La Sele se puso un pasito más cerca de esa gran meta colectiva. Pero es uno que parece ser gigante en esta dura eliminatoria.
El camino a Brasil es muy lento y demasiado sufrido; no obstante, de alguna manera hay que intentar disfrutarlo. Y si la Tricolor sigue ganando, no hay duda que todos los ticos lo harán.
El partido de ayer no fue un baile ni un festival de anotaciones, pero vaya que se disfrutó.
Primero porque se le ganó al máximo del área, Honduras, ese con el que siempre hay picante, ese con el que duele demasiado perder.
Segundo porque se vio que la Tricolor mejora en juego de conjunto con cada partido que pasa, algo que motiva tomando en cuenta que les quedan 11 días más de trabajo y dos compromisos más para poner lo aprendido en práctica.
Tercero y, quizás lo más importante de todo, es que la Tricolor hoy amanece como la flamante líder de la tabla de posiciones de la hexagonal final de la Concacaf.
Factores positivos. Hace dos fechas, luego del frustrante episodio en Estados Unidos (que a fin de cuentas parece que terminó de unir a los jugadores con la afición), el escalafón ponía a la Sele de última. Ahora sucede todo lo contrario.
¿Cómo no emocionarse?
Costa Rica tiene siete unidades, al igual que México y Estados Unidos, pero es puntera por diferencia de gol (+2 sobre +1).
Con esas estadísticas, la Sele está justo en el mismo punto en el que estuvo durante la gloriosa ruta a Japón y Corea del Sur 2002: cuatro partidos, siete puntos.
¿Cómo no ilusionarse?
Además, no se puede olvidar que México tiene un partido más y que la Tricolor es el único país que ganó hasta el momento dos partidos actuando como local, la supuesta fórmula para asegurarse el boleto en este tipo de definiciones.
¿Cómo no tener ganas de celebrar con tantos factores a favor?
Hoy, seguramente, todo es alegría en el alma de la afición costarricense; sin embargo, dentro del plantel, tiene que reinar muchísima calma y ecuanimidad.
Desde hoy, seguramente, todos esas bonanzas empezarán a invocar la palabra Aztecazo, pero los jugadores sí deben saber que lo de ayer fue solo un pasito más y no pensar cómo tienen derecho de hacerlo todos los demás .
A ellos, lo único que les queda es seguir avanzando firme y con la vista al frente hasta llegar al objetivo final: la clasificación a las tierras carnavaleras do Brasil.
Cuando estén allí, con el boleto en mano, ellos ya sí podrán emocionarse, ilusionarse y salir a celebrar como todos los demás.