La hipótesis del desplome en tierra firme

A pesar de los primeros informes de la Fuerza Aérea argentina, cuatro son los indicios que hacen pensar a Wilfredo Rojas que la aeronave TC-48 se desplomó en las montañas de Talamanca.

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Aunque los investigadores argentinos concluyeron en 1966 que el avión cayó al mar en aguas panameñas, el geólogo costarricense Wilfredo Rojas cuenta con cuatro indicios, la mayoría testimoniales, de que en realidad el TC-48 se estrelló contra la montaña.

1. La maestra Talía Rojas daba clases en Talamanca ese 3 de noviembre y vio el avión pasar, rumbo al oeste. Por la trayectoria, ya no era posible que se desviara hacia el mar Caribe.

2. El piloto costarricense Álvaro Protti volaba un avión de Lacsa hacia Miami y entabló comunicación con los pilotos argentinos que trataban de controlar la emergencia. El relato de Protti también indica que el TC-48 ya estaba aproximándose a los cerros de Talamanca. Fue la última persona que escuchó con vida a alguno de los ocupantes del aparato argentino.

3. En 1993, un cazador se extravió en la zona durante varios días. Mientras trataba de salir de la montaña, se encontró con los restos de la aeronave. Sin embargo, cuando logró salir después de dos semanas, ya no era capaz de indicar el sitio exacto. Es la única persona que ha podido dar un testimonio creíble de que vio un aparato con las características del TC-48 y que coincide con la zona de búsqueda propuesta. Wilfredo Rojas conversó directamente con él y su relato fue clave para delimitar el área de búsqueda.

4. La morfología de la región y las condiciones en que iba el avión (poca altura y muy disminuida capacidad de vuelo) son consistentes con la tesis de la caída en la fila de Matama o las cabeceras del río La Estrella.