Alex Vásquez, el tico que desde Inglaterra lucha por las personas ‘queer’ y con discapacidad

A los 15 años su imagen fue utilizada para un discurso de odios contra las personas diversas. Desde entonces, este costarricense de 28 años lucha por visibilizar a otras personas como él, primero en nuestro país y ahora en Europa con su blog ‘The Wheels Blog’

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‘Legionarios’ es una nueva serie de Revista Dominical, en la que le ofreceremos historias de costarricenses que destacan como profesionales, emprendedores y/o líderes en el extranjero. Si conoce de un caso que le gustaría sugerirnos, por favor escríbanos a revistadominical@nacion.com

Desde que Alex Vásquez descubrió Instagram, hace poco más de una década, quedó asombrado no solo por la posibilidad de conectar con personas de todo el planeta, sino porque le permitió mostrarse como realmente es.

“Internet puede ser un mundo de oportunidades para bien”, dice hoy este activista queer y persona con discapacidad, que empezó en el 2015 con un proyecto llamado The Wheels Blog, un portal para visibilizar la vida de personas como él (quien tiene una condición motora llamada osteogénesis imperfecta) y así hacer un llamado a la diversidad y la lucha por los derechos humanos y la inclusión.

Con The Wheels Blog cuenta con más de 25.000 seguidores en TikTok y más de 5.000 en Instagram y además colabora con el proyecto Purple Tuesday, una iniciativa que busca mejorar la experiencia en el día a día de personas con discapacidad, promoviendo que sitios públicos adecuen sus accesos para esta población.

Este costarricense, de 28 años, obtuvo la prestigiosa beca Chevening, la cual financia una maestría en Reino Unido (él decidió cursar una maestría en Sociedades y culturas digitales en la universidad de King’s College London). Cada aspecto de ese aprendizaje, aunado a su propio testimonio, es insumo para mantener a flote su portal, en el que habla sobre la riqueza y complejidad de la diversidad humana.

Su viaje hacia la activismo comenzó a una edad temprana, marcado por desafíos y adversidades que moldearon su perspectiva y compromiso con los derechos humanos. Un episodio crucial en su vida fue enfrentar el uso negativo de su imagen en una campaña, una experiencia que desencadenó una lucha aún más profunda por la autenticidad, la representación y la defensa de los derechos de aquellos que, como él, han sido etiquetados.

En esta entrevista con La Nación, Vásquez comparte su viaje desde las raíces en Costa Rica hasta su vida como migrante en tierras británicas, explorando cómo su identidad queer y su discapacidad han moldeado su activismo y su compromiso con la inclusión.

—¿Podrías contarnos un poco sobre vos y tu trayectoria personal como activista queer con discapacidad?

—Bueno, soy una persona queer con discapacidad. Estoy en silla de ruedas. Trabajo en medios digitales y en derechos humanos. Además soy un costarricense que vive en Londres. Soy muchas cosas y la mayoría de esas cosas apenas las empecé a conocer después de mudarme fuera de Costa Rica.

”Empecé mi trayectoria como activista desde muy joven. Suelo decir que a los 15 años, cuando ‘salí del clóset’ con mi familia y amigos. En parte ya era activista de derechos de personas con discapacidad desde antes, y considero que ser activista puede contemplar muchas maneras y acciones, desde publicar opiniones en redes sociales hasta activismo con protestas más radicales.

”Sin embargo, a los 15 años, cuando fui a una marcha llamada ‘la marcha de los invisibles’ en San José, la campaña en redes sociales de un exdiputado de la Asamblea LegislativA utilizó una foto mía en esa marcha para promocionar un mensaje de que ‘los gays estaban influenciando a los niños a ser gays’”

”Entonces yo procedí a publicar en Facebook mi opinión sobre el uso de mi imagen, haciendo ver que yo estaba en todas mis facultades de decidir sobre mi sexualidad y que además no era un niño, y eso lo pensaba la gente al verme con una discapacidad. A raíz de esa publicación recibí todo tipo de ataques en línea y hasta una llamada amenazándome de muerte. Ese es el hito que marcó mi vida personal y profesional y me dirigió por el camino de los derechos humanos.

”A partir de ahí ha sido un rumbo continuo de aprendizaje, y esa es una de las cosas más bonitas de esto, reconocer que uno no lo sabe todo y que para poder entender la diversidad (de todo tipo) hay que empezar por la empatía, y sobre todo la empatía de aprender de los demás. Empecé a capacitarme en derechos humanos y sobre todo en la interseccionalidad, que implica poder unir disciplinas, comunidades, acercamientos y metodologías para poder entender a las personas, porque no solo somos algo o lo otro. Somos todo y más.

