Entrevista con Daniel Habif: Ruge el león detrás de la motivación

A sus 32 años, el mexicano se ha convertido en uno de los conferencistas más seguidos en Latinoamérica por sus discursos disruptivos. ¿Su clave? Aprender a vivir de los fracasos.

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Daniel Habif es un hombre al que no le gustan las etiquetas o que lo encasillen: siente que al hacerlo, es como si fuera un león dentro de una jaula.

Llegar a esta conclusión le tomó muchísimos años, más de los que es capaz de recordar. Hoy, a sus 32 años, busca compartir con otros las lecciones que ha aprendido, especialmente, esas que han surgido de sus “gloriosos fracasos” y que le han dado la oportunidad de reinventarse, una y otra vez.

“El primer video que se hizo viral, fue uno que me grabó mi esposa Anyha, justamente el día que más fracasado me sentía, porque había quebrado mi empresa, pero mi sentir era que el fracaso realmente no existe. Era un video de desahogo, entre ella y yo, pero mi esposa decidió postearlo en sus redes sociales y en cuestión de semanas llegó a 20 millones de reproducciones”, recuerda el motivador mexicano, quien nació en Mazatlán, Sinaloa, en una entrevista exclusiva con la Revista Dominical.

En medio del caos que vivía en ese momento, Habif descubrió que sentirse derrotado le permitió hallar su misión: impulsar a que otros se atrevan a ganarle el pulso al conformismo y levantarse cuando un nuevo golpe los tire al suelo.

Así lo supo en el 2016, uno de los años más difíciles que ha vivido: su padre falleció, su madre fue diagnosticada de cáncer, su compañía de producción estaba en bancarrota, al mismo tiempo que a él le fue detectada una bacteria en su cerebro.

“Ahora que han pasado unos tres años, es que te das cuenta de que todo era como una tormenta perfecta en mi vida. Pero, ¿te has preguntado si lo que consideramos el mayor caos es realmente el inicio de lo que siempre aspiramos a ser? Yo creo que es en esas tormentas perfectas es en las que descubrimos de qué estamos realmente hechos”.

Este hombre, con 26 años de trayectoria en la industria del entretenimiento y la comunicación, es reconocido por haber participado en 15 telenovelas, entre las que destacan Nunca te olvidaré y Corazones al límite, además de la película Zapatos viejos, junto a Gloria Trevi. A esto se suman los más de 600 comerciales que protagonizó y las 14 obras de teatro en las que actuó, trabajos que le sirvieron de plataforma para consolidarse en los últimos años como charlistas, al punto de ser considerado, en la actualidad, como uno de los motivadores más reconocidos de América Latina.

Más que una religión

Para Habif, quien inició su carrera como actor a los seis años, junto a Rogelio Guerra y Jacqueline Andere en la telenovela Ángeles Blancos, la inspiración para sus conferencias y videos posteados en sus redes sociales –en sus cuentas de Instagram y Facebook alcanza casi los cuatro millones de seguidores– es su relación con Dios, la cual comenzó hace unos cuatro años.

El también productor de conciertos masivos y presentador del programa Sin Reservas del canal Ritmoson Latino, asegura que él no profesa una religión, al contrario, se considera un adversario de los religiosos, porque son ellos mismos quienes que con su necesidad de establecer etiquetas, han separado personas en lugar de unirlas.

“Yo amo a Dios y lo veo como a un artista creativo, mientras que vuelvo a ver a Jesús como un libertador y líder espectacular. Para mí, la religiosidad lo ha hecho muy mal, se han convertido en separatistas y divisionarios absolutos. De hecho, ahora se consideran la policía celestial, convirtiendo el amor, la bondad y la misericordia en un multinivel y te persiguen para multarte. Sin embargo, ellos se olvidan de dónde Dios lo sacó”, afirma.

El motivador considera que, aunque algunos lo vean como un ejemplo a seguir, él no se siente como tal, porque lo que hace es inspirarse cada día a ser mejor persona y eso mueve a otros a seguirlo. Todo se trata de un medio, más no de un fin para vivir a plenitud y encender la fuerza que cada uno lleva dentro.

Eso sí, reconoce que esto conlleva una enorme responsabilidad, que a la vez es una carga muy pesada para su corazón y espíritu, pero su secreto está en prepararse para ello. Lo hace a través de la motivación de ofrecerle a otros “esos primeros auxilios para el alma” y exhortarlos a convertirse en algo más allá que seres ordinarios, capaces de heredarle algo a la humanidad.

“La motivación hace que la realidad sea mucho más profunda y requiera del ser positivo. Esto te exige vivir de una manera más eficaz y productiva en todos los conceptos, por eso es el positivismo no es negar el error o vivir en la amnesia temporal, sino es que cuando te encuentres en esta posición, tú harás todo lo que te toca para transformar el dolor en una perla”, sostiene.

