89decibeles se despide, hasta el último comentario y la última canción

Anunciado su cierre, esta es una memoria de una de las primeras comunidades digitales de Costa Rica, parte del Internet que fue y que no volverá

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Es el 2003. La casa se llena del runrún de la computadora mientras calienta motores y el aliento del ventilador la refresca.

Hay que apretar uno por uno los botones que nos separan de los vertiginosos 128 kbps del Internet de Cable Tica. Es estúpidamente lento y, aún así, viaja más rápido que la vida real.

Los dedos responden mecánicamente a la rutina: la regleta, el CPU pirata, el monitor viejo, los parlantes que toma prestados un compa del cole, el doble clic del ratón al ícono pixelado y horrible del Internet Explorer.

Mientras la imagen se forma, las líneas de la pantalla cuadrada tiemblan, pero la vista se desenfoca y se acostumbra a verlo todo así.

La música de Bruno Porter devuelve la mirada: “Me sería tan fácil devolverme a mi lugar y ser mi propio esténcil, mi molde opcional”.

Esta es la primera cara de 89decibeles.com.

Eso es todo, amigos

A sus 23 años, la banda de rock favorita de Adrián Pauly era Rage Against the Machine. Era un fiebre del rock tico, especialmente de la banda Nada.

En el 2003, tenía el pelo corto, pero no rapado como ahora. Era la guitarra de Cabuya pero trabajaba ocho horas diarias en un sportsbook – “not for long!”, no por mucho tiempo, proclamaba–.

No estaba casado, como ahora dice que lo está en su perfil de Facebook. Hace 15 años, lo más cercano a una red social eran los grafitis en La California.

Era un pasado sin celulares de pantalla táctil y con la presidencia de Abel Pacheco a todo vapor. Todo era diferente al presente.

“Yo era súper fiebre de Bruno Porter, Gandhi y El Parque. No había ningún lugar para informarse de dónde estaban las bandas. Sin redes sociales ni nada, había que encontrarse con los afiches en la Calle de la Amargura o sino, enterarse de boca en boca”, dice Adrián.

Cuando 89decibeles salió al aire, el 25 de julio del 2003, parecía que el Internet iba a ser igual para siempre y, por mucho tiempo, así lo fue.

“Tuvo su momento de gloria y ya pasó”, escribió Adrián el pasado 23 de febrero en la última entrada de su sitio web .

“No quiero cerrar 89decibeles. Ha sido probablemente la decisión más difícil de mi vida, pero en este momento parece ser la única que tiene sentido”, reflexionó.

Si los planes de Pauly se cumplen, 89db nunca celebrará su quince años.

Al entrar marzo, toda la información será eliminada. Será cómo si un capítulo muy grande, muy punk y muy metal, de la historia del Internet se esfumara.

Pero, todavía, Adrián mantiene una pequeña esperanza de que algo lo detenga: un inversor desinteresado, un comprador interesado, alguien que releve el sueño que tuvo junto a su mejor amigo conversando en un McDonald’s.

89decibeles germinó en la música y se alimentó de la cultura pop.

El equipo original tenía otras personas, además de Adrián: su mejor amigo, el periodista Diego Delfino, Silvia Morales, Angélica León y su primo, Carlos Bonilla.

El primer diseño de Adrián era un sitio similar a otras revistas musicales, como Rolling Stone, Spin y, sobre todo Blender (que cerró en el 2009).

Las referencias locales eran aún más importantes.

Adrián menciona a los sitios web Filtro porque tenía un guestbook (un espacio abierto para que los visitantes dejaran mensajes) y La Escapatoria por la afiliación con el rock.

“El tema del rock nacional, fui más yo quien empujó por ahí y el tema de aspirar a tener periodismo profesional fue Diego”, dice Adrián (Delfino, quien salió de 89decibeles en el 2015, declinó participar en una entrevista para este artículo).

“Era este ambiente súper cool del periodismo musical rockero, muy como la película Almost Famous. Pensábamos: ‘¡Qué chiva que es la gente que vive en este mundo y que hacen revistas!’ Tenían un estilo más arriesgado , con más humor. Nos gustaba ese acercamiento: muy profesional en su presentación pero muy casual en la forma de su texto”, describe Pauly.

En el 2003, la primera cara de 89db tenía amorosas reseñas de discos que difícilmente las iban a leer sus bandas, como Stone Temple Pilots o A Perfect Circle.

Pequeños guiños destacaban la letra de alguna canción de rock local y calificaban como “arriba” o “abajo” alguna noticia de actualidad.

El primer artículo editorial era un perfil de los cuatro metaleros ticos de Sintagma (2000-2009), uno de tantos artistas que el sitio protegió por años.

Dos columnas de opinión se renovaban cada tantos meses, sin una frecuencia obligatoria ni predecible.

Pero lo más importante estaba escondido entre pestañas que reventaban con ruidos y rebotes los parlantes de perilla de la compu.

En páginas de texto chorreado, los temas, los signos de exclamación, los pleitos. El corazón de la comunidad.

“Esta máquina mata foristas”

“El Foro fue el primer espacio que documentó una historia oral del rock costarricense”, dice Fo León, productor musical que colaboró al inicio con historietas para 89db y, luego, se alejó de la comunidad.

“¿Cuál fue la primera banda de rock costarricense? La primera vez que yo escuché de Los Perros Calientes fue por un scan de recorte de periódico de 1958. Investigadores han citado ese documento y se habló en el Foro. El hijo de uno de los miembros de la banda era forista porque es un mae metalero”, recuerda el Fo.

“Ese nivel de investigación es un crowdsourcing que no tiene antecedentes. Eso se dio dentro de ese espacio que estos maes abrieron. Fue vital para crear identidad. Era un espacio cool que trascendía la música. Mucha gente se acercó a la música nacional porque las estrellas del foro eran músicos”, detalla.

El foro y sus temas –raros, controversiales, informativos– fueron la liberación de los introvertidos.

89db los obligó a nombrarse con un apelativo único, por aquello de los “troles” y los indecisos. Pero el anonimato fue para muchos el disfraz de la timidez y, también, el chaleco antibalas para salvaguardar su irreverencia.

