La ingeniosa pizarra del ‘community manager’ de La Bohemia

En el icónico bar josefino hay una manera muy particular de informar sobre las promociones, el menú y hasta de hacer crítica social. Su propietario, Jorge Motta, ha hecho de la desenfadada comunicación con la clientela un arte.

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Menú francés:

  • Ensaladé Bohemiú.
  • Garbancé avec le cerdé.
  • Cevicheuz.
  • Albondigué au le salse du tomate.
  • Tamalien des chanché.
  • Le huevé duré.

El menú francés que una vez publicó Jorge Motta en su bar La Bohemia le dio la vuelta al mundo por el buen sentido del humor y el ingenio con que describió las bocas especiales que se sirvieron, tal vez, durante el Mundial de Francia 98: ensalada Bohemia, garbanzos con cerdo, ceviche, albóndigas con salsa de tomate, tamales de chancho y, por supuesto, huevo duro.

En el icónico bar josefino hay una manera muy particular de informar sobre las promociones, el menú y hasta de hacer crítica social: una pequeña pizarra acrílica que destaca con la creatividad de sus mensajes. ¿Pero de quién es la mente detrás de los anuncios tan particulares de la pizarra? ¿Quién es el community manager (CM) de La Bohemia? Nada más y nada menos que don Jorge Motta, propietario del bar.

Don Jorge, bien conocido por propios y extraños de La Bohemia, es un hombre más bien serio, pero parece que se transforma cuando se pone en el papel del CM, aunque asegura que tuvo que preguntarle a su hijo Miguel qué significaban esas letras cuando alguien le dijo que él era el CM del bar (además porque es él mismo quien maneja el Facebook del lugar).

“Esa pizarra del menú francés fue un vacilón porque me dijeron que la vieron por muchas partes del mundo. El cuento es que de casualidad un día vinieron unos franceses con una gente de acá y vacilaron un montón con el menú francés que de casualidad estaba escrito en la pizarra; le tomaron fotos y las compartieron en las redes sociales. Al tiempo vino la persona que los acompañó y me contó que la pizarra se hizo viral”, recordó don Jorge, aunque no precisó el por qué ese día se le ocurrió escribir el menú en “francés a lo tico”.

Como decíamos, tal vez fue un día de 1998 en el calor del mundial de fútbol que se realizó en Francia o, simplemente, don Jorge leyó alguna noticia relacionada con Francia en algún periódico porque sí, la inspiración le llega de donde menos se lo imagina.

“Es como un sentido de oportunidad porque tampoco es que yo sea un vacilón”, dice Motta quien es administrador y dueño de La Bohemia desde hace aproximadamente unos 30 años, cuando recibió de su padre las riendas para seguir manejando el negocio familiar que pasó por las manos de su papá, su abuelo, sus tías y otros familiares desde hace casi 90 años.

Con una regla de color verde, marcadores de color rojo, negro, verde y azul y su ingenio, este hombre de 61 años se encarga de escribir los mensajes y también de hacer las de dibujante para acompañar los textos a veces satíricos, otros con crítica social y otros simplemente informativos.

Por ejemplo, cuando se le ocurrió presentar el menú de bocas igualitario: “Albóndigas y albóndigos. Cubaces con costillo y cubazas con costilla. Queso de chancho y quesa de chancha. Atún arreglado y atuna arreglada”. O bien, cuando retan a sus clientes a descifrar el menú en clave: “Hola Rimabeba. Digan Bolas. Me dan tacos. Centro no reian. Quitela. Amo trate. Limpiare”.

Celebran festividades también. Hay felicitaciones por el Día de la madre, del padre, del trabajador, la Navidad, el Año Nuevo... lo que se festeje, se pone en la pizarra.

Eso sí hay algo que nunca nunca falta en la pizarra, el mensaje de despedida: “Cerramos a la media noche”.

La idea

La pizarra, como el bar, no es nada nuevo. De acuerdo con don Jorge la idea de publicar mensajes nació desde hace mucho tiempo, su papá y su abuela usaban una pizarra de tiza (de esas verdes o tal vez negras) para poner los resultados de los chances y también los precios de las bocas y los licores.

