La vida en cero: así se adapta el mercado para quienes le huyen al azúcar y las calorías

En tiempos en que el consumidor busca productos más saludables, las grandes compañías de alimentos y bebidas deben montarse en el carrusel de adaptar sus propuestas sin modificar demasiado el sabor. ¿Cómo lo hacen en Costa Rica? ¿Qué opinan los nutricionistas?

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Pan, bebidas gaseosas, jugos, refrescos, leche condensada y hasta cervezas que en su empaque traen un atractivo número cero. En matemática, no debería sumar ni restar, pero el cero es al que hoy muchas empresas de alimentos y bebidas apuestas, pues le anuncian al sediento, hambriento o antojado consumidor que esta frente a un producto que es cero azúcar o cero grasa.

Recientemente, FIFCO puso a la venta una bebida llamada Adán y Eva, la cual contiene agua carbonatada, alcohol y sabor a mora silvestre o mandarina. El líquido es transparente, así como su botella de vidrio. En medio de aquel diseño tan limpio se indica (y destaca) que posee 4.0% de alcohol, 80 calorías y cero azúcar.

Propuestas en esta línea parecen ir calando entre los costarricenses, pues en el mercado son más notorias las apariciones de productos que prometen garantizar sabor y experiencias pero sin la inevitable culpa inherente a consumir una bebida o alimento que distaría de su dieta saludable.

Adán y Eva nació así, “libre de pecado”. Otros productos más tradicionales con el paso del tiempo se han transformado para ofrecer su versión con pocas calorías o bien sin azúcar o grasa.

En el 2016 en Costa Rica se ejecutó un plan piloto dentro de toda Latinoamérica: introducir una nueva fórmula de Coca Cola que traía una pequeña gran variante al sabor original de la popular bebida; esta nueva presentación no tenía azúcar, y según la compañía, a los clientes no se les hizo tan notoria una diferencia de sabor.

Coca Cola es una de las grandes marcas que se ha unido a la corriente de ofrecer productos bajos en calorías o sin ellas, o, incluso, sin azúcares añadidas.

William Segura, gerente de asuntos públicos y comunicación de Coca Cola para Centroamérica, refirió por qué la empresa empezó a trabajar en productos con menos azúcar o pocas calorías.

“Aspiramos a ayudar a las personas a mantener un estilo de vida saludable mediante las opciones de bebidas que producimos, la información nutricional que brindamos y nuestro apoyo a programas que alientan un estilo de vida sano y activo”, dijo Segura.

La oferta de Coca Cola va más allá de su icónica bebida, pues en el portafolio de esta marca se incluyen agua, jugos, leche, té y bebidas regulares y deportivas. Entre las que se han trasformado está desde luego la Coca Cola, que aparte de la conocida presentación original tiene sus variantes Sabor Ligero y Sin azúcar o cero. También cuentan con la línea de té Fuze Tea con azúcar añadida y en sus presentaciones zero.

Limón&Nada y Naranja&Nada son productos recientes de la compañía que desde un inicio se crearon pensando en quienes cuidan los alimentos que ingieren, ya que son sin calorías y sin azúcar agregada.

Segura comentó que una de las iniciativas consiste en usar menos azúcar en sus recetas, pues “quieren ayudar a las personas a controlar el consumo”.

Según el vocero, quien se refirió al tema mediante correo electrónico, la compañía no quiere decirle al consumidor “qué beber”, por el contrario, tiene apertura de ajustarse a “sus gustos y necesidades”.

¿Cómo ha sido el proceso de esta compañía para adaptarse a las tendencias que sigue el consumidor con relación a opciones de consumo más “saludables”?

Segura dijo que desde el 2018 han renovado sus categoría porque entienden que las personas están cada vez más interesadas en un estilo de vida más sano y “muchas veces eso significa reducir su consumo de azúcar”.

“Apoyamos la recomendación de varios organismos públicos, incluyendo la Organización Mundial de Salud (OMS) que dice que las personas deben limitar su consumo diario de azucares adicionados al 10% de su ingesta calórica total”, añadió.