Pese al anonimato, los pleitos que se armaban en las conversaciones se convertían en temas de plática de bar y hasta en broncas de golpes fuera de ellos.

El músico de Los Waldners Daniel Ortuño inscribió el mensaje “Esta máquina mata foristas” – la frase es un homenaje a un gesto del cantautor Woody Guthrie contra el fascismo– en su guitarra cuando se hartó de defender a su antigua banda Alta Costura en un hilo de comentarios que los censuraba por no tocar “rock”. Gajes del oficio.

“Nunca tuve Kurt ni mi apellido (en el usuario). Fue Maldita Sea por un tiempo y 8===D por otro”, afirma Kurt Dyer, excantante y guitarrista de la banda Nada, entre otras posteriores.

Su música acompañó una de las primeras fiestas que organizó 89decibeles, en diciembre del 2003 (en el bar La Salamandra de Tibás, que ya no existe).

“Era una adicción completa. Yo ya sabía que me gustaba escribir pero en 89decibeles me di cuenta que podía llevar mi creatividad a niveles que no lo había hecho y con una audiencia”, dice Dyer. “Yo nunca he experimentado una comunidad así, nunca había estado en una con lazos cibernéticos tan fuertes. No creo que nunca tenga un 89decibeles más en mi vida”.

Dyer fue parte de las primeras generaciones del Foro, los que fueron fiebres hasta que el sitio implementó un sistema de “karma” para restarle participación a los usuarios que la comunidad rechazaba orgánicamente.

Mientras duró la adicción, Dyer aprovechó los lectores que eran tan adictos como él para validar su humor.

Dyer es uno de varios casos que migraron luego hacia plataformas de redes sociales en los que se hicieron aún más populares, como él lo hizo con Twitter y Vine (ahora en desuso). Pablo Flores (Zuzurro) y Allan Matarrita (Allan) fundaron LaErre.TV con el mismo impulso.

“Había gente que era muy popular. Los maes de sétimo siempre querían caerle bien a los maes de quinto año. Había gente a la que le reían todo, como a mí y había gente que no era querida. Es que era un hijueputa colegio”, se ríe Dyer.

Pero, el paso de los años también expulsó a varios de los usuarios originales del Foro. Se casaron. Tuvieron hijos. Dejaron de pasar tanto tiempo conectados a las pantallas de sus trabajos y de sus casas. El flujo normal de la vida ordinaria.

“Yo me gradué del cole. No volví a entrar a 89decibeles y la gente que entraba me odiaba a mí .Igual que un cole”, repite Dyer.

La productora y presentadora de Radio Hit Michelle Fúster tenía 15 años cuando ingresó por primera vez a 89decibeles.

El periodista Alessandro Solís calcula que tenía entre 13 y 14 porque, al principio, solo se metía al sitio a observar a los otros.

Ambos sobrevivieron a los cambios del sitio en el 2008, cuando Diego Delfino se concentró en fortalecer artículos y blogs.

Ambos decidieron sus carreras profesionales porque el sitio web fue su primera escuela de comunicación.

“89db fue una red social antes de hubieran redes sociales”, dice Fúster.

“Encontré un refugio en el sitio. En el colegio siempre fui una outsider, todavía lo soy un poco. Este era un lugar en el que me sentía segura y encontraba, además, personas que compartían mis mismas pasiones e inquietudes”, describe.

“La mayoría de las personas que comentaban sobre estos temas eran jóvenes entonces y nadie se imaginaba que una década después serían comunicadores respetados, militantes de partidos políticos, activistas de la sociedad civil y, por supuesto, artistas”, dice Solís.

La soledad es la textura común de muchas de las historias de 89db.

En el aval de otros foristas se abonaron buenas ideas, buenos artistas y buenos proyectos. Surgieron revistas que, ahora, están inactivas como Dele Bimba y Sorry Zorrito.

En la efervescencia de una web participativa y amena, se consolidaron proyectos que sobreviven, a la fecha, como RedCultura.com (del 2004) y Revista Paquidermo (2010).

“Coincidió con que empecé a trabajar en Vuelta en U (revista difunta de Grupo Nación) y como referencia funcionaba. Así como uno abre WhatsApp web ahora (en el navegador de la computadora), yo abría 89decibeles”, dice Arturo Pardo, periodista y músico de la banda Foffo Goddy.

Conocido como “Pardingo” –apodo que mantuvo cuando ingresó a redes sociales–, aprovechó el rediseño del 2008 para crearse una cuenta e ingresar a la conversación continua del sitio.

“En algún momento, empecé a hacer reviews de discos. Me acuerdo del primer disco de Florian Droids (2011), no había nadie más que les daba bola. Lo escuché, me encantó y, si no me equivocó , fue el primer review que escribí ahí”, asegura Pardingo.

En su última década, la misma que vivió el advenimiento de las redes sociales, el estruendoso mundial de fútbol del 2014 y la ruptura del bipartidismo político, 89decibeles creció.

Adrián Pauly creó junto al periodista Carlos Soto un Wiki de artistas nacionales dentro del sitio. Los blogs admitieron a un sinfín de voces que fueron relevadas, en varias ocasiones.

89decibeles se despidió pero la historia queda.

La última canción

Adrián Pauly entra al encuadre de la foto usando una chema de Arcade Fire.

“Es de mis bandas favoritas pero es relativamente más reciente, como del 2009 para acá”, dice después.

Ya no trabaja en el sportsbook, ahora hace desarrollo y diseño web para otros desde su casa en Alajuela.

Han pasado casi tres años desde que su mejor amigo, Diego Delfino, dejó 89decibeles para perseguir otros proyectos.

“Después de que se fue, hubo una semana de que yo no sabía qué hacer”, dice Adrián. “Él estaba un poco más saturado del tema del rock nacional. Si uno está muy metido, puede ser un toque tóxico”.

89decibeles nunca fue un proyecto rentable. Adrián recuerda que que el único periodo que pudieron pagar el hospedaje con holgura fue entre el 2013 y el 2014, gracias a un contrato de pauta publicitaria.