”Yo no solo soy persona con discapacidad. También soy queer... Y latino. Y no binario. Y vengo de una familia de clase media. Y muchas otras cosas que hacen que me enfrente a los retos y los privilegios de la sociedad de maneras en las que otras personas, por ejemplo mujeres con discapacidad, enfrentan de maneras completamente distintas.

—¿Y cómo ha cambiado tu vida en Inglaterra esa parte de vos?

—Desde que me mudé a Londres, ese aprendizaje se ha intensificado a más no poder. Por primera vez siento que pude ser yo. Principalmente porque pude independizarme y vivir solo. Pero no simplemente por no vivir en la casa de mis papás. Eso es lo de menos. Por independizarme quiero decir que me independicé de la manera en la que desafortunadamente vivimos las personas con discapacidad en Costa Rica, atrapadas y forzadas a ser esa idea del “niño eterno” que tanto nos acostumbramos los ticos a ponerle encima a las personas con discapacidad.

”Desde el 2021 que llegué a Reino Unido no he parado de ser libre, y créanme que se siente hermoso ser libre. Puedo salir de mi casa y tomar un tren a donde yo quiera. La mayoría de estaciones están adaptadas para transportarnos, y las que no, tienen alternativas para hacernos llegar donde queremos. Así es cada vez que tomo cualquier tipo de transporte público en Europa.

”Honestamente doy gracias al universo por no tener que volver a tener que tomar un bus en Costa Rica. La cantidad de problemas que tenía con los buses en Costa Rica es ridícula. Y ni les importa. Sé lo que continúa pasando con el transporte público allá en Costa Rica y de verdad me da muchísima tristeza.

”Pero va más allá del transporte. La salud pública es muy parecida a Costa Rica, pero muchísimo mejor. Y siendo diabético no he parado de sorprenderme con el nivel de salud que tengo acá. Los mejores medicamentos y equipo completamente gratis.

”Una vez que mi salud y la logística de mi movimiento pasaron a un segundo plano... Yo pasé a mi primer plano. He invertido en mi vida sexo afectiva, en mi carrera, en mi educación, en mis amistades, en mi familia. Soy una maraña de cosas que no sabía que podía ser. Y qué lindo es poder ser eso. Mi carrera de activismo en línea ha crecido en paralelo a este crecimiento orgánico, pues lo que trato de hacer es reflejar todo esto en redes sociales.

Me encantaría que más personas con discapacidad puedan conocer el mundo porque cuanto más mundo uno conoce, más termina conociéndose uno mismo”.

— Alex Vásquez, activista
—¿Cómo definirías tu activismo y cuáles son tus principales objetivos al respecto?

—Mi activismo es cambiante. A veces más en línea y otras veces más en persona. A veces más con mis personas y otras veces con públicos más grandes. Mi objetivo es simple: hacer entender a la gente que en materia de discapacidad la clave no es acceder a edificios ni tampoco transportarse de un lugar a otro. La clave es el acceso de personas con discapacidad a la sociedad. No a los espacios físicos sino a los sociales.

”Nada hacemos con rampas ni elevadores si a la hora de entrar a una escuela, los compañeros o profesores nos tratan inferiormente. Nada hacemos con tener acceso a transporte público si no podemos conectar con las personas a quienes queremos llegar... Y hablo de conectar de maneras profesionales, familiares, románticas y sexuales. Todas las maneras.

—¿Podrías compartirnos qué actividades o proyectos estás desarrollando allí en relación con tu activismo?

—Actualmente continúo trabajando en mi blog en línea (@TheWheelsBlog), y además muy orgullosamente estoy trabajando en medios digitales para Amnistía Internacional. De verdad estoy muy agradecido de todas las oportunidades que he tenido acá. Pude trabajar para la BBC por un tiempo, lo cual fue un sueño hecho realidad y ahora encontrarme en AI me hace un profesional completamente realizado. Todo esto mientras sigo creciendo personalmente y tratando de aprender todo lo que pueda, cuando pueda. Mi activismo continúa viéndose reflejado en mi blog, sobre todo ahora con temas relacionados a migrar a otro país teniendo una discapacidad. Se las trae. Muchísimo.

”Conseguir trabajo fue difícil y encontrar una casa ha sido de los retos más grandes también. Dejar a mi familia en Costa Rica ni que decir. Pero todo esto intento transmitirlo en mis historias de Instagram, videos en TikTok, en charlas y conferencias, y en todo mi trabajo. Me ha encantado poder recibir mensajes de personas con discapacidad de todo el mundo, pero sobre todo de Costa Rica y Latinoamérica, pidiéndome consejos para viajar y para poder estudiar en el extranjero. Siempre estaré disponible para cualquier persona con discapacidad que desee hablar sobre estas cosas.

—¿Cómo describirías la experiencia de ser costarricense viviendo en el extranjero?

