Óscar Segura, el narrador que relevó a Pilo Obando y llegó para quedarse

En medio de tiempos futboleros, el relator deportivo de Repretel repasa su carrera y cuenta cómo ha sorteado las críticas de quienes creyeron que no tenía la madera para emocionar a todo un país con su garganta

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En un partido en diferido no debería haber congojas. Óscar Segura estaba confiado pues, hace doce años, cuando le correspondía narrar partidos grabados de la liga alemana, todo parecía “pan comido” por la razón más obvia: desde antes sabía cuál era el marcador, quiénes eran los anotadores y cuál era el tono que requería la cobertura.

Así fue cada sábado, como parte de las primeras grandes responsabilidades que Repretel le otorgó como voto de confianza. Las tardes del fin de semana tenía asegurada una transmisión futbolera, la cual requería narrarle “en vivo” a la audiencia tica un evento que había sucedido horas antes.

A veces, recuerda, había uno que otro problema técnico, como cuando fallaba la señal. Solucionarlo era sencillo: solo había que hablarle a la sede de la corporación, en Guatemala, para que, por ejemplo,les pasaran el video del segundo tiempo del partido.

Así sucedió un día. Segura había narrado el primer tiempo del encuentro entre el Bayern Munich y el Schalke 04, pero la señal se interrumpió, por lo que tuvo que avisar a los técnicos. Era algo habitual y no había de qué preocuparse.

Óscar se levantó, estiró su cuerpo y volvió a la silla de locución para el segundo tiempo. Cuando la pantalla reveló el partido, topó con la sorpresa: en el monitor aparecía el Borussia Dortmund contra el Werder Bremen.

“No sabe el susto”, dice riendo, recordando el sudor en su frente. “Yo le dije a mi compañero: ‘aguanteme un toque para al menos buscar las alineaciones”, rememora.

Más allá del chiste, el narrador afirma que el deporte siempre tiene una chispa escondida que se escapa por cualquier parte: sea la emoción de un gol, sea la frustración de ver a un equipo perder o imprevistos como lo que pasó en aquella ocasión que le cambiaron el partido de fútbol alemán.

“Eso es lo que me hace emocionarme siempre en mi trabajo. Si no sintiera esa chispa, me haría a un lado, pero es que el deporte refleja una cultura, nos muestra cómo somos y cómo nos comportamos”, dice.

Emociones desde la garganta

Óscar Segura, dentro del mar de rostros de la televisión nacional, prefiere mantener el perfil bajo. Desde su figura como narrador de juegos de Primera División de Costa Rica desde FUTV y de los choques de la Selección Nacional en Deportes Repretel, Segura vive el fútbol con pasión, pero sin pretensiones: no trata de ser influencer en redes, no atiborra a su audiencia con un chorro de datos u opiniones polémicas (como otros de sus colegas) ni quiere robarle protagonismo a lo que realmente importa: el deporte.

“Yo estoy ubicado en donde estoy”, dice a sus 41 años y con una década de ser parte de las narraciones estelares del fútbol para todo el país.

Segura tiene una forma de narración sobria pero poderosa, sin palabras rimbombantes y sin necesidad de utilizar frases repetidas para certificar su estilo. Así ha sido siempre desde que comenzó, por rebote, en las andanzas de la locución.

Nacido en Grecia, Alajuela, Óscar encontró la pasión por el deporte desde el baloncesto. “No era un jugadorazo, pero me defendía”, dice riendo al recordar sus tiempos juveniles.

Con 16 años se interesó en esta disciplina porque el cantón estaba fascinado con lo que la Asociacón Griega de Baloncesto lograba en esos años, siendo un habitual campeón. “La gente se identificaba demasiado con el equipo y yo algo sabía porque jugaba”, rememora, “entonces un amigo que transmitía partidos me preguntó que si yo quería comentar en una cobertura”.

Ese fue el anzuelo que le cambió la vida a Óscar, pues en sus planes estaba dedicarse a la Contaduría Pública (carrera a la que ingresó al cumplir la mayoría de edad, pero que abandonó rápidamente para transferirse a periodismo).

Aún recuerda cómo la adrenalina de aquella primera vez le hizo sentir algo especial. “Yo nunca pensé en que quería dedicarme a esto”, subraya.

Tras aquella cobertura, y siendo apenas adolescente, se acercó a Radio 16 para buscar una oportunidad. Sabía que tenía una voz especial y que, en la de menos, tendría chance de probar sus habilidades.

Allí comenzó siendo locutor de música en las noches, donde “me tocaba dizque animar fiestas”, cuenta. Luego lo pasaron a horario matutino, donde tenía un programa para amas de casas con sorteos y recetas de cocina.

Comunalmente, la fiebre del equipo de baloncesto hizo que contagiara a la gente de mirar al equipo local de fútbol. Grecia, en segunda división, empezó a capturar la atención de los locales. Fue entonces que Óscar pidió una oportunidad para locutar.

“Yo no sabía cómo narrar fútbol, pero me tiré al agua. Escuchaba a los emblemas: a McGregor, a Pilo Obando, a Róger Ajún y me di cuenta que quería ser como ellos”.

