Hacer amigos: más fácil antes de los 30

Al salir de los veintitantos, la consolidación del éxito laboral o un proyecto familiar impiden que las NUEVAS RELACIONES sean tan sólidas como las de la infancia o la juventud.

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“Han crecido conmigo, hemos llorado y reído juntos y tenemos una historia común que compartimos”, dice Paola Guzmán, una profesional de 35 años, al referirse a sus mejores amigos.

Los llama sus “amigos del alma” y recuerda que los conoció en el colegio o en la universidad; con ellos sigue departiendo a menudo y los considera parte de su familia.

Junto a su marido, esta joven madre ha conocido a muchas personas gracias a su trabajo y a una agitada agenda social, pero ninguna ha logrado estar al nivel de esos “amigos del alma”.

“No es que no quiera, pero estas nuevas amistades no me conocen de tantos años como ellos”, se defiende.

Entre los 30 y los 40 años, mucha gente entra a la vida de las personas: compañeros de trabajo o conocidos del gimnasio, además de muchos contactos de Facebook. Sin embargo, difícilmente se logra establecer con ellos una relación tan íntima como la que se tiene con los amigos de tiempos anteriores.

Y no es extraño que sea así. Tras superar la segunda década de vida, las condiciones cambian. La formación profesional, la pareja, los hijos y otros hábitos de vida hacen que sea más complicado cumplir con las tres condiciones esenciales para hacer amigos, que Rebecca Adams, académica de la Universidad Carolina del Norte, reveló a The New York Times.

La primera es la proximidad reiterada, es decir, estar en contacto permanente con cierto tipo de personas.

La segunda son las interacciones no planificadas, que solían darse todos los días en el colegio o en la universidad, y la tercera, un entorno que anima a la gente a bajar la guardia y a confiar en otros, como las fiestas y las reuniones sociales a las que se suele asistir cuando se es adolescente o veinteañero.

Laura Carstensen, investigadora del Centro de Longevidad de Stanford, en California, concluyó que las personas tienden a interactuar con menor número de individuos a medida que avanzan hacia la mitad de su vida y, por otro lado, se acercan más a los amigos que ya tienen.

Para la psicóloga Eliana Heresi, establecer nuevas relaciones de intimidad implica realizar actividades en conjunto, dejando de lado otras cosas. El problema es que eso le resulta poco factible a muchos treintones y cuarentones.

Recomendaciones

Melanie Gorman, directora de Yourtango.com, sitio especializado en el amor y las relaciones humanas, listó en su columna del Huffington Post cuatro consejos para hacer nuevas amistades después de los 35:

1) Encuentre instancias sociales que le interesen. Por ejemplo, vaya a un evento donde se discutan temas que le resulten relevantes. 2) Salga de su status quo . Si no se acerca a sus posibles amigos, nada cambiará. Si le interesa la amistad de una persona, esfuércese e insista. 3) Considere las redes sociales. Aunque suene contradictorio por la importancia de la amistad cara a cara, Facebook y Twitter son excelentes espacios para compartir sentimientos e ideas. Podría descubrir a personas muy valiosas. 4) Reviva las amistades que dejó en segundo plano. Reflexione con quién ha perdido contacto y, si desea, busque retome la amistad.