Mita está sola: así es el enviudar en tiempos de pandemia
58 años de compartir el pan, la cama, la mesa y hasta la cobija no se olvidan fácilmente. Doña María recién enviudó de su esposo, Lidio Acuña Robles. Y entonces, todo lo empeoró un visitante inesperado: el coronavirus.
Por Albert Marín(albert.marin@nacion.com
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A dos meses de cumplir 80 años, el corazón del abuelo dejó de latir tras una extensa jornada entre hospitales y ambulancias. A partir de ese momento María, su viuda de 84 años, empieza a transitar un camino desconocido: 58 años de compartir el pan, la cama, la mesa y hasta la cobija no se olvidan fácilmente.
Durante el funeral las conversaciones redundaban acerca de las atenciones y cuidados que la viuda, ahora sola, requería de sus cinco hijos. Al calor del momento siempre se dicen cosas que el tiempo enfría y la voluntad se convierte en desidia. Y peor aún cuando llega un visitante inesperado (coronavirus) que nos obliga a todos a quedarnos en casa y cuidar, ante todo, a la población mas vulnerable: los viejitos.
Así fue. Por conveniencia, por seguridad, por naturaleza o por las razones que sean, Mita se quedó sola en una casa vacía del viejo pero llena de recuerdos de toda una vida.