Fue en la década de 1990, con el “boom” de las computadoras, que la situación se sistematizó. “Imprimíamos afiches con los mensajes, también teníamos un boletín que llamábamos Boletín del CTF (Club del Tapis Frecuente)”, recordó don Jorge.

Con el tiempo y los cambios, además de la necesidad de cuidar el medio ambiente, la pizarra acrílica se convirtió en la mejor manera de darle seguimiento a las informaciones y al buen sentido del humor. La pizarrita que cuelga en una de las paredes de La Bohemia rodeada por todo tipo de licores nacionales y extranjeros, se la hizo un vecino a don Jorge a mediados de los años 90 y es la misma todavía.

“Ya por detrás se está poniendo feílla porque el corcho sufre mucho con las fumigadas. No hemos pensado en cambiarla porque el tamaño que tiene es perfecto, es capaz que la hacemos más grande y me desubico”, bromeó el propietario.

Conforme pasaron los años y el acontecer nacional, don Jorge ha ido cambiando los escritos en su pizarra. Él es un hombre que se informa a diario con los periódicos y viendo noticias, pero también lee mucho y eso le ayuda con el vocabulario que utiliza cada vez que escribe. “Recuerdo uno que hice cuando salió aquello de que había que echarle alcohol a la gasolina, aquí lo invertimos con: ‘prometemos no echarle gasolina al guaro’".

También la pizarra representa en muchas ocasiones la posición social y hasta política de La Bohemia (eso sí, sin ofender a nadie porque de eso no se trata). Hubo una pizarra que decía “yo apoyo a la U pública”.

Otro de los atractivos de la famosa pizarra es el talento que tiene don Jorge para dibujar. Muchas veces los mensajes tienen que ir apoyados por dibujos, como de nivel de primaria, según dice el autor, pero que se dan a entender muy bien.

Para todos los gustos

La pizarra de La Bohemia no solo se ha vuelto famosa entre quienes van al bar, pues también se ha convertido en una sensación en el perfil de Facebook del establecimiento: cada vez que hay una pizarra nueva, el administrador publica una foto y se desatan las interacciones en la red social.

Incluso, es tanta la fama que ya los clientes piden pizarras personalizadas. Igual hay para todos los gustos, como, por ejemplo, cuando en La Bohemia se pone la cosa muy seria y llegan escritores a presentar sus libros o para las noches de tarot en que se leen las cartas. También se han hecho invitaciones a cumpleaños; es solo que el cliente pida para complacerlo (pero no abuse, diría don Jorge).

“A la gente le gusta mucho, pero nadie se imagina que soy yo el que las hace, siempre piensan que es mi hijo Miguel. Las pizarras han provocado mucha curiosidad porque tal vez ven que alguien comparte las publicaciones de Facebook y se vienen para verlas y se quedan”, afirmó Motta.

En La Bohemia se pasa un buen rato siempre, como en familia. El ambiente es tranquilo, ahí se puede vacilar, conversar sobre deportes, política, artes, en fin de todo un poco y eso es lo que ha hecho que el bar se mantenga vivo a pesar del tiempo y de las circunstancias que han apagado a otros lugares históricos de San José, como fue el reciente cierre de Chelles.

“Es una lástima, creo que el tema más fuerte son los alquileres que en San José se vuelve algo inmanejable y como hay tanta competencia no se pueden ajustar los precios muy a menudo”, comentó don Jorge. Eso sí, por el momento los bohemios pueden estar tranquilos porque La Bohemia es un negocio familiar y promete mantenerse en pie por muchos años a punta de buenos tragos, el mejor trato, deliciosas bocas caseras y, por supuesto, los infaltables “para picar” (maní, mantecados, papitas y platanitos).

De la mano de don Jorge y atendido también por Nancy Ramírez y Miguel y Jorge, los hijos de don Jorge, La Bohemia todavía tiene buen rato para seguir siendo uno de los centros de encuentro más históricos de la capital. Mientras tanto y si no puede ir muy a menudo, le recomendamos que se de una vuelta por Facebook para que goce con las ocurrencias del CM del bar.