Cartagineses jóvenes: una nueva afición apasionada

Un año exitoso del Club Sport Cartaginés atrajo a una nueva afición brumosa a corear en las canchas.

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José Granados es un adolescente con una pasión que nació en 1906. El Club Sport Cartaginés es más viejo que el papá de su abuelo, pero él le inyecta una energía quinceañera desde las gradas.

“La final en el estadio fue un llenazo inexplicable. Casi no pude ver el partido por estar apoyando, pero fue demasiado bonito”, cuenta el muchacho sobre la experiencia de casi gozar de una campeonización que se ha negado con la necedad de las maldiciones.

Hace unos tres meses que José se incorporó a la Fuerza Azul, la barra organizada que canta en las graderías del estadio Fello Meza. La frustración es el karma de sus ancestros, pero José ya ha aprendido a recitar su promesa hacia el equipo: “En las buenas y en las malas”.

Él es el ejemplo de una afición organizada y renovada que alienta al “decano” del futbol de Costa Rica.

Respeto

Osvaldo Aguilar echó a andar la barra organizada en enero del 2000. Él reconoce que el último campeonato dejó un aumento en la cantidad de muchachos que quieren entrar en la hinchada.

Más que el buen desempeño deportivo, este líder de los aficionados dice que fue un cambio en la directiva del club el que provocó el crecimiento.

“Antes nos tenían marginados, pero ahora valoran lo que intentamos hacer. Mientras que antes nos metían en una esquina, ahora nos dieron un lugar de privilegio en la gradería, debajo de las casetas de transmisión”, explica Osvaldo.

Los de Siempre, Los del Foro, Los de El Carmen, Los del Ballet Azul, Los Cartúligans, Los de la Banda del Centenario son algunas subagrupaciones que conforman la hinchada, que tiene entre 80 y 100 miembros.

Quico también tiene 15 años, y unos cuatro de estar en la Fuerza Azul. Dice que el que una institución sea tan antigua como el Cartaginés la hace merecer más respeto, y que por ello tiene una afición siempre fiel. “Viví la final feliz hasta lo último, con la tristeza de no lograr el objetivo”.

Las emociones de un campeonato exitoso –pero también los cambios en la actitud de la dirigencia del equipo hacia la afición– han avivado las gargantas de cantidad de muchachos como él. El Cartaginés es un club tenaz de alma joven.