Los sabores de Limón más allá del rice and beans y el patí

En el marco de la conmemoración del Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense —celebrado el 31 de agosto—, visitamos la provincia caribeña para descubrir más a fondo la riqueza de su gastronomía y cultura

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Las bellezas del Caribe sur encantan a los ticos. Toda persona que habite en Costa Rica debería visitarlas y encontrarse con sus playas cristalinas y la maravilla de su flora y fauna… pero en esta oportunidad nos concentraremos en el casco central de Limón, un lugar que se presta para explorar sus bellezas arquitectónicas (de las que podrá leer en un próximo artículo), pero sobre todo para gozar de su gastronomía.

En el marco del Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense —celebrado el 31 de agosto—, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) realizó una gira a Limón para promoverlo como un destino imperdible, en el que usted puede disfrutar mucho más de lo que comúnmente se conoce.

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La riqueza de Limón

El grupo Tropical Calypso Music da la bienvenida. La música cargada de rimas y melodías irradia alegría e involuntariamente el cuerpo responde y se mueve. Ellos están tocando en el segundo piso del Centro de Turismo Cultural de Limón, edificio que hoy es uno de los 18 patrimonios arquitectónicos que pueden admirarse a lo largo y ancho de 400 metros de recorrido. Hace décadas aquí operaron las instalaciones de la United Fruit Company.

En una esquina y ‘sonriendo con los ojos’ está Noel Tylor, un panadero limonense que prepara panes que, en su mayoría, solamente se encuentran en Limón.

Es posible que usted haya escuchado del pan de negro, uno que se encuentra con mucha facilidad. Tylor menciona que este se realiza “a máquina”, pero que sus preparaciones son más artesanales. De hecho, mientras habla de su labor, sus manos amasan un pan de coco. En su mesa está el coco rallado y la leche exprimida, listas para ser agregadas a la mezcla.

“Este pan es propio de la cultura limonense. En Limón solo dos personas lo hacemos. Parece que se está perdiendo, pero este es un producto muy limonense”, dice Noel, quien vive de la panadería hace 19 años. Usualmente vende sus productos a las personas que llegan en barco, en su mayoría extranjeros.

“Muchas veces la gente viene aquí a Limón y también lo prueba, pero lo que más buscan es el patí, el pan bon, el plantain Tart. El pan de coco no se ve mucho y por eso se está perdiendo”, comenta.

La gastronomía limonense no solamente aporta su creatividad y emocionantes sabores, también está cargada de historia. Sandra Nelson, una simpática mujer que llegó a cocinar vestida con su colorida y vistosa ropa alusiva a la fecha, cuenta, ante la sorpresa del sabor de unas tortitas de yuca, que los ingredientes del bocadillo son pocos. La ciencia está en rallar el tubérculo, mezclarlo con cebolla, sal y pimienta y luego ponerlo a freír. Luego agrega que esa preparación, hace muchos años, acompañaba a las familias cuando no había dinero para comprar más. En los terrenos siempre había productos sembrados y algunos se veían como sustitutos de la carne.

George Grant, director del Centro de Turismo Cultural de Limón y dueño de G&E Chocolate Adventure Company -un emprendimiento de cacao-, presentó un fruto muy presente en la gastronomía limonense: la fruta de pan. Un producto que puede aprovecharse de diferentes maneras y es considerado muy bondadoso.

“Cuando está verde la rostizamos y la podemos freír con leche de coco. Si esperamos a que esté madura podemos hacer atoles, postres y un queque. Es un excelente sustituto para usar menos harina. Está comprobado que la fruta de pan y la fruta de mono son frutas que pueden erradicar el hambre mundial. No requieren mucho cuidado. Crecen y no requieren atención. Se trajeron de Asia, muchas se trajeron para tener alimento barato para los esclavos”, comentó.

De este fruto, los anfitriones ofrecieron un tipo de budín de fruta de pan. Para elaborarlo no necesitaron demasiados ingredientes y el sabor es muy agradable y dulce.

Grant se refirió a la labor que realizan emprendedores de la zona con la intención de reactivar la economía limonense. En pequeñas fincas cultivan diferentes frutos, posteriormente realizan un encadenamiento de la agricultura con la gastronomía y conectan con el turismo cultural. Así las personas que visitan Limón con fines turísticos pueden vivir toda una experiencia.

En el Centro de Turismo Cultural de Limón se realizan talleres de cocina y tours gastronómicos. En nuestra visita pudimos ver a varias personas preparando deliciosos platillos. Noel con su pan y doña Hortensia y Sandra Nelson friendo plátanos, patacones, las tortitas de yuca y presentando variedad de postres, como un delicioso queque de banano con ralladura de naranja y decoración de maracuyá.

