos qué va a salir para hacer una canción, a veces empezamos a tararear y nos salen cosas muy bonitas, pero se nos olvidan porque la memoria no ayuda. Ahora nos dimos a la tarea de grabar o escribir cada cosa que se nos ocurra”, explicó el padre Chaverri.

“Siempre pensamos que tenía que ser una música que nos llevara a rezar. Quienes la han escuchado nos dicen que les ha tocado el corazón, que los pone a meditar. Cuando preguntamos cuál canción les gusta más, las opiniones son variadas y ahí es donde uno descubre cómo Dios toca a cada persona de manera diferente según la situación que está pasando”, afirmó el padre Adolfo.

La música es un estandarte principal en la vida de fe. Para los cristianos católicos siempre ha sido parte esencial de los rituales, como en la liturgia, por ejemplo; es por esta razón que para los padres de Ruah su misión es especial, pues el proyecto se ajusta a los preceptos de la iglesia de usar las artes como ofrenda para Dios.

“El canto ayuda a disponer el corazón para el rito. Cada canto va marcando una pauta a seguir, porque seamos sinceros, no siempre venimos 100% dispuestos a la actividad. El canto va abriendo poco a poco el corazón para que reciba lo que Dios quiere decir”, aseveró Chaverri.

“Quien canta, ora dos veces, es una convicción que los cristianos tenemos. Dios nos ha explotado estos dones que no sabíamos que teníamos y debemos llevarle la buena noticia a los demás”, comentó Alpízar.

Por su parte, el padre Greivin agregó que la música hace vibrar el alma y el corazón y que, por ese motivo, es uno de los mejores medios para llevar el mensaje.

“Queremos que la música haga vibrar, pero que también siembre la semilla con la palabra que lleva cada nota musical. El canto para ‘La Negrita’ tiene un ritmo acogedor, una melodía muy rica; pero dice cosas muy lindas para la madre. Eso es lo que aporta el canto, permite que el espíritu vibre y se eleve una alabanza a Dios”, concluyó el sacerdote.

“A través del arte, como ha sido siempre en la historia de la iglesia, se transmite el don de la fe, la belleza de las cosas de Dios. La música permite que las personas puedan entrar en conexión con Dios, que a través de estas armonías, de estas canciones, las letras, las melodías; se pueda conocer más sobre este Dios que tanto nos ama”, agregó el padre Fabio.

Aplicados

Bajo la dirección y producción de Arce, los padres de Ruah han demostrado su compromiso con la agrupación y con el mensaje que quieren llevar.

Todos se han aplicado mucho a los ensayos y a las clases de canto, balanceando adecuadamente sus responsabilidades como sacerdotes.

Arce es la productora del proyecto y también los dirige en temas de trabajo musical. “Nuestra prioridad es su ministerio, mi compromiso es quitarles peso para que tengan todo el tiempo para su labor sacerdotal”, explicó Arce.

“Tienen mucho talento, pero lo primero es empezar porque ellos mismos se la crean, por hacerlos entender que cantan bien y que juntos pueden amarrar esas cuatro voces. Es todo un tema que nos ha traído ocupados desde hace un par de años, trabajamos al suave, pero a lo seguro. En la parte técnica han ido consolidando las voces para cantar en grupo y no de manera individual”, agregó la profesional.

Algunos de esos cambios técnicos que han aprendido a aplicar los sacerdotes es a no forzar las voces, lo que les ha ayudado no solo en el canto, sino también cuando tienen que trabajar muchas horas y por muchos días como sucede en Semana Santa.

En cuanto a los tipos de voces, Andreína explicó que el padre Fabio es tenor, mientras que Gerardo, Greivin y Adolfo son barítonos; así que las armonías son mucho más fáciles de lograr tanto por sus colores de voz como por las ganas que le han puesto los artistas a Ruah.

El video de la canción Reina de los Ángeles está disponible en la página de Facebook Ruah Cantando Vida. Con respecto al disco De la Cruz a la Resurrección, está disponible solo en formato físico, tiene un valor de ¢5.000 y se puede conseguir por medio de la página de Facebook, en el estudio Musicolor y al teléfono 2460-0903. El álbum se puede enviar a cualquier parte del país por medio de correo, solo habría que cancelar el monto de este servicio.