Segura creció, sacó la cédula y trató de seguirse metiendo en el ambiente. Recordó que un amigo suyo, Alejandro, era hijo del icónico José Luis “Rápido” Ortiz y le preguntó qué podía hacer para perseguir su deseo.

Así salió su primer chance profesional: ser locutor comercial en el programa Titulares Deportivos de Canal 13. Allí mismo conocería al periodista Yashín Quesada, quien luego lo llevaría a Radio Columbia para también desempeñar esas funciones. “Venite los domingos y nos ayudás”, le dijo Quesada. Óscar le fue sincero: “me estás haciendo cumplir un sueño”.

Probar y confiar

Tras bastantes meses de dedicarse en absoluto a la narración de comerciales, Segura soñaba con que su oportunidad de brillar cayera como un astrolito; que pasara algo fuera de lo común y pudiera ponerse al micrófono.

“Por cosas de la vida, eso pasó”, relata. Un día de tantos, faltaba un narrador en Columbia. No recuerda bien qué había pasado, pero eso no importa; el recuerdo es dorado ante la oportunidad que se le abría. Poder estar en el mismo sitio donde estaba Kristian Mora, Cristian Sandoval y Rodolfo Méndez era un anhelo cumplido.

Por supuesto, las primeras veces nunca se olvidan. Óscar Segura recuerda cuando llegó el director de la radio y le dijo: ¿por qué no asumís este partido? Se trataba de un encuentro de la Universidad de Costa Rica contra Fusión Tibás.

“Fue una locura”, dice, “porque los comerciales eran grabados por mí y yo estaba narrando en vivo. Entonces era mi voz todo el rato”, ríe. Estaba nervioso, practicando sus ejercicios de respiración y automotivándose ante el asombro que le provocaba. Lo hizo también que más partidos le fueron asignando, poco a poco.

La suerte le seguiría sonriendo a Segura. En la acera televisiva, propiamente desde Repretel, las fichas se movían. El relator Marvin Centeno se iba del canal ante una oferta de empleo y una plaza se abría.

“Mirá, venite”, le dijo Alvin Obando, entonces director de Deportes Repretel. Segura no lo podía creer.

Óscar llegó como narrador y periodista, comenzando con los relatos de aquellos partidos en diferido de fútbol alemán. Fue paciente, pasaron meses y se ganó la confianza para el torneo nacional.

Aquel fue su debut narrando primera división. El partido, un Herediano versus Puntarenas, lo hizo soñar con su futuro. Pensó en cómo la vida lo llevó hasta una trinchera inesperada, pero recibida con los brazos abiertos.

Para mí compartir con ‘Pilo’ Obando tantos años fue un privilegio y yo siempre supe cuál era mi lugar. Yo tenía que estar ubicado, sabía que estaba ante alguien con mucha experiencia, alguien que respeté desde siempre, desde antes que lo conociera”

— Oscar Segura, narrador

El reto

A sus casi treinta años, Óscar se metía a pocos en la narración. En aquel momento, el emblemático Manuel Antonio ‘Pilo’ Obando seguía como estelar de las transmisiones de Repretel, pero se sabía que faltaba poco tiempo para pensar en su reemplazo.

Para Segura, compartir set con Pilo era algo tremendo. “Yo lo escuchaba desde pequeño, siempre admirándolo y de repente, estaba ahí con él, aprendiendo”, cuenta.

El ocaso de la carrera de Pilo provocó que Segura tomara más protagonismo. Cuando la salud del legendario narrador lo obligó a reposar en determinados momentos de los 90 minutos de fútbol, Repretel ideó que Óscar y Obando se dividieran la locución: cada uno narraba quince minutos y se alternaban.

“Siempre lo hice en constante respeto”, subraya Óscar , “yo sabía cuál era mi lugar. Yo tenía que estar ubicado, sabía que estaba ante alguien con mucha experiencia, alguien que respeté desde siempre, desde antes que lo conociera”.

Segura reafirma su postura porque, en aquel momento —a comienzos del 2010— el legendario Pilo aquejaba algunos problemas de salud. Eso hizo que Óscar tomara mayor protagonismo y que los escuchas de Deportes Repretel se acostumbraban a su estilo, poco a poco.

Entonces, cumplía dos sueños: compartir micrófono con una leyenda y ser parte de la apuesta estelar del canal, aunque, por supuesto, esa vía no estaría limpia de críticas.

“Tuve que hacerme muy fuerte”, afirma, “porque salía mucha gente diciendo que qué hacía yo a la par de alguien como Pilo, que yo no sabía nada, que yo no me había ganado ese puesto”.

Ahora, asegura, tiene una coraza más que resistentes para todas las críticas, pero en aquel momento no le tocó más que hacerle frente a ese ruido que aparecía. “Por dicha siempre conté con el apoyo, pero era habitual oír ese tipo de cosas”.

Hoy, Óscar asume toda esa experiencia diferente. Dice que es habitual andar por la calle y que la gente lo bromee por la forma en que narra un gol.

—Trabajar en deportes implica que la gente crea que le vas a un equipo, ¿cómo es eso para vos?

