Una indígena cruza dos ríos, toma dos buses y hace viaje en moto para cumplir su sueño de ser futbolista

Wendy Díaz, una de las jugadoras de Unión FC Talamanqueña, recorre 70 kilómetros para entrenar. Este domingo su equipo enfrenta a Arenal Coronado en la Segunda División

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Las pruebas que el fútbol femenino impone en los rincones del país son muy diferentes, pero al superarlas, la sensación de regocijo es muy grande. De ello es ejemplo Wendy Díaz, jugadora del equipo Unión FC Talamanqueña, que milita en la Segunda División.

Ella debe recorrer 70 kilómetros para llegar a los entrenamientos en la cancha de Sixaola.

“Duro cinco horas. Debo tomar dos buses, cruzar dos ríos en lancha y luego al otro lado me espera una moto y me trae. Algunas veces me ha tocado caminar cerca de 40 minutos hasta mi casa”, explicó Díaz de 22 años.

Durante la semana trabaja con su mamá en una soda, pues debe costear los pasajes que rondan los ¢40.000, sobre todo porque en las noches las motocicletas suben la tarifa.

“En ocasiones he llegado hasta la 1 a. m. a mi casa, pero a mí me encanta el fútbol y formar parte de un equipo es algo muy grande para mí. Ha valido la pena, he caminado y aprendido, ahora estoy muy ilusionada porque ha sido una experiencia muy bonita”, expresó la jugadora.

Otras cinco jóvenes de zonas indígenas deben realizar un viaje de cerca de dos horas para llegar a los entrenamientos, de Shiroles a Bribrí y de ahí a Sixaola, recorrido que hacen dos veces a la semana.

“Acá no hay trabajo, cada una costea sus pases, su uniforme y buscan algunos empleos. Algunas hasta dejan de ir al colegio dos días para entrenar, hay una que es mamá y tiene que buscar niñera, entonces todo eso lleva sacrificio. Yo, por ejemplo, tengo dos trabajos y trato de aportar a otras jugadoras. Acá la vida es muy dura”, explicó Georgina Solís, jugadora talamanqueña.

Recompensa. Con apenas un año de fundación, el equipo cuenta con 25 jugadoras de entre los 17 y 40 años, que buscarán el pase a la máxima categoría. Incluso tienen entre sus filas a cuatro extranjeras, oriundas de Bocas del Toro, Panamá.

Sin embargo, no ha sido fácil el camino, pues han tenido que realizar ventas y rifas para solventar gastos.

“No tenemos apoyo de la municipalidad o del comité de deportes, casi todo sale del bolsillo de ellas. En una casa frente a la plaza de Sixaola hacemos ventas de vigorón y refrescos, también rifas de dinero con la lotería panameña o la tica, para ayudar a las jugadoras con pasajes”, explicó Johanna Ponce, entrenadora.

Rumbo a Primera. Las Talamanqueñas deberán realizar un viaje de casi seis horas, ya que se enfrentan al difícil Arenal de Coronado en el partido de ida de la fase interregional, este domingo. La vuelta será en Sixaola.

“Nos tocó contra un equipo bueno, que ha estado en Primera División, que tiene mucho apoyo con patrocinadores y eso hace que para ellas sea más fácil, porque pueden desplazarse, foguearse y no hay un pero para entrenar. Acá sí, a veces hay que entrenar con seis jugadoras”, comentó la técnica talamanqueña.

Viajarán el mismo día del juego (domingo), saliendo de la frontera con Panamá a las 5 a. m. para enfrentar a las coronadeñas a las 3:15 p. m. en el Complejo Arenal Coronado.