Proceso paulatino

Gisela Sánchez, directora de Relaciones Corporativas de FIFCO, y quien es parte de esa empresa desde el 2008; comentó que para la compañía “ha sido sencillo” el proceso de adaptarse a las tendencias mundiales que surgen como respuesta de la industria alimentaria ante el crecimiento de enfermedades relacionadas a estilos de vida poco saludables y que invitan al consumidor a “mejorar sus hábitos”.

“Esta es una tendencia muy positiva. Honestamente no nos ha costado montarnos. Si uno lee bien el mercado se da cuenta de que este tipo de productos son bien aceptados. La gente quiere disfrutar sin culpa. Se ofrece una propuesta que es igual de sabor y que tiene las mismas características funcionales pero con menos calorías o menos azúcar, grasa o sodio. Es sin duda una propuesta ganadora. Para nosotros no ha sido nada difícil. Es emocionante ver lo que pasa en el mundo en materia de estilos de vida saludable. Nosotros tenemos la innovación como un pilar”, detalló Sánchez, quien resalta que esas propuestas unidas a empaques amigables con el medio ambiente que han implementado, seducen a un consumidor sofisticado.

En el 2016, FIFCO estableció sus compromisos para el 2020, entre ellos está promover el llamado consumo inteligente, no solamente de alcohol, sino de todos sus categorías de bebidas y alimentos.

A partir de allí fueron renaciendo productos ya existentes pero con nuevas características adaptadas a estilos de “vida saludables”. Entre ellos un melcochón cero (de la empresa panificadora Musmmani), y las cervezas Imperial en su versión cero y ultra.

El primero es una barra de pan que, según Sánchez, tiene cero azúcar, cero grasa y cero sodio. Además la bolsa de papel en la que viene cuenta con una medición de porciones. Esta opción de pan, que salió en el 2017, es ¢25 más costosa que el melcochón tradicional.

En cuanto a las cervezas, la Imperial cero (se creó en el 2016) posee una cantidad de alcohol menor a 0.05%. Es baja en calorías y no tiene azúcar añadida. En el supermercado, el precio de esta bebida en su presentación en lata es igual que el de la Imperial tradicional.

La versión ultra salió al mercado en el 2019 y ofrece 4% de alcohol con solo 90 calorías.

“Es un producto que a todo el mundo le ha encantado porque es combinación perfecta entre cuidar la dieta y tener estilo de vida saludable pero al mismo tiempo tener un porcentaje agradable de alcohol para compartir con amigos o comida”, agregó Sánchez.

Aparte de la combinación de sabor y pocas calorías, esta opción es ultraligerada, por ello, “no es imaginación” de quien la degusta sentir menor sensación de llenura al tomarla. Esto no tiene que ver con ingredientes, sino con la tecnología empleada en el proceso productivo. La Imperial Ultra en lata cuesta ¢65 más que la tradicional o la cero.

Acostumbrar el paladar

En el 2012, se emitió el Reglamento a las sodas escolares. En él, los ministerios de Educación Pública (MEP) y Salud prohibieron la venta de gaseosas, productos con grasas trans, confites, cajetas, galletas rellenas de chocolates y algunos tipos de snacks en centros educativos. La empresa FIFCO entendió que aquel era el momento de reducir la cantidad de azúcar que tenían sus bebidas frutales Tropical, que en entonces por envase contenían unos 20 gramos de azúcar.

Hoy esta bebida en su variedad original tiene menos de 10 gramos de azúcar e incluso convirtieron su versión light en una cero, la cual no cuenta con azúcares añadidos.

“Nos dimos cuenta en el panel de captación de que al consumidor le encantaba el Tropical regular. Sabíamos que si hacíamos un cambio de una sola vez esa reducción no iba a ser bien recibida por el paladar. Si le quitábamos cinco gramos eso es una cucharadita de azúcar y se nota.