“Nos hubiera servido muchísimo tener un vendedor hábil para conseguir algo más grande. Somos terribles vendedores”, lamenta con humor.

Con 30.350 usuarios registrados en el sitio, Adrián ahora recuerda solo los nombres de los que estuvieron más apegados al proyecto, los más constantes.

“Son los que estuvieron más involucrados, más comprometidos y apasionados por esa industria y por la carrera periodística. Todos amaban escribir y amaban investigar acerca de música”, asegura.

El Foro

Diego RO (Diego Rodríguez): 89dB era una comunidad, y en todo momento me sentí parte de esa comunidad. Muchos amigos que conocí a través de esa plataforma aún son de mis mejores amigos. Creo que lo mejor que me llevo de 89dB fue que siempre hubo un algo que nos unía, era la música, era la foto, era el hambre de conversación y divertirse con personas como uno.

Ser una comunidad más que un foro, le dio un valor que para mí, no se ha podido emular en otros sitios. Teníamos fiestas, reuniones, chivos, mejengas, parrilladas... de todo vivimos juntos. Ojo que hasta matrimonios hubo, novios, amigovios, bandas, proyectos... mucho nació ahí. Siempre me llevaré esos buenos recuerdos.

Betobeto (Alberto González): Yo viví gran parte del auge de 89 y como siempre fuí muy de investigar y de debatir primero en listas de correo y luego en foros web, encontrar 89db (entonces básicamente un foro) fue genial primero porque no había muchos “hubs” que agruparan contactos artísticos en CR y aunque el fuerte era de música y músicos ahí se fueron colando artistas de otras ramas. Creo que ahí estuvo lo importante, en que fue como el primer gran agente aglutinador de talento creativo con sello nacional en Internet.

A Very Well Mr Joe (Adrián Poveda): Yo había quedado curado de los foros, luego de varias malas experiencias en Filtro.com y La Escapatoria pero siempre leía 89db por que me daban risa las historias de Kurt y de Chepe (Solocarne), además que justo en esa edad coincidió con que comencé a conocer gente nueva que no estaba en mi cole o en mi circulo social y parecía que todos estaban en ese foro, además que por la banda siempre era muy util como canal para anunciar conciertos, pre-redes sociales.

Me acuerdo que siempre comentaba de guest hasta que Kurt me dijo que me registrara de una buena vez. Mi nombre de usuario era basado en el episodio de El Chavo “leyendo en ingles” (Ah very well Mr Joe - Averigüé el misterio) y por varios años alguna gente aun me decía Mr. Joe

Fue un sueño noble de parte de Diego y Adrian y los demás, creo que en ese momento todos estábamos viendo que hacer para mejorar la escena y el futuro.

1234 (Luis Felipe Dobles): Fui de la primera camada de foristas, excomulgado durante las polémicas discusiones del TLC gracias al recién implementado sistema de puntajes

En sus primeros años el foro de 89db fue el epicentro de amigueo y de la escena de rock alternativo; no teníamos los eventos de Facebook para organizar y promocionar conciertos y fiestas; el foro de chivos nacionales fue una de las principales plataformas a nivel nacional para dar a conocer la oferta musical alternativa en ese entonces. Durante esos años gracias al foro de 89bd y su comunidad conocí a muchísima gente con la que mantengo familiaridad y amistad hasta el día de hoy; significó sin duda un hito y un parte aguas en la escena de música alternativa en Costa Rica, además de representar la principal irrupción de Internet como mediadora entre la oferta cultural alternativa y su público.

También fue un epicentro de polémica y discusión muchas veces estéril pero siempre entretenida donde se ventilaban los chismes y opiniones sobre la llamada “escena”.

No había mayor distinción entre las bandas y su audiencia, en eso era bastante punk, lo habitaba una actitud totalmente DIY. Mis respetos a Adrián y a Delfino por su visión y entusiasmo.

Babocho (Gustavo Quirós): Sin lugar a duda, las fiestas fueron uno de los puntos más altos. No sólo permitieron que muchos usuarios nos conociéramos si no que dieron la oportunidad a que muchas bandas que estábamos empezando en el momento pudiéramos ser escuchadas por un público que regularmente no hubiera asistido a nuestros conciertos. También logró poner a muchos músicos en el mapa y de muchas bandas que se iban separando se armaban bandas nuevas.

Royciño (Roy Quesada): 89DB significó la plataforma idónea en el momento correcto para una generación de jóvenes adultos ansiosos de formar parte activa de una floreciente escena y la posibilidad de escribir (literalmente) su propia historia dentro de la misma.

A titulo personal mi rol dentro de la página me llevó a cubrir, fotografiar y reseñar decenas de chivos locales y varios internacionales pero más relevante aún, me proporcionó amistades que trascendieron el ciberespacio y hoy, 14 años después, sigo contando con ellas.

Neno (Víctor Boza): Definitivamente 89d marca el inicio de lo que yo considero la primera red social de CR. Con el sitio y especialmente el foro, se fomentó un gran acercamiento entre el público y miembros de bandas. Como público íbamos a chivos y llegábamos a hacer nuestro review, como miembro de banda nos alimentábamos de la voz del pueblo. Además se generaron lazos de amistad indestructibles que perduran hasta nuestros días. Por ejemplo, mis amigos más cercanos en la actualidad son el resultado de la página.

Jen®(Jenny Cascante ): 89db fue mi acercamiento definitivo con el rock nacional, antes de esto yo en realidad con costos había visto un par de bandas. Empecé a ir a chivos, conocí músicos y nuevas propuestas musicales. También conocí personas que hoy día siguen siendo amistades cercanas muy queridas para mí.