—Es mixto. Pero sobre todo es muy bonito. Uno se da cuenta lo bien posicionados que estamos en el mundo y toda la estima y cariño que nos tienen cuando uno dice ser costarricense y la mirada de gente de todas partes del mundo se ilumina con sorpresa y aprecio. Eso es de lo más bonito. Por otro lado, es cierto que somos pocos costarricenses fuera del país y por eso el calor tico cuesta encontrarlo. Cuesta encontrar nuestra comida afuera del país. Cuesta igual el tema migratorio bastante. No es sencillo migrar. Pero debo decir que nuestro pasaporte es de los mejores en el mundo y que la gente, como mencionaba, estima mucho nuestro país. Eso solo ha hecho que mi amor por Costa Rica incremente exponencialmente.

—¿Qué obstáculos has enfrentado al intentar visibilizar a personas con discapacidad en el movimiento queer y cómo los has superado?

—Es bastante retador porque yo pensaba que como grupos discriminados, entre ambas comunidades iba a haber mucha empatía por la otra. Pero eso es completamente falso. Las personas con discapacidad muchas veces pueden resultar homofóbicas y las personas queer pueden mostrar mucho rechazo hacia personas con discapacidad. Y luego, encapsular ambas comunidades en mi persona a veces resulta en una completa invalidación de mi opinión y mi criterio.

”Por ejemplo, la última vez que visité Costa Rica hice un comentario en Twitter sobre el poco acceso a infraestructura y la falta de respeto por los derechos de discapacidad... Y en los comentarios se puede notar que mi opinión ya no era válida una vez que notaban que soy queer. Me cuesta sobre todo porque al mezclar el tema de sexualidad con discapacidad puedo ver cómo a la gente le explota la cabeza con innumerables preconcepciones que se rompen o se añaden a la sopa. Preconcepciones de que las personas con discapacidad no tenemos sexo, o que somo niños que nunca hacemos nada ‘malo’. O estereotipos de personas queer que ni voy a mencionar por son solo injustificadas y basadas en nada.

—¿Podrías compartir alguna anécdota significativa o inspiradora relacionada con tu activismo y cómo ha impactado tu labor?

—Una persona con discapacidad llegó a Reino Unido un año después que yo. Ella me decía que se animó a postular por la beca de posgrado (Chevening) gracias a que vio mi foto en Instagram y que empezó a seguir mi redes, que sin mi ejemplo hubiera continuado pensando que no era posible salir de su situación y no cumplir su sueño de estudiar acá.

”Hoy día es una de las personas más felices que he visto. Veo reflejada esa misma felicidad que he vivido cada vez que veo su camino. Y cómo me encantaría que todas las personas con discapacidad pudieran salir, vivir, experimentar, y conocerse a ellas mismas. Visitar Costa Rica siempre me trae sentimientos mixtos... Y muchas veces de tristeza. Encuentro personas con discapacidad deprimidas y que no tienen en su control poder cambiar sus condiciones. Y sin necesidad de decirlo, pero bajo un gobierno al que no le importa en lo absoluto lo que pase con ellas.

—Desde tu perspectiva, ¿por qué es importante el activismo para la comunidad queer, especialmente para aquellas personas con discapacidad?

Si no hablamos de nosotros, no existimos. Si no hablamos de que somos simple y complejamente personas... Nada va a cambiar. Y poner en la mesa de la discapacidad el tema queer es un bombazo de complejidad que no se suele tratar. Entonces ayuda de la manera más humana y bonita a hacer entender muchísimas cosas de nosotros. Que queremos un lugar en la mesa y listo.

—¿Qué consejos darías a quienes quieren apoyar y ser aliados en la lucha por la visibilización?

—Dennos las plataformas que necesitamos. ¿Cómo? En sus trabajos: contrátenos. Y como managers también. En sus escuelas, escúchenos. En sus casas, véanos. En sus aplicaciones de citas, hablen y salgan con nosotros. En sus redes sociales, compártanos. Denos nuestro espacio.

—¿Cuáles crees que son los mayores desafíos que enfrenta actualmente la comunidad queer con discapacidad?

—Poder encontrar espacios de exploración sexual que estén adaptados y sean accesibles. Y que una vez que los podamos acceder, que podamos encontrar personas con quienes explorar nuestras sexualidades.

—¿Qué proyectos o metas te gustaría alcanzar en el futuro en tu labor como activista?

—Me encantaría poder seguir creciendo una audiencia en línea para poder seguir encontrando personas con discapacidades que quieran tener estas experiencias. Además que mi activismo en línea me ha permitido conocer personas con y sin discapacidades que me siguen haciendo entender más el mundo y ese ha sido el regalo más lindo de todo esto.