Tener el estómago lleno y nadar... una combinación que desde siempre nuestros padres y abuelos nos han dicho es peligrosa. ¿A cuántos de nosotros, siendo niños, no nos permitían entrar a la piscina o al mar justo después de comer? ¿Cuánto tiempo nos hacían esperar para ir a disfrutar de un chapuzón después de una comida?
El espíritu temerario, especialmente juvenil, posiblemente haga a muchos tomarse a la ligera aquellas advertencias. Sin embargo, la muerte del rapero mexicano Majestic, quien falleció el 19 de febrero por causa de una broncoaspiración, nos remite a los riesgos de nadar luego de ingerir alimentos.
El artista, de apenas 24 años, estaba de paseo en una playa de la localidad de Huatulco, Oaxaca. El rapero, subcampeón mexicano de la Red Bull Batalla 2023 y una de las grandes promesas del freestyle internacional, había participado en un evento de esta disciplina el día anterior; después se fue a la playa con varios amigos.
De acuerdo con varios informes de medios de comunicación, el rapero entró al mar justo después de haber comido. Luego de un rato en el agua, Majestic -cuyo nombre de pila era Óscar Alan Vásquez- comenzó a tener problemas para mantenerse a flote y fue arrastrado por las olas.
Las autoridades de rescate que atendieron la emergencia informaron de que se le brindó reanimación cardiopulmonar; sin embargo, el joven había fallecido.
La broncoaspiración es el paso accidental de alimentos sólidos o líquidos a las vías respiratorias, lo que puede causar asfixia. La broncoaspiración ocurre con mayor frecuencia en bebés recién nacidos, pero también puede presentarse en adultos.
¿Es peligroso nadar justo después de comer?
Dudas frecuentes que saltan a partir de esta advertencia de nuestros familiares: ¿qué es lo que sucede en nuestro cuerpo cuando nadamos después de comer?, ¿por qué puede ser peligroso?
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La doctora Silvia Villalobos explicó que normalmente, cuando el cuerpo realiza el proceso de digestión después de comer, se distribuye la sangre al intestino para aportar oxígeno y energía. En el momento en que una persona entra al agua, hay una redistribución del flujo sanguíneo a otros sistemas (como el muscular y el respiratorio), y si es el caso que recién había comido, como esta sangre debería de ir al tracto gastrointestinal, el proceso digestivo no se realiza de manera correcta.
Alejandro Molina, paramédico y coordinador operativo nacional de la Cruz Roja Costarricense reafirmó el tema del flujo de sangre y agregó que el proceso de digestión dura aproximadamente entre dos y cuatro horas, dependiendo de qué se coma y en qué cantidad. “En una situación de emergencia toda la sangre que iba a usarse a nivel digestivo se redirecciona a las extremidades, esa parálisis en el proceso de digestión puede provocar incluso una descompensación de la persona”, manifestó.
En un reportaje, la BBC explicó que se pueden provocar náuseas si la comida no ha sido digerida completamente cuando la persona ingresa al agua. Según amplió la doctora Villalobos, el contenido del bolo alimenticio podría pasar del tracto gastrointestinal a la vía respiratoria por medio del vómito, lo que causaría una broncoaspiración.
Además, cuando la persona está en el mar, el cuerpo realiza un esfuerzo físico extra debido a la necesidad de mantenerse a flote en contra de la fuerza de las olas. “Esto superpone un estrés extra al de la digestión”, comentó la médica.
El paramédico Molina añadió que entrar al mar supone un gasto de energía mayor que, por ejemplo, andar en bicicleta o estar en una piscina, justamente por el efecto de las olas.
La Vanguardia agregó que el cambio de temperatura al entrar al agua provoca un corte de digestión, también conocido como hidrocución; esto está vinculado directamente a la diferencia térmica entre la piel y el agua.
La hidrocución puede generar una repentina disminución de la frecuencia cardíaca, lo que puede llevar a la pérdida del conocimiento o a que el corazón se detenga.
La doctora Villalobos comentó que como recomendación general, sí es prudente esperar un tiempo razonable entre la ingesta de alimentos y nadar. Por lo general, se recomienda que sea un lapso de entre 30 y 60 minutos dependiendo de lo que se consuma. Por ejemplo, si es una carga alta en proteínas, se debe de esperar más de una hora.
En conclusión, sí hay pruebas de que el cuerpo sufre cambios en sus procesos al ingresar al agua después de comer. Sin embargo, no a todas las personas les afectará de la misma manera. Así que lo recomendable es siempre es ser precavido y tomarse en serio las recomendaciones de nuestros padres y abuelos.