AmyVedder – Grace! (Graciela González): Entré a 89DB a los pocos meses de que abrió el sitio, creo que tenía 21 o 22 años. Era un momento de mi vida un poco solo, mi amiga Daniela (Starla en el foro) me sugirió entrar. Encontré un lugar muy entretenido, donde calzaba perfectamente y podía discutir con todo tipo de personas sobre infinidad de temas. Además era un semillero para montones de proyectos súper chivas de los que pude formar parte en algunos. Conocí mucha gente que hasta la fecha sigo teniendo muy cerca de mí. Además me dejaban escribir de vez en cuando para la revista reviews de música o temas generales que me parecían interesantes. Cuando remodelaron el sitio y salieron los blogs (cuando llegó el karma) todos teníamos la oportunidad de hacerlo, era súper entretenido. Pero además de los compas, de la música, el arte, las fiestas, y las extensas conversaciones sobre todo y nada con gente maravillosa (muchos de los cuales aun forman inmensa parte de mi vida), yo creo que lo que más le agradezco a 89Decibeles es mi familia… la familia que yo formé.

En 89DB conocí a V1n! (Vinicio Barrantes) a los pocos días de haber entrado y al día de hoy tenemos casi 15 años (igual que el foro) de estar juntos: 2 años y 3 meses de casados, dos gatas, un hogar lleno de amor y miles historias hermosas, amigos, risas, emociones…a 89DB le agradezco de verdad lo más hermoso que me ha pasado en la vida: EL AMOR.

Es triste la partida, pero es el ciclo de la vida. Y esa vida no fue otra cosa más que ¡PERFECTA!

Sidney (Esteban Rodríguez): El primer recuerdo que tengo de 89, fue muy al inicio. Diego me contactó para que conociera acerca de un nuevo sitio que estaba por sacar y que claramente tenía que ver mucho con el rock nacional. Desde ese momento y por algunos años, 89 se convirtió en un lugar que logró agrupar bandas, público y personas interesadas en el fortalecimiento de la escena rock.

Desde las notas que anunciaban comúnmente presentaciones en vivo, la salida de discos, temas para compartir entre músicos e instrumentos y por supuesto que el foro fue un lugar de debate con una muy amplia agenda. Polémicas algunas sin mucho sentido, pero otras que ciertamente fueron tomadas por muchos para mejorar desde cualquier campo.

Una escena de rock la forman muchos componentes y 89 fue uno de tantos. Su aporte pesa, así como el trabajo de todos los que le metieron alma y corazón.

Malbicho (Víctor Fernández): 89DB es el medio que mayor incidencia ha tenido en la escena musical costarricense de los últimos 20 años, sin duda. Las discusiones y peloteos entre usuarios que empezaron sin orden en los foros de sitios predecesores dedicados a la música, como Filtro y La Escapatoria, cobraron coherencia en 89. Desde el inicio la propuesta de Delfino y Pauly se destacó para bien en diseño, funcionalidad y variedad, y eso incidió en que su foro funcionara como la primera red social para muchos de nosotros, facilitando intercambios entre artistas, promotores, comunicadores y público que antes no existían. Aquella camaradería se trasladó de lo virtual a lo real y memorables fueron las fiestas-conciertos organizadas por 89, en las que incluso serví como DJ (bueno, el mae que ponía los CDs). Inolvidables las tertulias de foristas en la acera del bar El Cielo y el concierto de Esimple en la cocina de Royciño.

Para esos años yo era ya periodista de espectáculos en La Nación y mucha de la agenda temática que desarrollé en el periódico se alimentó de 89DB. Ahí entré en contacto con artistas cuyos trabajos luego fueron portada de Viva, y viví un acercamiento con el gremio musical que difícilmente habría logrado sin la existencia de esta página web. Es una pena que el medio no fuese rentable, pues todos queríamos ver a Adrián y Diego dedidados a tiempo completo a 89DB y que pudieran vivir de eso (¡se lo merecían!). La deuda que la comunidad artística costarricense guarda con 89 Decibeles es enorme.

Neuralgia (Daniel Cifuentes): Muchos de nosotros estábamos en los inicios de los 20. Técnicamente post adolescentes universitarios en su gran mayoría. 89dB fue el lugar donde intereses en común se encontraban en una época previa a las redes sociales, era la fórmula perfecta para formar una “comunidad”. Todos llegamos por nuestra afición a la música. Ese fue el inicio de todo. Muchos nos quedamos para expresarnos, para ser escuchados, pero ante todo, porque siempre se aprendía.

Digital, Temas de Actualidad, Mae, entrevistas hechas por nosotros mismos los usuarios. Fue una amalgama. Un caldo de cultivo. Página o foro, la realidad es que fue mucho más que sus partes.

Allan (Allan Matarrita): Mi primer emprendimiento fue una productora de conciertos llamada Circuito Urbano, junto con Vin!. Basicamente nuestra única estrategia de marketing era 89db. Alli buscabamos las bandas, promovíamos los eventos, escribíamos reseñas. Le debo a ese espacio mi primera experiencia emprendiendo. El chivo que mas nos dejo, fueron 60 rojos cada uno.

Tigre (José Coto): 89DB fue realmente una plataforma donde confluyeron la mayoría de personas que, de una u otra forma, terminaron por consolidar las bases de lo que hoy llamamos “la escena del rock nacional”. También fue el puente que aceleró la transición de la música nacional hacia el espacio digital, el cual poco a poco se convertiría en el canal principal de difusión de los que producían cosas. Por último, su foro, fue para mi la primera comunidad verdadera de gente que desinteresadamente impulsaba al rock nacional, compartiendo material, info de bandas y opiniones.

Frank (Frank Lockwood): Fui a la primera fiesta en algún lugar de Sabanilla o San Pedro. Patio bajo techo de una casa creo y llevé mi salsa barbacoa y la puse en una carne que no recuerdo si yo llevé o no pero me ganó fama entre los que llegaron. No recuerdo todos, pero se que Diego estaba y aunque hablaba con él y toda la gente que llegó DENTRO del foro, fue muy difícil establecer conversación ahí en vivo, porque todos eran bien introvertidos para ese entonces y la verdad yo tampoco me abrí mucho al inicio. Creo que la salsa rompió el hielo hacia mi y conforme me puse a asar se empezaron a acercar entre ellos y conmigo -más por el hambre que otra cosa. Claro, a la mayoría, yo les llevo como diez años, así que puedo entender su reticencia.