—Es la parte más complicada, el tema de los colores siempre es difícil. Yo he recibido comentarios de todo tipo en los clásicos, por gente que me dice que soy antiliguista y otros que aseguran que soy antisaprissista.

“Cuando estás frente al micrófono estás en una posición en la que no se le puede quedar bien a todos. Yo trato de transmitir emociones y, de vez en cuando, mis opiniones. Pero todo es muy subjetivo. Con las redes sociales el asunto siempre ha sido muy complicado...

—¿En qué sentido?

—Lo más fuerte es cuando decían cosas sobre mí tipo: “mirá, ¿cómo lo van a poner a la par de Pilo, el mejor narrador? Están poniendo a alguien que no sabe nada”. Ese tipo de comentarios son complejos, pero uno se hace fuerte. Si no sabés manejar estas cosas, pues posiblemente no estás en el lugar correcto.

—¿Cómo hacés para enfrentarlo?

—No te vas a poner a pelear con todos. Yo respeto lo que dice la gente respetuosamente, pero si te mentan la madre uno aprende a no escuchar todos los comentarios. Una vez tuvimos una charla aquí en el canal y un productor nos dijo que de 10 personas en internet, 7 la van a agarrar contra vos y quizá haya uno que te dirá algo bueno. Uno tiene que tener eso en cuenta.

—¿Cómo es tu imagen de figura pública? ¿La gente te ubica en la calle?

—Es curioso porque yo soy de Grecia, toda mi vida he vivido en Grecia y cuando uno es de un cantón así como que vas creando cercanía con gente que te topas. A mí la gente me para y me hace comentarios sobre la Liga, Saprissa o me dicen que hoy, con La Sele, Bryan Ruiz va a meter un gol al minuto 30. Es algo divertido.

—¿Cómo te hace sentir que estás en el radar público, entonces?

—Yo creo que tengo un don. Creo que Dios le da a cada uno un don, pero eso no me hace ni mejor ni peor que otra persona. Siempre he tratado de mantener un perfil bajo, no porque haya llegado a Repretel me hace creer que soy el mejor narrador ni ando por la calle diciéndole a la gente que me respete por ser el narrador de los partidos. A mí me gusta hablar sobre fútbol y hablar con la gente, compartir esa afición.

—¿Qué es lo más complejo de narrar?

—No poder ser un aficionado más. Uno quisiera lanzarse a la Fuente de la Hispanidad con la clasificación de la selección, pero uno tiene que mantener su perfil y la compostura, pero créame que uno se emociona tanto como el aficionado.

—¿Tenés un ritual para prepararte?

—Antes sí, siempre practicaba la respiración para no quedarme sin aire en medio partido. Tenía mis mecánicas para exhalar, hablar con el diafragma, etc., pero ahora me resulta algo muy normal. Mis compañeros me bromean, me hacen chota porque llego cinco minutos antes de que comience el partido. Siempre me preguntan si no me da nervios y yo les digo que no.

”Con el repechaje de La Sele contra Nueva Zelanda tuve muchos nervios, pero era por el partido, no por mí. Como que uno ya lo hace en automático.

—¿Qué ha sido lo mejor que has vivido como narrador?

—Hay momentos sensacionales, pero lo de Brasil 2014 nada lo puede comparar. A mí me dio hasta un poco de envidia de la gente que podía tirarse a la calle a darle cuarenta vueltas a la Fuente de la Hispanidad. Uno no quería quedarse sentado, pero igual uno lo disfrutaba a su manera. Yo estaba muy consciente de que va a costar que vuelva a narrar algo así.

”Lo que pasó recientemente con el campeonato de Cartaginés también fue algo histórico. Yo en el 2013 tenía a Pilo a la par y a uno le daba alegría ver que finalmente iba a ver a su equipo campeón, pero no pudo celebrarlo. Ahora que ganaron pensé mucho en eso y cómo mi experiencia con él me dio momentos imborrables.

—¿Cómo es Óscar Segura fuera del micrófono?

—Es gracioso porque he narrado muchos campeonatos de primera división y a veces me pasa que estoy en la casa, prendo el tele y están repitiendo un partido del que no me acordaba que había narrado. A veces a uno se le va la onda.

”A veces estoy con amigos viendo un partido y me preguntan quién es tal jugador y yo no sé. Eso es porque no le pongo la misma atención; cuando estoy trabajando estoy concentrado y en mi casa quiero relajarme.

”También sería mentir decirte que no me gusta lo de la chota. Vacilar con el fútbol es parte de la cultura del país. Yo voy a cortarme el pelo y me terminan hablando de lo mal que juega la Liga o lo que sea. Todo es parte de eso.

—¿Qué es lo que más te gusta del trabajo?

Para mí es claro: a veces uno narró algo con tanta emoción que hizo que alguien, en algún lugar del país, le cambiara el día. Puede que alguien estuviera pasando un mal día y un gol pueda cambiarle el ánimo. Para mí eso es lo más valioso y es lo que siempre procuro hacer. Suena muy romántico, pero el deporte puede dar también ese tipo de cosas y me gusta pensarme como parte de eso.