También presentaron rondón, un platillo que lleva pescado, verduras y es bañado en leche de coco. Esta delicia tuvo el toque especial de doña Sandra, quien aprendió la receta de su mamá, misma que la heredó de la abuelita de Sandra, lo que hace de la especialidad un sabor de generaciones.

También se presentaron preparaciones de Ackee con bacalao y un tipo de aderezo conocido como seso vegetal.

“Queremos que la gente experimente Limón. De acá se habla mal de todo excepto de la gastronomía. Queremos hacer este acercamiento por medio de la gastronomía para que la gente conozca productos únicos que se producen en pequeñas fincas y que podrían estar vendiéndose en los mismos restaurantes”, detalló Grant, quien resaltó que en esta ocasión no presentaron patí ni rice and beans porque la propuesta gastronómica va más allá.

Más allá del plato

Alfredo Echeverría, especialista en gastronomía y representante del club Epicúrea, se refirió al tema gastronómico y a su importancia cultural.

“La gastronomía es un eje transversal y un coadyuvante del desarrollo socioeconómico cultural. Va más allá del plato. En el marco del Día de la Persona Negra y la Cultura Afrocostarricense la idea es mostrar en el plato la tradición, la identidad y hacer una celebración de la cultura afrocaribeña costarricense a través de la gastronomía y de otras manifestaciones culturales. Creemos que la gastronomía va a la par de otras manifestaciones como lo es el calypso o el baile de las cintas que ellos realizan como agradecimiento a Dios”, comentó Echeverría.

El especialista también destacó el vínculo de las personas afrodescendientes con la tierra y de las costumbres que resaltan el valor de sus platos.

“Vimos el pan limonense, que se consume mucho aquí pero no en otro lado del país, el pan de leche de coco refleja tradiciones y costumbres no conocidas. En Limón tradicionalmente no se cena. La gente sale del trabajo, compra pan y come algo con chorizo o con queso. El pan es importante, aparte del patí, el pan bom y el plantain tart que son clásicos”, agregó.

Un baile de gratitud

Durante el evento de degustación, en el que se tuvo la oportunidad de conocer sabores que además de activar los sentidos despertaron el asombro, se ofreció un aperitivo musical: uno de los momentos más agradables fue cuando a son de calypso la señora Hortensia Smith y George Grant realizaron el baile de las cintas, un espectáculo con un importante significado. Al otro extremo estaba don Noel, quien también hizo lo suyo.

“Un grupo de personas bailan la cinta y forman una telaraña. Esta danza es tradicional por el sentido de que la araña teje y almacena sus alimentos. El afrodescendiente acostumbra sembrar, cosechar y almacenar. Esta danza es para darle gracias al creador por la fertilización de la tierra. Se baila en parejas y puede verse como una danza erótica”, comentó Smith, de 70 años, quien cuenta con un diplomado en folclor y arte, y quien por décadas formó a niños en baile.

Doña Hortensia cree que lo mejor de Limón es su gente, tal y como lo dice un gran tótem en el malecón, frente al cual se ubica el innovador carrito de copos que funciona con un panel solar. Otro atractivo de esta provincia.

Es normal que al ir a comprar un granizado, de cualquier sabor y con variedad de toppings, en el carrito se vean celulares cargándose, un equipo de sonido con alegres canciones o la máquina que muele el hielo recibiendo energía de la mismo carreta.

La mente creativa detrás de Tecnofiestas -como se llama este carrito ubicado en el rompeolas del Parque Vargas-, es Guidi Guerrero, un sancarleño que desde hace más de 40 años vive en Limón. Su yerno Greivin Arias era quien el viernes 27 de agosto atendía el particular negocio, que además de copos vende otro tipo de productos.

“Mi suegro era polaco. Buscando maneras de salir adelante fue taxista pirata y quiso empezar a vender pescados. Tenía una carreta rústica y la convirtió en carreta de granizados.

Hace año y medio tenemos esta con el panel solar. Gracias a la luz (la energía eléctrica) el carrito se ilumina en la noche y se hace mucho más visible. A veces traemos hasta una pantalla para ver televisión”, comentó Greivin, quien ofrece granizados desde los ¢1.000.

Carol Whittingham Moya, coordinadora de la oficina del ICT en Limón, comentó que esta provincia tiene mucho para ofrecer y quedó claro con las muestras culturales y gastronómicas.

“Limón no es solo rice and beans y patí. Es gastronomía muy amplia tanto en platillos, como en refrescos y repostería. Hay mucho que ofrecer. A nivel de toda la provincia se pueden encontrar muchos platillos: somos una provincia distinta, rica. Tenemos una gran cultura gastronómica. Limón no solo es sol y playa. Invitamos a las personas a que vengan a conocer los distintos sitios turísticos que tenemos y a llevarse un poco del sabor del Caribe”, concluyó.