También entre las cosas que más voy a recordar era el hilo monstruosamente largo de conversación que tuve con Alberto Dominguez (?) acerca de la religión, que eran páginas de respuesta entre nosotros y otros que participaron, pero lo increíble era el respeto que nos mantuvimos en thread... hoy día una discusión como esa jamás se daría en un foro en línea -nunca!. Y bueno, la longitud de respuesta no podría ser tan larga hoy día, no eran los tiempos de Twitter aún. Se me olvidó pedirle a Pauly a ver si podía guardarlo o dejarme guardarlo y si va a guardar las conversación en algún servidor o disco duro.

También nunca me voy a olvidar de las amistades que hice por ese medio y la posibilidad de compartir ideas y que fueran más allá de las típicas preguntas acerca del grupo o los conciertos. El foro fue un espacio que cumplió con la posibilidad de diseminar información de conciertos, y actividades para los grupos nacionales, pero también para compartir y socializar con personas dentro de la escena de música y arte nacional a nivel más amplio. Un espacio de intercambio de ideas, sin los mierderos de trolleadera... No se, seguro por conocernos y tener algo en común. Se lo dejo a los sociólogos.

Bijuno (Federico Rojas): Mi experiencia en 89 DB comenzó en el 2003 si no mal recuerdo. Lo bonito era que fue la primera plataforma digital donde uno se encontraba con jóvenes ticos con intereses parecidos a uno. Además que todos como que le teníamos un amor especial a la música nacional, ya fuera porque tocáramos en algún grupo o porque éramos fans.

Poco a poco se fueron diversificando los temas, y en un momento quedé, junto con Alejandro Guerrero (Graff Orlock), como moderador del tema de cine. Fue lindo, moderábamos con mano dura pero justa XD. Recuerdo haber ido a un par de fiestas, y conocí a mucha gente que todavía hoy en día sigo en otras redes sociales, y gente que conocí en vivo.

Cuando comencé en 89db tocaba con San Lucas, pero luego el grupo se deshizo y formamos Orgasonova. Con ese grupo fue con el que pasé mis mejores momentos en el rock nacional. La gente del foro nos apoyaba de manera increíble y conocimos a muchos grupos “hermanos” con los que compartimos escenario. Creo que Orgasonova creció muchísimo gracias al foro, ahí nos promocionábamos y hablábamos de nuestros planes y proyectos. Lastimosamente el grupo quedó en el camino y se extinguió junto con esa etapa de 89 db. En esos momentos cambiaron el formato, y la página evolucionó.

En esos días dejé de participar tan activamente como lo había hecho antes. Digamos que los “años de gloria” fueron como del 2003-2006.

Marcox (Marco Castro): Recuerdos son demasiados: La primera reunión en la casa de Diego Delfino, donde Frank trajo su famosísima salsa, y Papín de ESimple y Kurt jammearon acústico. Las reus de 89, pero sobretodo en La Salamandra. Malbicho era el DJ y me complació con Alive, de P.O.D., y me subí a la tarima a hacer karaoke 😀

Desde la primera reunión me di cuenta que esto no era solo una “página de música nacional” sino el principio de una comunidad de gente desconectada, que no calzaba en muchos lados, y que se encontró para hablar de música original creada por gente como uno, que creció en los mismos barrios.

Otros recuerdos y chistes internos: Todo era comparado con Bruno Porter; Chuster y sus salidas; el subforo de Mae y sus monarcas Zuzurro y DiegoRimon. La morsa.

Malone (Ness Chaves): Era tan importante para mi. Fue como una especie de regreso al colegio, solo que virtual. Su cierre me llena de sentimientos, recuerdos y nostalgia. Es que su existencia fue tan útil como fértil y necesaria. Creo que nunca antes la escena musical costarricense estuvo más unida.

Yo tenía una banda que se llamaba Non Plus Ultra (NPU para abreviar) y 89db nos dio una ventanita para conocer como éramos contemplados desde afuera. Los conciertos no terminaban la noche del evento, a veces se prolongaban por semanas en los comentarios del foro y artículos de la pagina. Era el lugar donde estar, porque todo convergía ahí. Conciertos, proyectos, películas, tv shows, comicbooks. Incluso fue el primer lugar donde compartí con otras personas sobre equipo, guitarras, amplificadores, efectos, etc. Además, sé de personas que encontraron compañeros de banda y hasta de vida en ese foro.

Yo tengo por consigna que el hecho de que algo no me guste no implica que necesariamente sea malo y creí firmemente que esa idea era digna de ser compartida. Y con platica y amor se podía llegar a conciliar diferencias entre artistas y que nos apoyáramos mutuamente todos.. Ya que antes de 89db había una brecha grande entre el punk y el metal, por ejemplo ... hasta pleitos hubo. Y a mi me gustaban ambas cosas.

Entonces se me ocurrió participar como ente conciliador. Primero tenia que ser suficientemente bueno como para ganarme el respeto de ambas partes y luego sensato, leerlos y apoyarlos a todos reconociendo sus fortalezas y no olvidando lo difícil que era y sigue siendo para todos perseguir esta vocación de ser artista. Entonces, solía de pronto poner un comentario con algún motivo que me agradara y cerrarlo con ES TODAAAA!!!, así en mayúsculas, con muchas letras “a” y tres signos de admiración al final.

Sorprendentemente me valió de mucho porque todavía hay gente que no reconozco pero me saludan con un gratisimo “Malone es todaaaa”.

Hey, si llegaste hasta aquí, gracias por leerme.

PD: ¿Recuerdan una vez que alguien puso por tema “Como perdieron la virginidad” y conté como había perdido una imagen de una virgen que se pasaban las vecinas del barrio de mi madre? Fue divertidisimo, porque la gente lo leía hasta el final esperando seguro que aterrizara con algo relacionado al tema en cuestión. A veces tengo mis momentos.

Zuzurro (Pablo Flores): 89db no solamente fue un sitio para reunirse a hablar de música, fue un lugar para crear amistades que aún perduran y para emprender nuevos proyectos. En mi caso, de ahí salió la formulación de LaErreTV con otros usuario de la página, Allan Matarrita.