“Lo que hicimos fue proponerle a ambos ministros y al gobierno que íbamos a hacer una adecuación pero que necesitábamos un tiempo prudencial para hacerla. Todos los meses hacíamos reducciones sin comunicarle al consumidor. A la vuelta de dos años evolucionó a menos de 10 gramos de azúcar. Sin que el consumidor notara negativamente una diferencia. Esa fue la clave del proceso exitoso que tuvimos. Si la hubiéramos hecho de un solo golpe hubiéramos tenido queja por sabor. Era fundamental que el consumidor percibiera un valor agregado con menos calorías, menos azúcar, pero que no percibiera deterioro en el sabor al que estaba acostumbrado”, detalló Gisela Sánchez.

Sánchez destacó que actualmente en el portafolio de bebidas de FIFCO, que cuentan con azúcar agregada, manejan un promedio de 14.94% por cada 250ml.

“La OMS recomienda 15 gramos o menos y vamos hacia 10 gramos. Este es un compromiso serio de nuestra empresa”, resaltó.

Sin grasa

Nestlé también sigue esta corriente de ofrecer productos que aporten pocas calorías o cero grasa. Ellos tiene en el mercado costarricense dos productos que en su empaque anuncian que son 0% grasa: se trata de leches condensada y evaporada.

Patricia Vial, gerente de nutrición, salud y bienestar de Nestlé, comentó que el único producto “Cero” que existe es el agua. “Hay productos con menos calorías que aportan menos azúcar o grasa, pero todo producto contiene algún valor calórico, excepto el agua y las bebidas que tienen edulcorantes artificiales”.

No obstante, señala que la trasnacional Nestlé, fundada en 1866, está comprometida con “desarrollar productos que mejoren la calidad de vida y contribuyan a un futuro más saludable”. Por ello dice que es deseo de la compañía empezar a ofrecer productos sin azúcar añadida o sin grasas trans.

“El proceso de trabajar en nuestros productos involucra investigar y entender las necesidades de nuestros consumidores, tanto en la parte de sabor como de nutrición. Nuestro equipo de nutricionistas especializados y chefs luego se encargan de traducir estas necesidades en un producto de alta calidad. Con nuestros productos libres de grasa, como por ejemplo la leche condensada La Lechera 0% grasa y leche evaporada IDEAL 0% grasa, o productos de valor calórico reducido, buscamos ofrecer una opción a nuestros consumidores que desean restringir su consumo de azúcar o grasa”, indicó.

Vial agregó que en el caso de la leche condensada ha sido “una adaptación importante” para Costa Rica, pues muchas recetas llevan como ingrediente este producto.

En el proceso de descubrir lo que busca el consumidor, la empresa eliminó en el 2015 los Ácidos Grasos Trans "de todos sus productos”.

A estos cambios también se suman las medidas para recudir el sodio y azúcar.

¿Cómo lo enfrentan las marcas de azúcar?

En el 2015 la Organización Mundial de la Salud emitió una serie de directrices en las que recomienda tanto a adultos como a niños reducir la ingesta de azúcar a menos del 10% del total de calorías que consumen por día.

Según esta organización, sus nuevas recomendaciones se sustentan en los efectos negativos comprobados que tienen los llamados “azúcares libres” para la salud humana. Este término incluye todos aquellos azúcares que le añadimos, por ejemplo, al café o a los refrescos, así como el que contienen los alimentos procesados. También se cuentan aquí los azúcares presentes en forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta.

Ante estas nuevas tendencias en las que muchas personas están dejando de lado el azúcar, se consultó a Laica, empresa que tiene en su portafolio las marcas Doña María, Zukra, Natuvia, entre otras, acerca de cómo se han adaptado a los cambios de consumo de los costarricenses que ahora buscan opciones más saludables y que no tengan azúcares añadidas o que incluso merman o eliminan los azucares de su dieta.

Mediante correo electrónico, Sandra Vega, gerente de mercadeo de LAICA, destacó la importancia de llevar una alimentación balanceada incluyendo todos los grupos de alimentos.

