Doce meses de subibaja

A la Selección le costó encontrar su forma de juego

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En Costa Rica, se suele entender el futbol mejor de lo que se juega. De hecho, en Costa Rica, la gente sabe del deporte que apasiona al país futbolero.

La clasificación a la hexagonal de la Concacaf, del año entrante, fue un subibaja que generó ceños fruncidos, dudas ampliadas y una que otra alegría.

Si se hiciese una tabla con los seis países clasificados a esa ronda –todos con al menos una experiencia mundialista–, la Tricolor sería quinta de esa lista y no tendría asiento a Brasil 2014.

Sin embargo, el corazón siempre le hace una gambeta a la razón: la más reciente encuesta de opinión Unimer –publicada el mes pasado– reveló que el 33% de la población piensa que la Sele sí irá al Mundial.

Eso sí, le dan la tercera boleta, detrás de México y Estados Unidos..., pero por encima de Honduras.

Lejos de los lujos de adversarios que enfrentó el año pasado, en el 2012 la Selección se topó con la realidad del área y de una eliminatoria que se le puso cuesta arriba en el propio Estadio Nacional y que reflejó las inconsistencias que demostró el cuadro a lo largo de estos meses.

Aquella victoria en Gales –en febrero– abrió la idea de una cuadrangular con menos sobresaltos, de los que finalmente existieron: uno propone y la Sele dispone.

El repaso nos deja una decepcionante igualada ante El Salvador –en el que se dejó escapar una ventaja de 2-0– y una muy desilusionante caída ante México, que dejó una paupérrima imagen.

Sin embargo, el equipo salvó los papeles ante Guyana (paliza allá y acá) y ante los cuscatlecos (encontró allá lo que perdió acá)..., y con eso le alcanzó para avanzar: eso es la Concacaf.

Perdió en la visita al Azteca –derrota presupuestada, dijo alguien en alguna oportunidad– aunque al menos no salió con una tunda..., como se temía.

En todo caso, el equipo cumplió con el deber de avanzar de fase y evitó el papelón de quedar apeado en las primeras de cambio, como sucedió en 1992 en la ruta hacia Estados Unidos 94.

Al hacer el recuento del 2012, quedaron temas abiertos en la Tricolor para el 2013: el liderazgo dentro del equipo es uno de ellos; el estadio para jugar la hexagonal, otro.

Si uno desea ver el vaso medio lleno, podría mencionar el desarrollo de Álvaro Saborío, quien, al fin, parece que se dio cuenta del papel que le toca desempeñar en el equipo.

Otro haber es que la gente confía en el técnico, Jorge Luis Pinto: un 39% de los encuestados por Unimer dijo confiar en el trabajo del estratega cafetero; aunque un 32% aseguró desconfiar de este. Esta es la Selección que nos deja el 2012: un subibaja, aún en las encuestas.

Arnoldo Rivera J.