Esta página me permitió trabajar mi estilo de comedia desde la parte escrita, así como ser editor de varios artículos. 89db sin duda fue la plataforma que muchos utilizamos para darnos a conocecer y a generar espacios que tal vez no existían. Recuerdo con nostalgia aquella seccón en el foro llamada Mae, donde se dedicaba “El paraíso del zuzurro. La irrelevancia, el absurdo, el matiné cerebral”, todo lo que en ese momento era mi humor. Se les recordará siempre, decibelios.

Say (Say León): De 89 aprendí que la música tiene mucha diversidad y que no la vemos en CR cómo algo sustentable. Aún así los músicos lo viven sin el apoyo institucional o privado.

Aprendí a manejar una banda de músicos, a escuchar o leer pues los foros exigen poner atención y a seguir nuestras pasiones pues terminamos creando una exposición de fotografía del ”delicado arte del rotulista tico” . 89 fue un lugar seguro para compartir y exponer y creo que a más de uno le dio herramientas o por lo menos el impulso para crecer y darse cuenta de que hay gente allá afuera buscando los mismo.

Ke Lonio (Carlos Sequeira): Para mí, 89Db fue la manera de integrarme, como músico ya viejo, a las nuevas tendencias de la música de esa época y medio entender hacia dónde íbamos. Si bien es cierto la página nos traía una gran cantidad de artículos buenísimos, definitivamente lo más esperado era la hora del día disponible para interactuar en el foro.

Aún cuando la participación en este foro se suponía anónima bajo el uso de seudónimos, al final siempre supimos quiénes eran los escritores. De esta manera unos esperaba, sobretodo en los temas más álgidos, los comentarios más inteligentes, los más divertidos, los trascendentales y hasta los más estúpidos.

Así es como llegué a conocer a Malbicho, Zuzurro, Richard Simmons, AquaBass, Worm, Laq Scrib, Apócrifo, AnaLu, y otros que ahora se me escapan.

Cuando me dí cuenta que no encajaba en ese grupo fue en una reunión de foreros que se organizó en el Bar La Esquina cuando de repente me fue cambiado mi nickname de Ke Lonio a Don Ke Lonio.

Angélica (Angélica León): Tan fácil como decir que 89dB fue mi película personal de “coming of age”. Gracias a ese espacio aprendí a que había otros bichillos raros como uno, y que entonces ya de raros no teníamos nada, pero sí mucho de amigos. Hay historias que se forjaron en ese foro que hoy parecen material de leyenda, pero puedo decir que sucedieron porque yo estuve ahí. Las reí, las lloré y las guardé, como quien guarda el tiquete de un vuelo que transformó su vida. Gracias Adrián, gracias Diego, gracias parlante azul.

Chepe SC (José Esquivel): Adrian Pauly y Diego Delfino crearon una plataforma que eventualmente ayudaría a muchas bandas a promoverse y a muchos periodistas independientes a formarse y apalancarse.

Creo que 89 Decibeles no era un simple foro o una página web de contenido artístico y noticias, sino que era una verdadera comunidad. Al menos así fue durante mucho tiempo. Eso es lo que la caracterizaba. Contenido creado por miembros que se sentían familia.

Yo era adicto al foro y puedo decir sin temor alguno, que si Facebook no existiera, probablemente 89DB sería mi punto de visita principal y la adicción de muchos.

La decisión está tomada y se cierra un ciclo más. Pero con la garantía de que 89DB quedara en la memoria de todos.

Muchas gracias por todos esos años de procrastinación, promoción, entretenimiento y risas maes! ESCUCHEN PUNK PLA-OR FAVOR!!!

Strange (Paola Durán): Existían varios foros, o los mismos libros de visitas de un par de páginas de rock (underground) se utilizaban como foros de discusión. Nació 89DB, la plataforma que nos hizo conocer gente, bandas nuevas, discos, nuevos amigos y amigas. Agarrarnos, insultarnos, educarnos, todo alrededor de la razón por la que pasábamos durante horas ahí navegando, aumentado el monto del recibo telefónico cada mes, en lo que coincidíamos, era por la música, por los gustos musicales y el interés en las escenas de aquel momento. Asistí a la primera fiesta que se organizó para conocernos entre los pocos foristas que había, se fueron haciendo cada vez más grandes y numerosas las fiestas con chivo y todo. ¡Que fenómeno y que momento tan chiva!

Ramblin’ Man (José Daniel Clarke): Más allá del valor de 89decibeles como una propuesta de periodismo informativo, que fue algo muy valioso, lo más importante fue que generó una comunidad, o mejor dicho, muchas comunidades. Mucha gente ahí conocimos a personas con intereses y opiniones afines, conocimos música, arte, y opiniones que no conocíamos. Mucha gente incluso pudo comprar y vender cosas, otras formaron bandas, otras se emparejaron, otras empezaron a colaborar en distintas actividades que aún hoy se mantienen.

Jolygud (Miguel Gómez): De 89db tengo varias memorias, había mucho intercambio de ideas y de ahí conocí a varios compas como Kurt Dyer y Alejandro Guerrero.

Puedo decir que era una ventana tuanis que permitía el intercambio de ideas para una escena alternativa, tenían su pagina principal donde hablaban de temas y le hacían push a bandas y cosas relacionadas al arte y la cultura. En el foro me acuerdo que leí mucho sobre El Cielo Rojo cuando salió la peli y finalmente fue cuando dije quién era yo. O quién era Jolygud. Yo vivía en USA en ese entonces, eso hacía muy atractivo para mi mantenerme conectado con esta escena tica musical y pues a veces también se prestaba para un poco de bullying y del basureo de siempre. Pero era algo tuanis. Me gusta cuando veo como han trascendido algunos foreros en diferentes campos. Fue un movimiento digital; fue como tirarle hormonas adolescentes y punkrockeras a la internet tica y ese foro a veces era como entrar a Sand o a algún bar. Ese era el intercambio.

