Obituario 2020: Pau Donés, el que siempre vio la vida bonita

Cantante, guitarrista y compositor español, 1966 - 9 de junio 2020

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Para la Orquesta Filarmónica, hay un antes y un después de haber compartido con Pau Donés. Desde el inicio, cuando contactamos a su agencia para proponerles el proyecto de hacer su primer concierto con orquesta, estaba muy emocionado. Esto estaba previsto para el 2015, pero en ese momento acababan de descubrirle el cáncer y tuvimos que posponerlo dos años.

Pau era una persona extraordinaria. Imaginábamos lo que sería lidiar con un artista famoso y conocido en todo el mundo, pero con Pau fue todo lo contrario. El día que llegaba a Costa Rica, esperábamos al equipo de asistentes y mánager; sin embargo, viajó solo.

Llevamos una buseta de lujo para él, pero prefirió irse en mi carro porque quería conocerme mejor. Charlamos todo el camino, como si fuéramos dos amigos que no se veían hace tiempo y se ponían al día con sus cuentos.

Te hacía sentir en casa donde fuera que estuvieras, y transmitía una vibra muy positiva a todos los que le rodeábamos. Tenía reservado un restaurante especial para darle la bienvenida, pero cuando le preguntamos si quería ir a comer algo, bajó la ventana del carro, llamó al señor que vendía platanitos en la autopista, y me dijo: “No te preocupes, estos platanitos no sabrán igual en un restaurante”. Y compró dos bolsas.

Con Pau todo era bonito. Veía la vida de una manera muy simple, y lograba transmitir eso a quienes compartíamos con él.

La primera vez que llegó al ensayo, me saludó e inmediatamente fue a saludar uno a uno a cada músico. Se tomó el tiempo de presentarse y preguntarles el nombre a los 74 músicos que estábamos ahí. Esto nos hizo sentir que estábamos con un amigo más de la Filarmónica.

Creó un ambiente hermoso y no habíamos entonado la primera nota. Cuando empezamos a tocar, Pau miraba detenidamente, escuchaba atento por primera vez cómo sonaban sus canciones acompañadas por una orquesta. Lo hacía maravillado y con una cara genuina de agradecimiento a todos los músicos, sin saber que él era quien estaba cambiando nuestras vidas. “Gracias maestro, nunca antes las canciones de Jarabe habían sonado tan lindas”, me decía constantemente.

Luego de haber realizado tres conciertos en el Teatro Melico Salazar, Pau estaba emocionado y feliz con el proyecto y me dijo: “Maestro, hay que hacer esto grande. ¡Hagamos un disco y repitamos el concierto!”. Pau tomó una servilleta del bar en donde estábamos, y escribió: 50-50.

-Firma aquí, me dijo.

-¿Qué es esto Pau?, le contesté.

-El contrato maestro.

Nos dimos la mano, y al día siguiente nuestro equipo y el de él comenzaron a planear la grabación de un disco y un nuevo concierto para el próximo año.

Luego del último concierto, fuimos al bar del hotel donde se estaba hospedando y conversamos toda la noche sobre sus proyectos, su salud, su retiro de los escenarios, sus amores y sus canciones.

Fue un momento inolvidable, porque después de haber estado frente a 7.000 personas, pasamos a estar solos él y yo compartiendo y agradeciéndole a la vida por habernos encontrado en el camino. Nos despedimos, como dos amigos que no saben cuándo se volverán a ver pero que siempre se sentirán muy cerca.

Las canciones de Pau pueden cambiarte la vida, como cambió mi vida después de conocerlo.

El autor es el director de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica.