Corredoras en el Chirripó

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Una vez, Marta Cordero fue a acompañar a un amigo que competiría en la carrera anual al cerro Chirripó. Ya se sabe: el apoyo moral es un combustible que nunca sobra para la prueba a campo traviesa más retadora que se corre en el país. Marta se vio frente a la línea de salida y tenía el camino por delante. Ella, quien para entonces ya era una corredora asidua, escuchó un reto de la montaña que le fue imposible rechazar. La mujer que solo iba como espectadora terminó con un número en el pecho, corriendo los 34 extenuantes kilómetros.

Este es un recuerdo de hace 13 años y, desde entonces, la atleta ha competido 13 veces más. Marta es enfermera en el hospital Max Peralta. Con 57 años de edad, es la mayor de las 16 mujeres que hicieron la XXV Carrera Ecológica Cultural Internacional del Cerro Chirripó el pasado 23 de febrero.

El fotoperiodista Carlos González hizo el recorrido de aquella jornada y le puso una atención especial a las atletas. ¿Cuál es la conclusión del fotógrafo? La montaña tiene un rigor democrático: hombres y mujeres, viejos y jóvenes, la sufren por igual. El gozo de vencerla también es para todos, la satisfacción también es de todas.

“Cuando se va subiendo por la Cuesta de los Arrepentidos, una siempre piensa: ‘Es el último año que vengo’”, dice Marta. No hay que creerle, ya tiene planes para medirse con la mayor altura de Costa Rica en el 2014.