Worka (Ginny Quesada): Con gran nostalgia recuerdo cuando en la desaparecida radio Oxígeno un grupo de amigos allá en los inicios del 2000 anunciaban el lanzamiento de la plataforma 89dB. Y me viene a la memoria la pregunta que el locutor en ese momento hizo: ¿qué significa el nombre de 89dB”, a lo que respondieron: "es el límite de bulla permitido antes de que llegue la policía". Y me parece que fue ayer que esas palabras hicieron eco provocando una mezcla de curiosidad y de una insaciable búsqueda la que me llevo a loguearme por primera vez allá y sentí que por fin encajaba en un lugar.

89 Db marcó esa transición de adolescente a vida de adulta joven y sin saberlo me llevo a conocer a grandes personas que hoy por hoy aún conservo dentro de mi memoria; con los cuales lloramos, chiveamos y nos enfiestamos.

En una época donde al menos para mi el acceso a Internet era restringido y cada vez que podía pagaba una hora de café Internet para perderme entre comentarios del foro y los contenidos que aparecian en la revista.

Los foros fueron la antesala a las redes sociales, y 89dB en mi caso fue mi primer ambiente virtual.

Nath (Nathayeli Acuña): A finales del 2003, me convertí en Nath para la comunidad de 89decibeles. Entré a la comunidad porque me lo recomendaron. En el sitio encontré amigos para toda la vida y fabriqué recuerdos que me dan entre vergüenza, nostalgia y felicidad. El foro se convirtió en el lugar donde conocí a mis mejores amigos. Para mi fortuna, finalmente, había conocido gente a la que le gustaba la misma música que a mí, que apreciaba los cómics y el arte, que le gustaba ir a conciertos, que amaba el cine. Gente que tenía trabajos parecidos al mío.

A mis 19 años, poco conocía del mundo y pensaba que lo único importante era estudiar, pero durante los 5 años que fui activa, 89 me enseñó que hay que disfrutar de la vida, que hay que jalarse tortas, que a veces el drama es necesario, que los que te parten el corazón son fugaces, que muchas veces quienes unos creyó sus amigos no lo son, o que no es necesario ser igual al otro para convertirse en confidentes. 89decibeles fue entender que no era rara, era solo que no había encontrado mi charco para ser libre y feliz.

Kabek (Kabek Gutiérrez): Inicialmente, entré por la parte de la música porque costaba encontrar gente con quien hablar que le gustara el mismo tipo de música alternativa. Luego me empecé a meter más en la parte de cómics, ilustración, en una comunidad de ilustradores y artistas de cómics que me llevó por otro lado.

Había una sección de cómics, donde posteaban maes como Tims y Sergio Acuña. Un día por broma puse un cómic súper mal hecho, la gente empezó a pedir más y eso se convirtió en Pulpín, que fuera del foro tuvo su espacio en el sitio una vez que se relanzó en el rediseño.

Graff Orlock (Alejandro Guerrero): Creoque fui de los primeros usuarios, en el 2003, y fui a la primera fiesta que hicieron en la casa de Diego Delfino. De ahí en adelante me mantuve hasta que empezó a declinar con la entrada de Facebook, entre el 2009 y el 2010.

Comencé a hacer conciertos en el 2005, impulsado por 89deciebeles y porque veía gente ahí a que escuchaba la música que yo escuchaba, punk rock. Y me atreví porque nadie iba a traer esas bandas de afuera. 89db fue el primer medio que me apoyó con promoción, pues uno hacía el evento en la sección de chivos internacionales y era el equivalente al evento oficial de Facebook de ahora. Y la gente respondía. Por medio de 89decibeles conocí a Víctor Fernández (Malbicho), y luego el Hopefest, que organicé en el 2005 y en el que trajimos a Evergreen Terrace, fue portada en Viva de La Nación.

Creo que 89decibeles jugó un papel relevante en el desarrollo de la escena hardcore, punk, metal y rock deCosta Rica. Para mí, fue una parte importante en mi formación como productor.

Sour Ashes (Michelle Fúster): 89db en realidad fue una red social antes de que hubieran redes sociales y una escuela de periodismo para demasiadas personas, utilizando además una visión horizontal y cubriendo un montón de temas que no se hablaban en su momento ni tenían un espacio para conversarse. A mi criterio, siempre estuvo a la vanguardia mucho más allá de la música, como cuando en el relanzamiento Diego buscó 7 mujeres para blogs de la casa cuando generalmente eran los hombres los que escribían en revistas-etc., o cuando se iniciaron las columnas diarias que eran eco y voz de bastante gente, mucha de la cual eventualmente se desarrolló en áreas afines y dio sus primeros pasos por ahí.

En mi caso en específico, yo me acerqué en el 2003-2004 y encontré un refugio dentro del sitio. En el colegio siempre fui una outsider (todavía lo soy un poco) y era un lugar en el que me sentía segura y encontraba, además, personas que compartían mis mismas pasiones einquietudes, sintiéndome entonces acompañada y reforzándome la idea deque de pronto solo estaba en el círculo equivocado cuando me sentía tan fuera de lugar. Claro, ahí se mezclaban también muchos otros criterios y voces que a su vez entonces alimentaban el propio y permitían tener discusiones que no podía tener de otra forma. Y lo obvio: vínculos que hice ahí son de los que prevalecen en mi vida más de una década después. Tan simple como mis dos personas más cercanas, Diego y René, no los habría conocido de no ser por 89db. Pero no son los únicos de mis mejores amigos que conocí y pasaron por ahí. Y en ese sentido, también,puedo decir que 89db me salvó en aspectos sociales y de mi formación.

Lo último, yo también soy parte de la gente que empezó a escribir en y gracias a 89db y que pasó por ahí, en esos términos, como por una escuela. Mi formación de comunicadora no hubiese sido la misma de no haber tenido la oportunidad de escribir/editar y ser parte activa de la revista. Y creo que no soy la excepción. Me ayudó a encontrar un espacio donde tenía voz y no era inadecuada, me sirvió de escuela para escribir, para editar y las relaciones más importantes en mi vida salieron de ahí.