“La reducción o eliminación del azúcar hace que sean sustituidos por edulcorantes sintéticos o artificiales hechos en laboratorios y que son cuestionados por la comunidad científica por sus efectos negativos. Se han preguntado, sin azúcar y ¿con qué? Cuando se sustituye el azúcar de los alimentos, se debe compensar su ausencia con otros aditivos para aportar textura y/o estabilidad, siendo estos agentes de relleno y gomas, entre otros, lo cual hace que uno se cuestione si el alimento reducido es o no más saludable.

“Una cucharadita de azúcar aporta solo 16 calorías y otros endulzantes naturales que se utilizan para sustituir el azúcar aportan más calorías, como la miel de abeja que aporta 18 calorías. En este sentido, se refuerza el comentario de que el consumo de azúcar por sí mismo no es malo para la salud, y que lo más importante es una alimentación balanceada”, sentenció.

Acerca de si LAICA ha incorporado en su catálogo productos para adaptarse a los nuevos gustos del consumidor en los que aparecen opciones sin azúcar o con “sustitutos saludables”, la gerente de mercadeo contó que “LAICA ha incorporado a su portafolio el desarrollo con mezclas de endulzantes naturales como el Stevia. El objetivo de esta estrategia es ofrecer a los consumidores alternativas naturales para endulzar en las cuales se conservan propiedades del azúcar con el aporte de un mayor poder endulzante por parte del Stevia, lo que propicia una reducción en la ingesta de calorías”.

Productos cero, ¿realmente saludables?

Es cierto que en muchos planes nutricionales aparecen los productos cero o light para que quienes buscan cambiar sus hábitos alimenticios tengan opciones similares a las que comúnmente consumían.

La doctora en nutrición, Melania Cevo refirió que las opciones cero o livianas aparecieron como alternativas con menor cantidad de calorías y que son recomendadas (no por todos los nutricionistas ni para todas las personas) para quienes quieren consumir algo similar pero con menor impacto en cuanto a la ingesta de calorías, el azúcar y la grasa.

“Han surgido como una adaptación de la industria alimentaria ante el crecimiento de enfermedades relacionadas a estilos de vida poco saludables, a la ingesta excesiva de calorías y productos de baja calidad nutricional”, explicó la especialista.

Sin embargo, Cevo explica que el consumo de estas opciones no quiere decir que sean “ni más saludables, ni más nutritivas”.

"Por el contrario, ha surgido mucho debate alrededor de los productos con aditivos alimentarios sintéticos, ya que muchas personas caen en el error de consumir en exceso productos cero o light, alcanzando niveles de consumo que podrían poner nuevamente en riesgo su salud.

“En efecto las empresas han desarrollado productos mas amigables con algunas de las recomendaciones de la OMS, pero podrían ser un poco selectivas en cuanto a lo que modifican y lo que no. (...) las personas compran estos productos pensando que está bien porque en la etiqueta dice light, y consumen mas de lo que hubiesen consumido en el producto original. Un producto liviano, cero calorías, cero azúcar o cero grasa no habla sobre sus características nutricionales, solo habla de lo que no lleva en altas cantidades”, especificó.

La nutricionista considera que “los esfuerzos realizados por las empresas son útiles en muchos casos”, no obstante, cree que “no solo hay que pensar en calorías sino en la parte nutricional y en la calidad alimentaria".

"Los alimentos light o livianos no necesariamente son la mejor opción siempre , pero si son de gran ayuda para personas que están en el camino de una vida mas saludable; por ejemplo: una persona que antes utilizaba para el cafe de tarde: café con leche y pan con natilla, ahora llega y elige leche descremada, menos cantidad de pan y natilla y además busca estos productos bajos o cero grasa.

“Dentro de mi concepto, los productos livianos (o cero) son muy funcionales y útiles siempre y cuando se vean como lo que son, una transición de lo mas ultraprocesado, a algo mas natural. Los productos cero son como muletas para alguien que va saliendo de un accidente nutricional”, informó.