Que en algún momento los celos lleguen a ser solo un sentimiento de una era pasada es difícil de imaginar, pero lo que sí es una realidad es que las relaciones han comenzado a admitir a un tercero en la ecuación.
En Brasil, por ejemplo, el 1°. de abril llegaron al altar Leandro Sampaio, de 33 años, Thais Souza (21) y Yasmin Nepomuceno (21), convencidos de querer pasar juntos el resto de sus vidas. La unión fue formalizada en Río de Janeiro ante la notaria Fernanda Leitão, tras dos años y medio de relación.
Leandro y Thais se conocieron hace cinco años, cuando él aún estaba casado. Se separó de su esposa para iniciar una nueva relación y en el 2013 se les unió Yasmín.
“Yo le dije (a Nepomuceno) que llevaba ese tipo de relación. Ella se interesó, conoció a Thais y todo fue fluyendo”, relató Leandro al diario O Globo .
Según reportó la agencia de noticias Efe, ellos acudieron a su despacho para “volver pública su relación; establecer derechos matrimo-niales y poder pleitear en el futuro una declaración del impuesto de renta conjunta, habilitar la creación de un plano de salud familiar”. Eventualmente, también quieren explorar la posibilidad de tener hijos que legalmente sean de los tres.
La jurista destacó que la unión de estas tres personas “solo fue posible gracias a una brecha en el Código Civil que simplemente no especifica si otros modelos de relaciones no constituyen una unión estable”.
Leitão explicó también que hay una diferencia entre la poligamia y las relaciones poliafectivas, pues el primer término hace referencia a a alguien que tiene varios esposos del sexo opuesto, principalmente hombres con diferentes mujeres, mientras que las relaciones poliafectivas son “relaciones no abiertas pero sí formadas por varias personas” en las que todos tienen la misma importancia.
Aunque la noticia ha sido objeto de polémica en Brasil, los seguidores del llamado “amor libre” o “poliamor” han tomado las redes sociales para promover este tipo de uniones.
El año pasado, tres mujeres brasileñas tomaron la misma decisión de Leandro, Thais y Yasmín y dejaron atónita a la población brasileña, al ser las primeras en aprovechar los vacíos legales de su país para formalizar una unión poliafectiva.