Mayoneso del Cielo (Alessandro Solís): Desde una mirada superficial, 89decibeles podía parecer sólo un sitio de música. Pero si se revisan los archivos de la página de hace 10 o 15 años, en el foro de 89dB y en los comentarios de sus artículos miles de personas (que en su mayoría vivían en Costa Rica) participaban desde entonces en debates profundos acerca de muchos de los temas que como sociedad nos ocupan hoy: estado laico, el fracaso de la guerra contra las drogas, derechos humanos, lucha contra la discriminación y políticas de inclusión social. La muestra de personas que merodeaba durante largos lapsos este sitio tenía orígenes y circunstancias mucho más variadas que la realidad adultocéntrica y enfocada en la GAM que hasta la fecha nos presentan los medios de comunicación “tradicionales”. La mayoría de las personas que comentaban sobre estos temas eran jóvenes entonces y nadie se imaginaba que una década después serían comunicadores respetados, militantes de partidos políticos, activistas de la sociedad civil y, por supuesto, artistas que han dotado a la Costa Rica del Siglo XXI de expresiones contemporáneas e incisivas, consecuencia de un intercambio cultural global del que se inspiraron y al que también aportaron.

Ahora quizá estamos a medio camino, pero conforme avancen los años (y si sobrevivimos a quienes quieren silenciar las voces que abogan por el bien común) veremos a muchas personas que en algún momento de sus vidas participaron de alguna forma en 89dB alcanzar puestos públicos y ocupar el liderazgo de proyectos fundamentales para una sociedad más justa, balanceada y próspera. Hace una década no éramos capaces de notarlo a plenitud, pero cuando Internet no estaba dominado por un pequeño grupo de grandes nombres, portales como 89dB se comportaban como el epítome de la libertad de expresión y el intercambio de ideas en la cultura digital. Foros como el de 89dB, e incluso su innovador formato de votación de contenidos, sus plataformas para comentar y discutir informaciones y su espíritu inclusivo y horizontal, son los prototipos de las redes sociales que usamos en la actualidad. Sé bien que hablar de esto ahora es como ir a un museo a verlo todo desde el privilegio de la perspectiva, pero es evidente que la Internet de los foros y de la colaboración —en la que nació y a la que sumó 89dB— ya no existe. Aquella fue una era que acabó paulatinamente para dar paso a nuestras vidas digitales de la actualidad, en las que estamos condicionados a los algoritmos de las redes sociales y a sus mecanismos para que nuestras peores emociones jueguen a favor del accionariado de los Mark Zuckerbergs del mundo.

Quizá mi nostalgia no sea por esa Internet que ya no existe; la Internet que durante mi adolescencia me encontró tantas horas sentado frente a la computadora comunicándome con otras personas de una forma en la que mis padres jamás se hubieran imaginado. Tal vez mi nostalgia es por el mundo que ya no existe; ese mundo en el que la totalidad de la idea de la Internet me producía la esperanza de participar en la construcción de un mundo mejor. Antes de que nos transplantaran el botón de Like en el pecho, antes de que el culto a la personalidad sedujera el ego de los héroes digitales de antaño, antes de que las tecnológicas explotaran nuestro deseo de expresión para ponernos a pelear entre nosotros, antes de que se acabara el sueño seco de los jinetes idealistas de la Internet y nos tocara pagar la renta... antes de que el “mundo real” se apropiara nuestra “realidad digital”, existían comunidades como la de 89dB que hoy parecen imposibles. Son los jeroglíficos en cuevas, los planos del mundo moderno. Y la historia específica de 89dB, tanto la pública como la privada, es parte del registro patrimonial sin maquillaje de la mayor transformación cultural y social de la historia moderna; un cambio tan grande que cuando finalmente lo pudimos tocar fue porque nos dimos cuenta de que no había forma de regresar.

Tal vez lo que siento ni siquiera es nostalgia, sino una pequeña dosis de la tristeza inevitable que viene luego de aceptar que todas las cosas tienen que acabar. Incluso las mejores, las potables, las que fueron determinantes en la construcción de nuestra identidad. Pero esa sensación de tristeza viene acompañada de una gratitud enorme. La tecnología siempre ha estado, de una manera u otra, pero gran parte del resultado depende de las personas que la usen. Si Diego Delfino y Adrián Pauly no hubieran tenido que hacer fila en un McDonald’s a comienzos de este siglo, y no hubieran sido tan fans de la Rolling Stone como lo eran, y no hubieran tenido la conversación que los llevó a inaugurar 89decibeles.com en 2003, al menos mi vida no sería la que es. Esta no es una afirmación gratuita ni una de esas cosas que la gente dice cuando no tiene nada que decir. Es la verdad.

Yo tenía 14 años cuando leí en el periódico una noticia acerca de un concierto organizado por 89dB, lo que me llevó a visitar el sitio, leerlo, abrirme una cuenta y empezar a participar en conversaciones con personas a las que de otra forma no hubiera podido conocer. Eventualmente, Diego y Adrián se convirtieron en los mejores maestros de periodismo y comunicación que alguna vez tuve (a pesar de que fui a la universidad). Ahora tengo 28 años. En la segunda mitad de mi vida —desde que conocí 89dB— dejé de ser otro chamaco rebelde y empecé a escribir y a colaborar activamente en el departamento editorial de 89dB, luego participé en programas de radio, más grande trabajé como locutor y productor de radio, y eventualmente fui contratado como periodista de música para un periódico de circulación nacional (entre otras cosas). Nada de esto es “casualidad” o “cosas del destino”; es la consecuencia directa de la existencia de proyectos como 89dB, que sólo se pueden definir como filantrópicos, y que sin atisbo de duda cambiaron el rumbo de muchas personas para bien y para siempre. Yo soy sólo una de ellas.

La palabra “gracias” se me queda corta, pero no encontré la forma de transcribir el suspiro que produzco involuntariamente cuando pienso en la suerte que tuve de haber sido otro chamaco rebelde con conexión a Internet cuando este utópico experimento social me dio una casa y me enseñó un propósito.