Fue precisamente esto lo que lo llevó a modificar, de último momento, el famoso discurso que dio en el multitudinario concierto Venezuela AID Live, que se realizó el pasado mes de febrero en Cúcuta, Colombia, cerca de la frontera venezolana. Ante las miles personas que se encontraban en las cercanías del Puente Internacional de Tienditas, sintió que lo importante era despertar la llama de la esperanza en ellos.

A Habif, quien minutos antes de subirse al escenario para compartir algunas palabras vivió instantes de zozobra y terror al llegar hasta la línea fronteriza que separa Venezuela de Colombia, le resultó muy doloroso ver las necesidades de las personas que transitaban de un país a otros por los caminos clandestinos.

“Los primeros cuatro minutos de mi participación fueron cruciales, porque no quería que se malinterpretara y sabía las consecuencias que eso significaría. La verdad es que pasaron mil cosas por mi cabeza en ese momento, porque yo no estaba preparado para hacerlo, pero sí muy dispuesto. De eso aprendí que rugir no significa que estás bien, significa que puedes rugir a pesar de estar herido”, concluye.

Participar en el humanitario encuentro artístico no le resultó fácil, ya que como él mismo lo cuenta, viajó por sus propios medios, realizó cuatro escalas y durante dos días solo durmió tres horas, pero siguió firme en su objetivo de llegar hasta Cúcuta y dar su discurso de 15 minutos, tiempo más que suficiente para inyectarle esperanza a quienes lo escucharon en todo el mundo.

Adiós a la comodidad

Según Habif, uno de los principales problemas que hay en la actualidad es la rapidez con la que queremos que suceda todo lo que anhelamos. Desde su perspectiva, hoy las personas se hacen esclavas de sus pensamientos y emociones contaminadas, que los hacen crear una realidad mucho más caótica de lo que realmente es.

“Son tantos los estímulos que recibimos en la actualidad como seres humanos, que terminan por hacernos creer que no somos lo suficientemente ricos, famosos o guapos. Es por eso que el tema de la motivación te empuja a tu mejor versión, la más impactante, la más generosa, la más creativa, pero eso no lo despierta mis palabras, sino la fuerza interna de cada persona”, afirma.

El conferencista se define como un hombre muy positivo y enfocado en lo que quiere obtener, además de casi imposible de detener. Sin embargo, sus momentos de dolor los ha puesto a servicios de otros.

“No te lo voy a negar, vivo peleándome con Dios. A veces quisiera estar en un bote, pescando, pero esa no es mi realidad. Al final, hago lo que me pide Dios, no soy santo, al contrario, soy muy humano y uno muy rebelde. He vivido esto de la fama en mis distintas facetas como actor, productor, presentador, en fin, así que ya no me sorprende la fama, la cantidad de seguidores o los aplausos. Lo que sí lo hace son los actos de amor, perdón y reconciliaciones”, asegura.

Ser rebelde, como el mismo Habif lo afirma, es lo que lo ha llevado a ser perseguido por religiosos, a los que él prefiere llamarlos “la policía celestial”. Después del discurso que dio en Cúcuta, ahora también es víctima de ataque por parte de los socialistas y populistas, según cuenta, pero siente que ese es el precio que tiene que pagar por levantar la voz.

El motivador ya no está dispuesto a callar ante lo que le parece incorrecto y que va en contra de sus convicciones. Para él, la rebeldía sin un propósito es una postura de hipocresía, así que cree en la revolución del amor, capaz de transformar todo lo que esté en el camino. Su inspiración está en lo hecho por Jesús.

“No entiendo a quién persigue, porque se les olvida que somos un refugio para los perseguidos y no sus verdugos. No termino de entender la absurda obsesión de los que conocen a Dios y parecería que lo único que hicieron fue entrar a un club de superhumanos o a las filas de una policía celestial que solo busca multar. Más que combativo, lo que busco es confrontarlos con bases”, expresa.

Otro de los aspectos que ocupa su atención en estos momentos es la educación, que según él no permite que las personas desarrollen completamente su potencial. Para Habif, la pérdida de los valores y el casi inexistente interés por las carreras de humanidades, son algunas de las causas que han llevado a la falta de consideración y amor por el prójimo.

La creatividad y la reinvención son parte esencial para lograr la evolución en la humanidad, por lo que hoy se centra en ser una persona que busca tender puentes en lugar de levantar muros que dividan a la sociedad. Su espíritu de lucha es lo que da hoy nombre a sus conferencias: Inquebrantables, mismo que refleja esa premisa de mantenerse firme en lo que cree.

“Soy un espejo que deforma a la gente, porque no me gustan esas frases que hemos convertido como leyes en nuestra vida, tal es el caso de ‘así estoy bien’ o ‘siempre he sido así’. Las encuentro estúpidas y aniquiladoras en función de la vida, porque las personas no solo cambiar las cosas por algo mejor, sino por algo más fácil. He allí la principal lección”, asegura.